Gracias a una huella. Trece años después identificaron a un ladrón que casi mata a una jubilada de Saavedra
El fiscal José María Campagnoli, a cargo de la investigación del violento robo ocurrido en mayo de 2009, pidió que Julio Castillo, de 50 años, sea sometido a juicio; la víctima falleció en 2012
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Eran las 19 del 7 de mayo de 2009 cuando Liliana V. Z., una vecina de Saavedra de 83 años, fue sorprendida por tres delincuentes que la interceptaron cuando salía de su casa por la puerta del garaje. A los empujones, la obligaron a entrar en su propiedad donde la golpearon salvajemente para después maniatarla con una bufanda y encerrarla en una habitación mientras revisaban todos los ambientes. Los ladrones se hicieron de un botín de joyas de oro y plata, dinero en efectivo y ropa. Además de fracturas en varias costillas, cadera y tráquea, la víctima sufrió un “síndrome demencial postraumático”. Por el temor que vivencia, nunca más volvió a vivir en su domicilio. Falleció en noviembre de 2012, internada en un geriátrico.
En abril pasado, casi 13 años después del violento robo, uno de los delincuentes fue identificado tras volver a analizar una huella dactilar que se había levantado de una mesa de la sala de estar de la casa de la víctima. En los últimos días, el fiscal José María Campagnoli, a cargo de la investigación, solicitó que el sospechoso, identificado por fuentes judiciales como Julio Castillo, de 50 años, sea sometido a juicio por el delito de robo doblemente agravado por haber sido consumado en poblado y en banda y por las lesiones gravísimas que sufrió la víctima.
Según se desprende del requerimiento de elevación a juicio al que tuvo acceso LA NACION, el 17 de noviembre pasado, la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri), dependencia a cargo de Campagnoli, dispuso que se “efectuara un nuevo cotejo dactilares obtenidas en el domicilio de la víctima”. Las muestras fueron remitidas a la División Rastros de la Policía Federal Argentina (PFA).
“Se logró establecer la correspondencia de uno de los rastros contenido en el levantador 1 [sic] con el calco inserto en el casillero Pulgar Derecho y el calco inserto en el casillero Pulgar Izquierdo de las fichas dactiloscópicas insertadas en la base de datos de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia bonaerense a nombre de Julio Castillo, quien resultó tener copiosos antecedentes en similares hechos desplegados bajo la modalidad delictiva coloquialmente conocida como Cuento del Tío”, según un dictamen de la Ufecri. El sospechoso, según la huella, también tenía antecedentes en la provincia de Santa Fe.
A fines de abril pasado, en un informe del Cuerpo Médico Forense (CMF) se explicó que las lesiones que había sufrido la víctima del robo en Saavedra “pueden ser consideradas de carácter gravísimo”.
“En cuanto a la participación de Castillo en el hecho delictivo, la identificación de la huella dactilar relevada en el lugar [el domicilio de la víctima] con la impresión del dígito pulgar de su mano izquierda permite situarlo allí y, en consecuencia, concluir que integró el grupo que salvajemente abordó a Liliana V. Z. en la puerta de su domicilio. Además, no se puede pasar por alto que ya fue condenado por dos hechos similares ocurridos en una zona geográfica cercana y en un lapso temporal concomitante”, sostuvieron el fiscal Campagnoli y el secretario penal de la fiscalía descentralizada de Núñez-Saavedra en el requerimiento de elevación a juicio.
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