A quince días de la desaparición de Salvador Altamura, el abogado de 46 años que vive en Quilmes, su madre, Norma Wambold, habló con el periodista Tato Young en La Otra Vuelta, por LN+ y pidió que no se abandone la búsqueda, aunque reconoció: "Con todo el dolor del alma todos los días me vuelvo un poquito más pesimista".
Altamura fue visto por última vez el 13 de julio. Las cámaras de seguridad de su edificio muestran cómo el abogado desacelera su moto para ingresar a las 18.06 por el portón de entrada, pero no lo llega a concretar porque rápidamente sigue de largo.
En la semana de su desaparición habrían forzado la caja fuerte del departamento ubicado en 25 de Mayo al 200, zona céntrica de Quilmes. "No es un caso de inseguridad cualunque, yo sostengo que mi hijo fue secuestrado, torturado, le sacaron sus llaves, entraron en su departamento, le robaron una suma de dinero que no sé exactamente cuál sería y se llevaron su moto, que fue registrada cometiendo otros ilícitos", dijo Norma.
Días atrás se hicieron rastrillajes en la zona del Parque Pereyra "porque supuestamente se activó el casco del teléfono en una zona cercana", explicó la madre de Altamura, pero agregó con tristeza: "Lo cierto es que hasta ahora de todo lo que se hizo no se obtuvo ningún resultado y estamos muy angustiados".
El abogado es padre de una hija de 12 años que, según Norma, "no hace más que llorar y pedir por el padre, está con psicólogo y los primeros días no ha querido comer". Respecto a ella, su marido y su otra hija (la hermana de Santiago) contó: "Estamos desesperados tratando de ver qué podemos hacer, a mi esposo casi le da un patatute horrible, tuvo un estresazo, casi se muere y nos recuperamos como pudimos y tratamos de impulsar la causa. Mi hija se ha puesto al hombro todo esto, nos está conteniendo a nosotros, estamos haciendo todo tipo de trámites y averiguaciones".
Norma no encuentra respuesta a lo que pasó, dijo que su desesperación "es grande" porque no tienen ninguna sospecha de lo que pudo haber pasado, pero busca hipótesis. "Nuestra teoría es que él fue secuestrads, pero no podemos decirlo. Él era una persona muy discreta, se manejaba con transferencias bancarias, nunca hacía ostentación, nunca fastidiaba, era una persona sencilla, humilde que todavía se junta a comer con sus compañeros de jardín de infantes, todos lo quieren. Alguien tiene que haber escuchado o intuido algo como para pensar que tal vez tenía algún dinero en su departamento, yo sospecho que fue torturado y asesinado".
"No me cuiden más de la pandemia, no me cuiden más del coronavirus porque el virus me da oportunidad; la inseguridad no. Esto es una desaparición en democracia, cosa que yo creí que no volvería a pasar", concluyó Norma.
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