Fue condenado a más de 15 años de prisión el autor del disparo al turista sueco
El Tribunal Oral en lo Criminal porteño Nº 16 condenó a duras penas a los dos acusados por el ataque a Christoffer Persson, el turista sueco al que debieron amputarle una pierna tras haber sido baleado en el barrio de Monserrat a fines del año pasado. Roberto Gramajo fue considerado autor material del disparo y resultó condenado a 15 años y 3 meses de prisión, mientras Rodrigo Peláez, el cómplice que manejaba el vehículo, fue sentenciado a 14 años y 6 meses de cárcel.
Los jueces tomaron en cuenta la gravedad de la lesión sufrida por Persson para subir incluso el monto de la condena pedida por el fiscal Fernando Fiszer, que había solicitado penas de 13 años y cuatro meses de cárcel para Gramajo y Peláez.
El hecho ocurrió el 30 de diciembre del año pasado. La víctima y su novia, la italiana Maria Izzo, caminaban por Tacuarí al 400, en dirección al hotel donde se alojaban y fueron interceptados por un delincuente que se había bajado de un auto conducido por un cómplice. El turista forcejeó en busca de proteger su celular y recibió un disparo en la pierna derecha efectuado por Gramajo, según quedó establecido en el veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 16.
Los condenados fueron atrapados luego de un análisis detallado de las imágenes aportadas por una cámara de seguridad ubicada en un comercio cercano al lugar del ataque. Los agentes de la Policía de la Ciudad pudieron determinar que en la parte trasera de ese vehículo se podía visualizar un casco de obra, elemento que resultó clave para la resolución del caso al no poderse determinar la patente del automóvil en esa filmación.
A partir de esa imagen sí se logró ubicar el mismo vehículo con otros sistemas de videovigilancia y rastrear la secuencia de movimientos de los atacantes. Los investigadores pudieron probar, entonces, que los agresores conducían un Peugeot 207 propiedad de una empresa dedicada a la construcción. Esa compañía tenía asignado el vehículo al padre de Peláez y este dejaba que su hijo de 22 años lo usase. Al tener ese automóvil un sistema de rastreo satelital, los detectives establecieron su ubicación en la localidad bonaerense de Sarandí. Los agentes asignados a la captura de los entonces sospechosos atraparon a Gramajo en la zona de la Isla Maciel, cerca de la cancha de San Telmo.
Ese hombre, de 25 años, señaló durante el juicio que había sido hostigado por los policías para forzar una confesión, pero el fiscal Fiszer descartó esa posibilidad y sostuvo en su alegato que el ahora condenado había "aportado datos que solo alguien que hubiera intervenido en el hecho podría conocer".
El acusado, conocido como Chicho, había reconocido en el momento del arresto su participación en el ataque. "Se me escapó el tiro. En el forcejeo me manoteó el arma. No sabía que estaba cargada y montada. No quise disparar", había comentado Gramajo ante los oficiales de la Policía de la Ciudad.
"Me apuntó a la cabeza"
En su declaración testimonial, brindada por videoconferencia desde Inglaterra, Persson expuso su convencimiento de que su atacante le había apuntado al rostro y al torso desde muy corta distancia. "Me apuntó a la cabeza y al pecho", aseveró. También expresó el atacado turista sueco que el balazo impactó en su pierna derecha por su reflejo de bajar la mano del pistolero.
Para la fiscalía quedó en claro que Gramajo y su cómplice estaban decididos a quedarse con las pertenencias de sus víctimas sin importar lo que ocurriese con estas. Se determinó que el atacante bajó del vehículo con una pistola Bersa calibre 22 lista para el disparo. Para la fiscalía, los atacantes de Persson se desprendieron de esa arma al cruzar el Puente Pueyrredón durante la fuga.
"El idiota simplemente disparó, el proyectil ya estaba en la recámara. Salió con la intención de disparar", dijo la novia de Persson, según su declaración leída ante el tribunal.
Por su parte, el fiscal Fiszer indicó en su alegato que "claramente existió un dominio funcional del hecho, que los imputados se distribuyeron las tareas y que ambos sabían y tenían claro cuál era el plan".
Y agregó: "El comportamiento posterior de los imputados revela un total desinterés por la vida ajena".
Persson salvó su vida por la rápida intervención de vecinos que estabilizaron la herida y contuvieron la pérdida de sangre hasta que la víctima pudo ser tratada por los médicos del SAME.
Estuvo 20 días internado en el Hospital Argerich y tras recibir el alta médica visitó la Bombonera luego de una invitación de los dirigentes de Boca. "No estoy deprimido por haber perdido la pierna, estoy feliz por haber sobrevivido", dijo ese día el turista sueco.
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