Femicidio en Rojas: un fiscal pidió dos veces la detención de Martínez y no se la concedieron por la “feria judicial”
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El femicidio de Úrsula Bahillo dejó al desnudo la inacción y la ineficacia de distintos estamentos del Estado para proteger efectivamente a las mujeres que se animan a denunciar la violencia de género. En una Rojas conmovida por el caso, indignada por las alarmas desoídas y golpeada por la represión policial de la primera manifestación tras el crimen, siguen apareciendo testimonios que revelan que la peligrosidad del oficial bonaerense acusado del asesinato de la chica de 19 años llevaban tiempo y alcanzaban todo tipo de magnitud.
Ahora, una oficial de la policía local y expareja del acusado reveló que la Justicia omitió tomar medidas efectivas para detenerlo en una causa en la que está imputado por el abuso sexual de una menor que sufre una discapacidad mental. Ella misma, reveló, había sufrido la violencia física a manos de Martínez. Y afirmó que sus superiores estaban al tanto del destrato y los ataques a los que sometía a las mujeres, de quienes tenía “una visión despectiva”.
La policía, Florencia V, es la tía de la menor que habría sido sometida por Martínez en la ciudad de 9 de Julio, adonde él había sido desplazado desde Rojas. Dijo, en declaraciones con Radio Rojas 92.5 que había mantenido una relación sentimental con él, en la que fue víctima de maltratos físicos que no llegó a denunciar. Sí, en cambio, lo hizo cuando su sobrina le contó lo que le había hecho el policía en abril de 2020.
La oficial denunció a Martínez en junio del año pasado. Pero la causa avanzó lentamente. Las restricciones derivadas del aislamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia de Covid hicieron que recién en diciembre se le pudiera tomar declaración a la menor en Cámara Gesell. En esa instancia señaló indubitablemente al policía en relación con la vejación.
”Tuve una relación de un año y medio con él en la que sufrí violencia de su parte, física y psicológica. Al principio decía que en sus relaciones anteriores las mujeres eran las ‘locas’, las que lo perseguían, que le hacían causas”, explicó la mujer en declaraciones radiales. Florencia relató que sus superiores tenían conocimiento “de otras causas suyas y del maltrato a sus compañeras”.
Florencia manifestó que en un principio la relación entre ellos empezó “normal”, y que sus compañeros le habían advertido de Martínez, pero con ella él “se mostraba como una persona serena”. Sin embargo, cuando la relación avanzó, esa tranquilidad se terminó: primero empezó a controlarla, después siguieron la violencia física y verbal.
”Yo no me acuerdo del primer golpe, ni en qué situación fue, pero con 32 años tuve las herramientas para poder defenderme. La relación continuó al menos un año y pico más, pero cortamos porque ya no era lo mismo; yo empecé a salir de su entorno y a abrir los ojos”, dijo, en la larga entrevista con Radio Rojas FM 92.5.
Las situaciones de violencia también las vivía en el trabajo. Florencia contó que un día iban los dos en el móvil policial y como ella no lo quiso incluir en un grupo familiar, él reaccionó: “Me agarró de los pelos y me empezó a golpear con el puño. Yo en ese momento estaba al volante del móvil llorando y con un ataque”. Ella intentó dirigirse a la Comisaria de la Mujer, pero el logró frenarla, recordó.
Así pasó un tiempo hasta que un día, en medio de un ataque de pánico, le pidió a un compañero que la llevara a la comisaría. “Ahí me di cuenta de que ya no estaba bien ni para portar un arma ni para seguir con la situación”, relató. Fue en ese entonces cuando ella pidió carpeta psiquiátrica. Aún sufre las secuelas: está con tratamiento psicológico y también psiquiátrico. “Me medican para poder llevar todo adelante”, confesó.
Cuando los periodistas de Radio Rojas le preguntaron si alguna vez lo había denunciado, Florencia explicó: “No, porque soy efectivo policial y he visto cómo las mujeres quedan desamparadas; ayudé a una víctima de violencia de género con él al lado mío y sufriéndolo yo también.”
También contó que su sobrina, que padece “un retraso madurativo de un año”, fue víctima de un abuso a manos de Martínez el 1º de abril del 2020. Según relató Florencia, a partir de ese hecho la joven se acercó más que nunca a ella. “¿Tía estás bien?”, le preguntaba todos los días cuando iba de visita a su casa. A la adolescente la atormentaba la amenaza que había recibido de su violador: “si contás algo mato a su tía y la hija”. Hasta que el 24 de junio la víctima rompió él silenció y en una charla con su mamá el confeso el calvario que había vivido. “Fueron 20 minutos en los que Martínez le destruyo la vida”, lamentó.
“Mi sobrina declaró en Cámara Gesell el 22 de diciembre en la ciudad de Mercedes y el 29 de diciembre el fiscal de Mercedes Sebastián Villalba solicitó al juez de Garantías Guillermo Oliva la detención de Martínez, pero él la desestimó”, continuó Florencia, y agregó: “Mi cuñada habló con el juez, él le dijo que todavía no estaba para detenerlo, que no había apuro, que esperaran a que pasara la feria judicial”.
Según la oficial su cuñada en el transcurso de esta semana llamó a la fiscalía de 9 de julio para informarse sobre el estado de la causa: “Le dijeron que Villalba había vuelto a pedir la orden de detención al juez el 6 de enero”. Sin embargo, aseguró, hasta esta semana, que ocurrió lo de Úrsula, el juez Oliva todavía no había dado respuesta al pedido del fiscal. “Ahora la causa esta archivada esperando que vuelva de la feria judicial”, reclamó.
”A mi cuñada [la madre de la adolescente] le dijo que después de la feria judicial se tomarían medidas, y ayer ella se comunicó con la fiscalía, pero le dijeron que el 6 de enero el fiscal nuevamente pidió la detención y hasta el lunes pasado [cuando se produjo el homicidio de Úrsula] el juez todavía no había dado respuesta”, siguió.
Florencia aseveró que “los jueces se tomaron vacaciones y le dieron vacaciones a él para que siguiera haciendo lo que quería, impunemente”.
“Me da bronca que la Justicia actúe así porque nadie está exento de vivir eso. Los jueces se creen que a ellos nunca les va a pasar, como nos pasó a nosotros; un día lo ves en la televisión y al otro la que lo vive sos vos”, lamentó Florencia.
La mujer reveló que el lunes pasado, horas antes de ser asesinada, Úrsula se comunicó con ella porque “quería aportar pruebas, capturas de mensajes y chats” que pudieran servir para cimentar la denuncia de abuso de su sobrina, y agregó que al día siguiente iba a contactarse con el fiscal Villalba para presentarlas.
”Me comentó que sufría violencia hacía siete meses en la relación que tenía con Martínez; yo la escuché muy nerviosa, angustiada y con mucho miedo. Traté de aconsejarla, en varias oportunidades le dije que no le tuviera miedo, que se refugiara en su familia y amigos, y que tratara de que le aceleren lo [de la entrega] del botón antipático”, recordó, sobre su diálogo con Úrsula, a quien dijo no conocer ni haberla visto en persona.
Reveló que al enterarse del femicidio se sintió shockeada y bloqueada: “Me largué en llanto, volví a sentir lo mismo, mucho dolor, porque el día que me enteré de que estaba en pareja con Úrsula pedí que hubiera cambiado y que ella no tuviera que pasar ciertas cosas”, afirmó.
”Me sentí mal porque me vi en ella y pude ponerme en su lugar, lo veía en imágenes, de estar yo en el lugar de ella y verle esos ojos fríos que ponía al pegarte, vacíos, llenos de odio, sin ningún tipo de remordimiento”, se lamentó.
"No puedo dejar de pensar en la situación de ella, en cómo sufrió y en todo lo que pasó con esta bestia, si hubiese sabido antes habría hecho algo, advertirla, aconsejarla, porque yo sabía que él en cualquier momento iba a llegar a hacer esto, muchas veces le dije que fuera a un psicólogo, pero me decía ‘no estoy loco, las locas son ustedes"
Florencia V. (policía y expareja de Matías Martínez)
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