Fondos y capacitación. Apoyarán a las provincias para que el sistema de emergencia 911 funcione en todo el país
En la última reunión del Consejo de Seguridad Interior, el ministro Aníbal Fernández les ofreció asistencia para su puesta en marcha; el dispositivo de atención integral tiene hoy alcance territorial completo en 15 de los 24 distritos
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Los sistemas integrados de respuesta policial tienen un número que los identifica: 911. Todos los ciudadanos pueden acceder a ese enlace telefónico para informar sobre una emergencia. En realidad, no todos. Apenas un poco más de la mitad de los distritos argentinos monitorean la reacción gubernamental frente al delito bajo ese código de acceso.
En cada provincia hay, claro, una línea especial para informar robos y variadas amenazas a las personas o a las propiedades. Pero no son un sistema 911, que resume en ese número un concepto de organización de seguridad pública entendido como una herramienta tecnológica que permite integrar y administrar todos los recursos y logística relacionados con la atención de situaciones de riesgo y emergencia.
El miércoles pasado se reunió el Consejo de Seguridad Interior y los representantes provinciales escucharon en el CCK la propuesta del ministro Aníbal Fernández de dar asistencia a los distritos para que cada uno cuente con su sistema 911.
Por el momento, solo 15 distritos tienen implementado el sistema 911 en todo su territorio, aunque con diferencias en la aplicación y en la experiencia de trabajo. En Buenos Aires, por ejemplo, dio los primeros pasos en 2005, apoyado en una red casi municipal, pero hoy es el esquema básico de asistencia a las necesidades de la ciudadanía en materia de seguridad pública. En cambio, otra de las provincias grandes apenas da sus movimientos iniciales. Eso pasa en Córdoba, donde el 911 lleva activo un año.
En Jujuy, Catamarca y Entre Ríos, por caso, el sistema solo es empleado en las capitales provinciales, por lo que la Nación prevé colaborar con las autoridades locales para extender la cobertura a otros importantes centros urbanos de esos distritos. Tierra del Fuego, Santa Cruz, La Pampa, Neuquén, Formosa y Santiago del Estero aún no cuentan con la experiencia del 911.
Fondos y apoyo
El ministro de Seguridad de la Nación les dijo a los funcionarios provinciales que habrá recursos y capacitación para que el 911 sea el concepto de la respuesta policial. Además, pidió que se integre la línea 144 de violencia de género, ya que, en muchas ocasiones, la llamada de una mujer en dificultades requiere una inmediata asistencia uniformada para evitar mayores peligros. En ese sentido, el ministro Fernández habló también de la posibilidad de generar, mediante una app, denuncias vinculadas con situaciones de violencia machista. Esa aplicación de telefonía celular podría ser la forma de una primaria presentación policial y judicial.
En cuanto al 911, el ministro mantiene la línea de trabajo que siguieron sus antecesoras, Patricia Bullrich y Sabina Frederic. Aunque cada una con su impronta característica, ambas impulsaron acuerdos con provincias para avanzar en la consolidación de los sistemas de respuesta policial 911, entendido no como una simple línea de atención telefónica para pedir una intervención policial, sino como un esquema de reacción protocolizado.
Cada provincia que usa el 911 –el número telefónico y su concepto– tiene sus particularidades, pero en resumen podría señalarse que a una llamada le siguen pasos comunes: el operador completa el reporte en forma digital mientras atiende al vecino; en ese momento, un centro de despacho de móviles envía a personal hacia el lugar del hecho y un controlador del sistema de videovigilancia observa las cámaras de la zona. Y cada acción queda almacenada para su posterior inspección. El sistema, en la práctica, cuenta con controles cruzados.
A esa estructura básica se le agregan las experiencias que cada provincia adquiere. Por ejemplo, en Salta, en la zona del 911 también trabaja la división de inteligencia criminal, que recibe los reportes al mismo tiempo que los operadores que despachan los móviles. Unos trabajan sobre la emergencia y los otros analizan patrones de conducta de los delincuentes en procura de tener, además, herramientas para la prevención. El 911 salteño recibe cada día unas 3300 llamadas. El 65% de ellas deriva en el desplazamiento de unidades policiales.
En esa provincia del norte, los operadores tienen el apoyo de 1250 cámaras de vigilancia. Esa cantidad se multiplica por diez en la ciudad de Buenos Aires, donde el promedio diario es de 8000 llamados. Con recorridos a pie de agentes monitoreados a través de aplicaciones de GPS en sus celulares, el sistema 911 porteño es uno de los que cuenta con mayores herramientas para reaccionar ante un delito.
No siempre la tecnología y el apego a los protocolos son todo. En Santa Fe, el sistema integral 911, que es monitoreado en tres salas de la sede que la gobernación tiene en Rosario, está montado de acuerdo al mejor manual. Incluso permite observar el movimiento de los patrulleros “en vivo” por el posicionamiento de GPS. Pero los crímenes allí sigue en un espiral ascendente.
Más allá de la muy particular situación de Santa Fe –con policías envueltos en escándalos casi en forma constante–, la idea de integración en la respuesta contra el delito promovida por el sistema 911 es la base sobre la cual en el Ministerio de Seguridad de la Nación busca apoyar el desarrollo de las fuerzas provinciales.
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