Sorpresa. Fue a la comisaría a denunciar un robo y se encontró con los asaltantes: eran gendarmes en actividad
La policía encontró estacionado el automóvil que usaron los ladrones, en las adyacencias de la Base Burzaco de la Gendarmería, instalada para reforzar la seguridad en la zona
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Mientras cuidaba a su pequeña hija, Rosario, de 19 años, atendía el almacén de su madre en Hipólito Yrigoyen y Santa Fe, en la localidad de Glew. Tres hombres ingresaron en el local a comprar cerveza. Mientras la joven despachaba las bebidas, los falsos clientes le apuntaron con dos armas, pasaron del otro lado del mostrador y le exigieron que entregara el dinero que guardaba en la caja.
A pesar de que estaba con su hija de dos años, los malvivientes no dejaron de amenazar a la joven. Incluso le apuntaron a la nena, incapaz de entender lo que ocurría. Después de apoderarse de los 20.000 pesos que constituían la recaudación de medio día de trabajo en el almacén, los delincuentes abandonaron el local y huyeron a bordo del Citroën C3 sin patente en el que habían llegado al local del partido de Almirante Brown.
Tras asegurarse de que los delincuentes se habían ido, Rosario se animó a llamar al 911. Con los datos aportados por la víctima, los efectivos de una patrulla de la comisaría de Glew advirtieron que el vehículo utilizado por los asaltantes estaba estacionado en las adyacencias del cruce de Hipólito Yrigoyen y Leandro N. Alem, en Burzaco. Minutos después, comprobaron que el hallazgo del auto sospechoso en esa esquina no era un hecho casual.
Al encontrar el vehículo, los policías pidieron refuerzos y lo interceptaron. Cuando revisaron el rodado e identificaron a los tres ocupantes, los policías advirtieron que se trataba de un cabo y dos suboficiales que se desempeñan en la Base Burzaco de la Gendarmería Nacional. Los tres sospechosos están asignados a la dependencia federal instalada en el lugar para colaborar en tareas de seguridad con la policía bonaerense, pero habían sido sorprendidos cuando circulaban en un vehículo vinculado con el asalto a un almacén de la zona.
Rosario, ajena a la detención de los gendarmes, esperaba en la sala de guardia de la comisaría de Glew a que la atendieran y le tomaran la denuncia por el asalto que había sufrido, en el que, además de los $20.000, le robaron el teléfono celular. En ese momento vio que entraban los policías y reconoció a los tres gendarmes como los asaltantes que entraron en su negocio y le apuntaron con sus armas cuando estaba con su hija.
A partir del reconocimiento positivo de la víctima, los policías solicitaron a la fiscalía que convirtiera la aprehensión de urgencia de los gendarmes en formal detención, al tiempo que le restituyeron los elementos robados a Rosario.
Al revisar a los sospechosos los policías secuestraron sus armas reglamentarias: dos pistolas Pietro Beretta calibre 9 mm, dos chapas patentes que correspondían al auto en el que se movilizaban para cometer los robos y las latas de cerveza que se habían llevado del almacén, junto con el dinero y el celular de la víctima.
Esta mañana, el Ministerio de Seguridad de la Nación pasó a disponibilidad a los tres gendarmes en actividad que prestaban servicio en la Base Burzaco.
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