Golpe frustrado: detuvieron a dos sospechosos por el túnel hecho en San Isidro para robar un botín millonario en un banco
Uno de los delincuentes apresados, que sería líder de la barra de Nacional de Montevideo, fue identificado a partir de las huellas levantadas en el galpón donde la banda criminal comenzó el plan criminal
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Pudo haber sido otro Robo del Siglo. Pero el plan criminal fue frustrado. En las últimas horas, detectives judiciales y de la policía bonaerense, junto con personal de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) identificaron y detuvieron a dos supuestos integrantes de la banda criminal que planeó robar la sucursal San Isidro del Banco Macro e hizo un túnel de, por lo menos, 150 metros, para apoderarse, supuestamente, de un botín de 30 millones de dólares.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes de la investigación. Los sospechosos detenidos fueron identificados como Alejandro Rosendo López y Alan Daniel Lorenzo Rodríguez, un uruguayo que sería líder de la barra brava de Nacional de Montevideo.
López, que vive en Villa Paranacito, en Entre Ríos, sería el “lanchero” que cruzó a miembros de la banda criminal desde y hacia Uruguay. Había sido condenado a cuatro años y medio de cárcel en una causa por narcotráfico.
Lorenzo Rodríguez fue identificado por las huellas levantadas del depósito alquilado por la banda en Chacabuco 535/547, desde donde comenzaron a cavar el túnel que los llevaría a las cajas de seguridad del banco, situada en Chacabuco 444, en pleno casco histórico de San Isidro.
“Detrás del plan criminal, hay una banda bien estructurada, cuyos integrantes tenían roles definidos”, sostuvo a LA NACION una calificada fuente de la causa.
El sindicado capo de la barra de Nacional, según agregaron las fuentes consultadas, tendría un rol importante en la estructura de la organización criminal. Anoche estuvo en el estadio Gran Parque Central de Montevideo para presenciar el partido del Bolso contra San Pablo por los octavos de final de la Copa Libertadores.
Tras la información aportada por los detectives de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la PFA, Rodríguez fue detenido hoy en Montevideo por policías uruguayos.
El túnel se descubrió el miércoles de la semana pasada. La investigación quedó a cargo de la fiscal Carolina Asprella y del fiscal general adjunto Patricio Ferrari, equipo coordinado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, con la colaboración de detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, conducida por el comisario mayor Javier Specia y personal de la Superintendencia de Seguridad Región AMBA Norte I, cuyo jefe es el comisario mayor Lucas Borge. En el caso Interviene el juez de Garantías Ricardo Costa.
“López, por su conocimiento de las islas del Delta y la cercanía con territorio uruguayo, hizo las veces de ‘lanchero’ para que los delincuentes fueran y vinieran a la Argentina desde Uruguay. Fue detenido en Villa Paranacito”, explicaron fuentes de la DDI de San Isidro.
Como informó LA NACION en su momento, en la propiedad de Chacabuco 535/547 la policía bonaerense encontró un mapa satelital de la zona y planos que supuestamente serían de la sucursal bancaria que pretendían robar.
“Fueron encontrados planos donde, supuestamente, había información sobre los sensores del sistema de alarmas instalados en el banco. Las pruebas halladas dan cuenta de la planificación que llevó adelante la organización criminal. Se estima que pensaban robar un botín de 30 millones de dólares”, explicaron los voceros consultados.
También se encontraron fotografías y anotaciones que hicieron con la cantidad de metros, supuestamente, entre la sucursal bancaria y la propiedad alquilada para preparar el plan criminal.
El túnel descubierto mide, por lo menos, 150 metros de largo y 4,5 de profundidad. “Fue encofrado en madera. Parte del trayecto tenía 1,20 metros de altura y se hacía difícil respirar por la falta de oxígeno. Había sectores donde se tenía que transitar como reptando”, dijo un detective del caso.
La investigación que derivó en el descubrimiento del túnel comenzó de forma fortuita cuando el martes pasado, poco antes de las 8.30, el proveedor de Berni, un local gastronómico situado en Chacabuco al 400, a pocos metros del Banco Macro, sintió un ruido extraño debajo de su camioneta.
Algo que no sabía qué era le daba golpes al chasis. El extraño sonido no se detenía. Entonces corrió el vehículo unos pocos metros y, después de descender, descubrió algo que le llamó la atención: una varilla de hierro sobresalía de entre los adoquines. Pronto se acercaron el personal de la confitería y otros comerciantes. Nadie entendía qué era lo que veían.
Tras el hallazgo y como no pudieron sacar la varilla de entre los adoquines, los comerciantes de la zona decidieron doblarla para que ningún conductor se la llevara por delante. Después le pidieron al personal de seguridad del banco que colocara un cono naranja fluorescente para que quedara señalizado el lugar.
Un analista técnico revisó todas las alarmas y los sensores del banco y no encontró ninguna anomalía. Sin embargo, se comunicaron con personal de la comisaría 1a. de San Isidro para “dar aviso de lo sucedido”. A las 20, un patrullero de la policía bonaerense se estacionó en Chacabuco al 400 para vigilar en forma preventiva las proximidades del banco.
El miércoles a las 8, hubo una comunicación con la Subsecretaría de Obras Públicas de la Municipalidad de San Isidro y poco después se decidió romper la calle y ver hasta dónde llegaba la varilla que había quedado clavada en los adoquines.Al comenzar a sacar la varilla se estableció que estaba conectada por tramos por un largo de aproximadamente tres metros. Entonces, se decidió excavar para ver hasta dónde llegaba el túnel”, sostuvo una fuente de la investigación.
La primera sospecha fue que el túnel podía conectar con una propiedad situada en la vereda de enfrente del banco, pero pronto esa hipótesis se descartó.
Después de más de 12 horas de trabajo, se descubrió que el túnel comenzaba en un galpón situado en Chacabuco 535/547.
En el viejo taller, detectives de la policía bonaerense y personal de la Municipalidad de San Isidro hallaron colchones, que indicarían que la banda dormía en el lugar, y bolsas plásticas y de arpillera similares a las que utilizadas por los corralones para vender arena para obras en construcción, donde cargaban la tierra que sacaban a medida que hacían el pozo
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