Gatillo fácil. Videos y testigos, las pruebas clave contra la policía acusada de matar a un cartonero
Era el último día del año. Faltaban pocos minutos para las 13 cuando Pablo Pereyra estaba en una esquina de Constitución. Buscaba cartones, papeles y alguna otra cosa para después poder vender y ganarse unos pesos. Tenía sus manos apoyadas en su carro cuando, a punto, de iniciar una nueva recorrida y de la nada, sintió un ardor y un fuerte dolor en zona del abdomen. Como pudo hizo señas y pidió ayuda. Pocos segundos después se desvaneció en el asfalto, en medio de calle. Había sido herido de un balazo. Después de pelear 12 días por su vida, murió. El cartonero, según la Justicia, fue asesinado por una oficial de la Policía de la Ciudad. La uniformada efectuó al menos tres disparos en dirección a un joven que acababa de robarle su teléfono celular. Ahora está procesada con prisión preventiva por el delito de homicidio agravado por abuso de la función como miembro de una fuerza de seguridad y por el uso de armas de fuego.
El procesamiento de la oficial Flavia Juárez, de 34 años, fue firmado en las últimas horas por el juez en lo criminal y correccional porteño Martín Yadarola, a cargo del expediente. Ahora, el magistrado, con la colaboración de la Oficina de Transparencia y Control del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, continuará la investigación para determinar si otros integrantes de la Policía de la Ciudad cometieron algún delito para encubrir el homicidio de su compañera y que el crimen quedara impune.
En un primer momento la oficial Juárez no estuvo acusada de haber disparado contra el cartonero. Personal de la Comisaría Vecinal 1 C, con jurisdicción en la zona de los hechos, detuvo a otros tres sospechosos. Uno fue acusado de ser el autor del disparo y otros dos de haber ocultado el arma utilizada.
Pero la palabra de esos imputados, el testimonio de dos testigos de los hechos y las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona pusieron en escena a la oficial y el rumbo de la investigación cambió.
Así surge de la resolución del juez Yadarola, a la que tuvo acceso LA NACION. "Las imágenes de las cámaras de seguridad fueron un aporte transcendente para la causa", afirmó una fuente judicial.
El hecho ocurrió el 31 de diciembre pasado a las 12.53. Todo comenzó cuando Juárez , vestida con la chomba bordó y pantalón negro del uniforme de la Policía de la Ciudad, circulaba con su Chevrolet Onix por Constitución. Ante un semáforo en rojo detuvo la marcha en la avenida Constitución y Sáenz Peña. En ese momento, según el expediente judicial, un delincuente le arrebató su teléfono celular y comenzó a correr en dirección hacia la calle San José, donde Pereyra juntaba cartones.
"La imputada descendió rápidamente del auto, comenzando la persecución del delincuente corriendo por la vereda contraria, a la vez que extrajo un arma de fuego –se trataría de una pistola oscura, cuyo calibre de momento se ignora–, efectuando disparos en dirección al ladrón, impactando uno de ellos en el abdomen de Pereyra, que se hallaba circunstancialmente cruzando la calle San José en su intersección con Constitución y empujando un carro precario con una bolsa de gran tamaño", explicó el juez en su resolución.
Después, según el expediente judicial, Juárez se subió a su auto y comenzó a circular por avenida Constitución, dobló en Sáenz Peña y se acercó hasta el lugar donde había quedado herida la víctima, donde ya había un operativo policial en marcha. "La oficial tomó contacto con otros miembros de la misma fuerza policial para conocer los pormenores del procedimiento que se hallaba en curso", sostuvo Yadarola.
Pocos minutos después, el personal de la Policía de la Ciudad detuvo al presunto ladrón y a dos supuestos cómplices a los que acusaron de haber ocultado el arma con la que el delincuente le habría disparado al cartonero. Pero esa hipótesis investigativa iba a quedar rápidamente desvirtuada.
"Discordancia existente"
"Tras recibirse declaración indagatoria a los tres detenidos, surgió una versión diametralmente opuesta [a la versión del procedimiento policial]. Si bien ninguno de los tres negó haberse encontrado presente en la zona de los hechos, el sindicado ladrón aclaró que, instantes previos y en inmediaciones de Constitución y Sáenz Peña, había sustraído un aparato de telefonía celular móvil a una mujer que resultó pertenecer a la Policía de la Ciudad (ello por la vestimenta que llevaba puesta) y que, a raíz de ello, habría sido perseguido y atacado a tiros, dejando el teléfono celular y una remera que se quitó durante la huida en un árbol próximo a la zona [situación que quedó registrada en una filmación]", explicó el magistrado.
Uno de los supuestos cómplices dijo haber visto disparar a la mujer policía. A raíz de la "discordancia existente" entre ambas hipótesis, Yadarola separó de la investigación al personal de la Policía de la Ciudad y convocó a División Investigación de Homicidios de la Policía Federal.
Poco después, al analizar las imágenes captadas por los domos instalados cerca de la zona de los hechos se ubicó a Juárez como sospechosa.
"Se la visualizó en momentos en que descendió del rodado y, con lo que parecería ser un arma de fuego de color oscuro en su mano derecha, parada sobre la calle Constitución, cerca del cruce mencionado, inició la persecución de un sujeto que corría por la vereda contraria y apuntó con su brazo recto por Constitución hacia San José. Concomitantemente con aquella secuencia, desde la cámara instalada en el cruce de la calle San José y Constitución, se pudo divisar al sindicado ladrón mientras corría por Constitución hasta la intersección señalada, donde Pereyra sufrió la herida en el abdomen, cayendo a la cinta asfáltica luego de unos segundos", afirmó Yadarola en la resolución.
A las pruebas fílmicas se sumaron las palabras de dos testigos presenciales de los hechos. Ambos sostuvieron que vieron el arrebato del teléfono, a la mujer policía correr y después escuchar los disparos. Es más, uno afirmó que la oficial "efectuó varios disparos".
"De un análisis exhaustivo de la totalidad del material fílmico que hubieran producido y almacenado las cámaras de la zona, pudo verificarse la secuencia concreta relacionada con los movimientos llevados a cabo por la aquí imputada, como así también el resto de involucrados que, ciertamente, no dejan lugar a dudas sobre el modo en que los hechos se habrían desencadenado", afirmó el magistrado en el procesamiento de la oficial de la Policía de la Ciudad.
Pereyra murió el martes pasado. Estaba internado en el Hospital Ramos Mejía.
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