Gómez Alcorta: "La cuarentena no nos obliga a tener que soportar las violencias"
La agenda personal de la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, tiene desde hace casi siete meses un apartado de horas dedicado a caminar barrios, visitas a refugios, comederos, cooperativas. "Ese es el modo de no desconectarse de lo que pasa", justifica. La pandemia por la propagación del coronavirus Covid-19 y el contexto de aislamiento social obligatorio interrumpió un poco esa rutina y sumó, además, un problema urgente: las víctimas no pueden quedarse en sus casas. El Plan Nacional de Acción contra las Violencia por Motivos de Género 2020-2022 presentado anteayer en la quinta de Olivos junto al presidente Alberto Fernández busca atender esa emergencia, pero sin perder de vista que lo perdurable son las transformaciones estructurales y culturales a largo plazo. Por eso el programa buscará sumar acciones tanto oficinas gubernamentales como de la sociedad civil, con la participación, además, de las provincias y los municipios.
El plan contará con un presupuesto de $18.000.000.000 y, más allá de las áreas dedicadas a la prevención inmediata y estructural de las situaciones vinculadas con la violencia de género, generará un programa denominado Acompañar, que brindará apoyo económico a las víctimas para que estas puedan tener la oportunidad de iniciar un proyecto de vida alejándose del peligro.
"Es ambicioso porque tiene casi 150 medidas con una mirada integral y federal", fue la definición de Gómez Alcorta para el Plan Nacional de Acción 2020-2022 contra las Violencias por motivo de Género. El objetivo del programa es "colaborar en la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y con menores niveles de discriminación y violencia contra las mujeres y personas LGBTI (sigla que representa a colectivos sexuales)", señaló Gómez Alcorta que en el lanzamiento del plan estuvo acompañada por su asesora Dora Barrancos.
Para la elaboración de esa iniciativa oficial se realizaron foros federales presenciales y virtuales, además de audiencias con funcionarios de los tres poderes del Estado. También se incluyó la participación de la sociedad civil, organizaciones políticas, comunitarias, sociales y sindicales.
Durante la presentación en la quinta presidencial de Olivos, la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad destacó la creación del programa Acompañar. "Es el más novedoso y el que más inversión va a tener. Lo que busca es que las personas que están en situación de violencia puedan a partir de una transferencia económica empezar a construir un proyecto de vida autónoma, que es algo muy complejo de lograr", dijo Gómez Alcorta en una entrevista con LA NACIÓN.
Otras medidas que forman parte del programa apuntan a la conformación de 12 centros territoriales de políticas de género en todo el país, que se gestionarán en conjunto con las provincias y los municipios; la modernización del acceso a la línea telefónica 144, "con políticas de difusión e inclusión de recursos humanos para mejorar y ampliar su funcionamiento" y la creación del Registro Nacional de Promotores y Promotoras de Géneros y Diversidad a nivel comunitario para "articular acciones de prevención y asistencia entre el territorio y el ministerio".
Hay un trabajo enorme que realizar en contra de la violencia institucional y para llevar perspectiva de género dentro de las fuerzas
"El compromiso de poder implementar este plan –aclaró Gómez Alcorta– no recae solo en nuestras espaldas. Es una agenda que nos convoca a todos para terminar con las violencias de género."
–A diferencia de la mayoría de los delitos, los femicidios no bajaron durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, ¿por qué?
–La cuarentena trajo, entre otros problemas, el aumento de riesgo de las violencias por motivo de género. Eso se debe a que hay una convivencia permanente con el agresor porque no están las horas que uno, por lo general, sale de la casa, sumado al nivel de impunidad que les da a los agresores saber que la vida se gestiona en lo privado. Desde el ministerio entendemos que es una demanda absolutamente lícita y trabajamos en varios focos, por ejemplo, esta semana con el Ministerio de Transporte difundimos que el uso del transporte público para las personas en situación de violencia está permitido. La cuarentena es un modo de gestionar la pandemia que tiene como finalidad cuidar la vida. Cualquier persona que está en situación de violencia y tiene que salir a pedir ayuda está contemplada, claramente forma parte de una situación de fuerza mayor. Lo que estamos tratando de cuidar siempre es la vida. La cuarentena no nos obliga a tener que soportar las violencias.
–En la presentación del plan se destacó que no alcanza con atender solo la emergencia y que resultan necesarios cambios estructurales. ¿Cómo se opera esa transformación?
–El Estado tiene una obligación que es provocar o colaborar en la creación de las condiciones subjetivas y materiales para que las personas puedan salir de las situaciones de violencia. Está muy bien tener muchos refugios, pero sacando a la persona de la situación de riesgo en que se encuentra avanzamos solo en ese punto. Ahora tenemos que empezar a trabajar en otros aspectos, por ejemplo, en generar políticas de prevención pensando en otras masculinidades, o en cómo acompañar a las personas que están en esas situaciones de violencia para que empiecen a construir proyectos de vida autónomos. No hay que solo salir de la situación de emergencia, sino comenzar una vida que no la vuelva a colocar en el corto plazo en una situación similar. Por supuesto que no es sencillo. Las situaciones de violencia tienen un gran habilitante que es la sociedad patriarcal.
–¿Cree que hasta ahora las políticas públicas de género quedaron acotadas a la violencia machista?
–Cuando me preguntaban si era necesario la creación de un ministerio yo explicaba que si no jerarquizás el área y no les das recursos es imposible ampliar de modo sustantivo las políticas y los destinatarios de esas políticas. Desde el ministerio podemos desplegar una cantidad más grande de acciones no pensadas exclusivamente en la violencia física doméstica. Nosotras trabajamos para modificar la organización social del cuidado, para generar mayor igualdad en el mundo del trabajo, el empleo y la producción, para que la población travesti - trans pueda acceder a derechos. Cuando trabajas en pos de la igualdad tiene un impacto directo en las violencias.
– El cambio de paradigma que plantea, ¿podrá darse también dentro de las fuerzas de seguridad?
–El cambio de paradigma es difícil. Son tristemente conocidos los abusos de una parte de las fuerzas de seguridad, no de todos sus miembros, en especial sobre el colectivo trans. Hay un trabajo enorme que realizar en contra de la violencia institucional y para llevar perspectiva de género dentro de las fuerzas. Con ese objetivo estamos articulando con el Ministerio de Seguridad y la idea es que en cada jurisdicción del país exista la misma línea. Sabemos que en este punto tenemos un problema y por eso tomamos acciones.
–Al asumir el cargo dijo que su desafío era demostrar que se podía hacer política de otra forma. ¿Lo logró?
–Estamos convencidas de que tenemos que trabajar con todos los ministerios y con todas las áreas. Para nosotras fue un orgullo que durante la presentación del plan estuviesen acompañándonos por videoconferencia la gran mayoría de los ministros, ministras y titulares de los organismos descentralizados. Eso no es usual. Nos planteamos ejercer la función pública desde la cercanía y poder hablar con cada una de las representantes del Consejo Federal, para que vean que el Ministerio de las Mujeres es un aliado de las provincias, sin importar que respondan o no al mismo signo político. Ese es otro modo de construir y hacer política.
–¿Que va a ser más difícil? ¿Salir de la pandemia, del default o del patriarcado?
– No tengo dudas de que del patriarcado y de la pandemia vamos a salir todos juntos y eso nos va a ser más felices, más iguales y más libres.
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