Fue asesinada delante de su hija. “Acá te matan porque tienen ganas, es una zona liberada”, dijeron los vecinos de Castelar
María Lucrecia Arias tenía 50 años y fue baleada por ladrones que buscaban robar su vehículo
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En la localidad bonaerense de Castelar, un barrio de casas bajas adornadas con carteles de “alarma vecinal”, se vivió una noche de horror. En San Nicolás al 2000, María Arias, de 50 años, fue asesinada de un disparo por delincuentes cuando se encontraba con su hija adolescente en su auto, un Volkswagen Suran. El crimen conmocionó a los vecinos, que reclamaron justicia y seguridad.
La mecánica del mortal robo fue similar a lo sucedido el lunes pasado en Lomas de Zamora, donde fue asesinada Uma Aguilera, de 9 años, cuando un grupo de criminales intentó apropiarse del vehículo conducido por su padre, custodio de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Según fuentes policiales y judiciales, el ataque en Castelar se produjo poco después de las 23, tras un intento de robo, cuando el cinturón de seguridad del auto se trabó y la víctima, identificada como maría Lucrecia Arias, de 50 años, no pudo descender rápidamente del vehículo, tal como había hecho su hija de 17 años. Los asaltantes dispararon en ese momento. Arias murió dentro del vehículo.
“Lo único que quiero decir, en nombre de mis hijos y de toda mi familia, es que así como pusieron esfuerzo para detener a los que mataron a Uma, hija del custodio de la señora Patricia Bullrich, solicito que hagan lo mismo con los asesinos de mi hija y con todos los demás que continúan cometiendo asesinatos. Salí para que la señora Patricia escuchara mi pedido”, expresó Graciela, madre de la víctima.
“Yo vivo acá. No vi exactamente la situación en el momento que pasó, pero sí lo escuché. Salí a la vereda cuando la mujer falleció y la hija salió corriendo a pedir ayuda. Acá esta zona está totalmente plagada de delincuentes. Lo que pasa es que los que vienen a robar acá son los del otro lado de la autopista. Acá no hay muchos métodos de seguridad”, expresa a LA NACION una vecina que vive en la cuadra donde ocurrió el mortal asalto.
Vecinos cercanos al lugar del crimen expresaron su consternación y preocupación. “Es un desastre. Vos vas a la parte de atrás de la plaza y ves a muchos consumiendo cocaína, marihuana. Es horrible. La zona está totalmente liberada. Acá te matan porque tienen ganas. La señora les estaba por dar el auto. Dicen que se le trabó el cinturón y la mataron. La mataron por eso, porque se le trabó el cinturón. Podían haber esperado tres segundos más y les daba el auto. No la tenían que matar, no hacía falta. No, pero ellos querían matarla. Ellos saben que nadie les hace nada. Saben que no pasa nada”, comentó Carla vecina del lugar.
Victoria, dueña de la verdulería de la esquina donde ocurrió el asesinato, agregó. “Conocía a la señora y a su marido, son buenos vecinos, gente laburante”. Además, expresó su sorpresa y consternación por el crimen: “Me acosté a las diez y no escuché nada. Me enteré de lo sucedido esta mañana. Es muy sorprendente y triste”. Asimismo, comentó sobre el deterioro de la seguridad en el área: “El año pasado la seguridad estaba bien, con más patrulleros. Pero ahora, del año pasado a este mes, ya hay pocos. Incluso, a uno de mis clientes le robaron el auto mientras compraba”.
Un vecino, que vive enfrente y es conocido de la familia de la víctima, expresó con preocupación: “La chica venía de trabajar. Los asaltantes la vieron parar el auto y se acercaron. Estos delincuentes, vienen del otro lado, específicamente de la Carlos Gardel, andan observando, buscando qué dañar. Conozco a la familia de la víctima, son gente de bien, trabajadores, siempre han sido muy buena gente. Pero los que cometieron este acto, son los tipos que matan y roban. No tienen nada, son puramente resentidos. La mataron simplemente porque quisieron, por envidia hacia su buen auto. Es un acto de resentimiento puro. Nosotros, en este barrio, estamos desprotegidos. Se necesita un cambio radical en la seguridad aquí”.
Al igual que en otros barrios golpeados por el delito, los habitantes de esta zona de Morón se mostraron desesperanzados por la falta de respuesta a los reclamos de seguridad. “Pedí una alarma conectada con la comisaría, pero no hay. La única seguridad que tenemos es una cámara de una vecina y un grupo de WhatsApp”, dijo una de las mujeres que lloraba la pérdida de su vecina.
Por su parte, una joven que también vive en la cuadra donde fue asesinada Arias comentó: “Un vecino me contó que le dispararon a una mujer para robarle el auto. La hija logró salir corriendo para pedir ayuda y los ladrones se fueron. Me dijeron que pasó cuando estaba entrando el auto. Cuando salí escuché que le dijeron a la hija que la señora había muerto y escuché los gritos de la chica llorando por su madre”.
Esa joven, que se identificó ante los medios como Priscila, dijo que “en el barrio hay una sola cámara de seguridad, que pertenece a uno de los vecinos”, y se quejó por la inseguridad en la zona.
“Esta zona en el día es tranquila, bastante residencial, pero acá a dos cuadras tenemos una plaza en la que se junta mucha gente a drogarse, a tomar alcohol, no se puede salir a la noche, han robado en la cuadra varias veces y es imposible esta situación, estamos pidiendo una alarma vecinal y tenemos un grupo de vecinos que nos avisamos todo”, agregó.
La investigación
La principal hipótesis que maneja el jefe de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de Morón, Matías Rapazzo, es que a Arias aparentemente se le trabó el cinturón de seguridad y no pudo bajarse de inmediato del auto cuando los delincuentes la amenazaron con fines de robo, motivo por el cual le efectuaron al menos un disparo en la cabeza.
Las fuentes judiciales dijeron que de la escena y del auto de la víctima los peritos levantaron huellas y rastros, al tiempo que secuestraron imágenes de cámaras de seguridad de la zona, que serán analizadas para poder avanzar en la identificación de los criminales.Además, en base a la prueba recolectada, los investigadores determinaron que a la mujer la mataron de un tiro efectuado con una pistola calibre 9 milímetros.
El vehículo utilizado por los homicidas fue encontrado quemado en las cercanías de Fuerte Apache, el grupo de edificios llamado barrio Ejército de los Andes, ubicado en la localidad de Ciudadela.
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