Caso Blas Correas: el policía acusado dijo que disparó porque escuchó dos balazos
CÓRDOBA.– Lucas Gómez, el policía acusado de ser el autor material del disparo que mató al joven Valentino Blas Correas, sostuvo en su declaración indagatoria que pensó que la víctima y sus amigos eran delincuentes y que decidió abrir fuego con su arma reglamentaria porque, sostuvo, escuchó la detonación de dos balazos.
Gómez, de 35 años, fue el primero de los efectivos de la Policía de Córdoba imputados por el homicidio de Correas en ser indagado por los funcionarios judiciales a cargo de la investigación. Está detenido, acusado de "homicidio calificado, agravado por el uso de armas" y "tentativa de homicidio reiterado en cuatro hechos" para el caso de los ocupantes del automóvil.
Tras hacerse públicas las palabras del autor material del disparo mortal, Soledad Laciar, la madre de la víctima, escribió en sus redes sociales un mensaje dirigido a José Mana, representante del Ministerio Público a cargo de la investigación. "Señor Fiscal: con todo el respeto que me merece, me parece que siguen tomándole el pelo", sostuvo la mujer.
La noche del 6 agosto pasado, Correas, de 17 años, y cuatro amigos circulaban en un Fiat Argo blanco y, después de un incidente con el conductor de una moto (los jóvenes pensaban que iban a robarles) no frenaron en un control policial, desde donde les dispararon.
Cuando Blas dijo que estaba herido, el conductor del Fiat Argo frenó en una clínica, donde no los atendieron, y unas cuadras más adelante terminaron rodeados de policías; la víctima murió en ese lugar.
El policía Gómez declaró por videollamada ante el fiscal Mana y describió que desde el retén le habían hecho señas al auto donde viajaba Correas para que se detuviera en el puesto de control. Explicó que, si bien bajaron la velocidad, no frenaron y que él pensó que estaba "en un peligro real" porque le habían informado "no solo que se había evadido el control, sino que estaban armados".
El acusado declaró que escuchó "dos disparos" y que él respondió a lo que supuso una "agresión ilegítima".
El defensor de Gómez, Gastón Schoenfeld, pidió una nueva calificación de la imputación: solicitó que pase de homicidio agravado a homicidio en legítima defensa putativa, una figura que le da una justificación para matar y que no tiene pena atribuible, ya que se entiende que el disparo se produjo por un error no imputable.
Schoenfeld dijo a la prensa que su defendido escuchó que "se irradió por frecuencia policial el conflicto entre un motociclista y un Fiat Argo blanco" y aseguró que el conductor de la moto se acercó a un cabo y este uniformado emitió un alerta de lo sucedido.
"Gómez sumó a eso del conflicto que le habían dicho que iban seis personas armadas dentro del auto. A su vez, el jefe de distrito, el oficial principal Quevedo, pidió que cortaran la avenida Vélez Sarsfield cuando ellos [la patrulla de Gómez] iban por el hospital Privado".
Aquel motociclista mencionado por Gómez hasta el momento no apareció. El arma que, según las primeras declaraciones policiales, ese presunto testigo habría visto cómo era arrojada desde el auto no era apta para disparar.
La Justicia investiga si fue "plantada" por los uniformados y, por tal motivo, hay una causa abierta por supuesto encubrimiento.
La causa tiene 12 imputados, nueve policías –cinco de ellos están detenidos– y los tres empleados del Sanatorio Aconcagua, donde no atendieron a Correas cuando sus amigos pidieron desesperadamente que le prestaran asistencia, cuando el chico aún estaba vivo.
Soledad Laciar, la madre de Correas, escribió en sus redes: "Leo, releo, y la verdad imagino que el fiscal, mientras esta persona declaraba [por Gómez], habrá tomado nota de muchas cosas. Señor fiscal, por suerte ahora va a tener los datos del motociclista que no podía encontrar, solo tiene que pedirle los datos al policía que recibió la denuncia. Surgirán nuevas imputaciones por mentir que iban chicos armados, ya que eso nunca existió".
Laciar, que es madre también de Juan –quien organizó una marcha pidiendo justicia por su hermano– y de Milagros, que tiene nueve meses, supo que estaba nuevamente embarazada pocas semanas después del asesinato de Blas.
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