“Fue un homicidio de manual”. Las críticas de la familia del ingeniero asesinado en un country a la teoría del infarto
El abogado que representa a los hijos de Roberto Eduardo Wolfenson, el ingeniero electrónico de 71 años asesinado el viernes pasado en el country La Delfina, cuestionó hoy la actuación del primer médico policial que opinó que se trataba de un infarto
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“Fue un homicidio de manual”. “Nadie que ve esa escena pensaría que esa muerte se produjo por un infarto. Vi las fotos, no soy médico, pero está claro que por la gran cantidad de sangre y las lesiones que se observan, por lo menos tendría que haber dictaminado una muerte dudosa”.
Así, el abogado Tomás Farini Duggan, representante legal de los hijos de Roberto Eduardo Wolfenson Band, asesinado en su casa del country La Delfina, en Pilar, criticó la actuación del médico de la Policía Científica de San Isidro Marcelo Rodrigué, que el viernes pasado al revisar el cuerpo en la escena del homicidio, dictaminó que la víctima había muerto de un infarto.
“A partir de este dictamen médico, es que no se preservó la escena [del crimen]. No hay en toda la casa nada desordenado, ni manchas de sangre, ni signos de pelea, cuando este homicidio solo pudo cometerse con una escena que sea compatible con una lucha”, sostuvo el abogado a la agencia de noticias Télam.
En diálogo con LA NACION, Farini Duggan sostuvo: “Fue un homicidio de manual, es imposible pensar otra cosa. No hay ninguna posibilidad de que haya sido un infarto”.
Para Farini Duggan se “tiene que investigar por qué este médico dijo que Wolfenson Band murió de un infarto. Si fue por impericia o por otra cosa, es materia de investigación. Necesitamos de él una explicación más clara” y se preguntó “quién fue la persona que le dijo al médico legista que tenían antecedentes cardíacos, ya que solo había tenido una arritmia y estaba controlado.
Según Télam, en el acta de “inspección del cadáver y constatación del óbito”, el médico Rodrigué dejó asentada la siguiente descripción: “Se trata de un masculino que se encuentra en el piso de una habitación en decúbito dorsal, vestido con medias negras tres cuartos, pantalón azul, remera naranja. Presenta una lesión contusa en la región hipotenar (palma) de la mano izquierda de reciente data a su muerte. Presenta sangre por la boca, cabeza oscura, crepitancias pulmonares, orina en su entrepierna y antecedente de patología cardíaca. Las causales de muerte son infarto de miocardio”.
Según la autopsia, ordenada por el fiscal de Pilar Andrés Quintana, que durante las primeras horas de la investigación subrogó a su colega Germám Camafreita, el ingeniero fue ahorcado con un elemento fino. Los investigadores suponen que se trató de una soga o de un cable. Otra de las revelaciones de la necropsia es que Wolfenson Band intentó defenderse; tenía lesiones en brazos y mano, además de un corte en la parte posterior del cuello.
Las lesiones descriptas por la médica forense Silvina Aguirre del Cuerpo Médico Forense (CMF) de Policía Científica de San Isidro, son “varios surcos de ahorcadura delgados, como si hubiera habido un ‘tira y afloje’, y lesiones de defensa, que también son compatibles con que la víctima luchó e intentó aflojarse el lazo con el que lo estrangulaban”.
En ese sentido, el protocolo de autopsia describe lesiones cortantes en la palma y en cuatro de los dedos de la mano izquierda que tienen entre 0,5 y 1 milímetro de profundidad.
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