Femicidio: El descuartizador de la villa 31 fue extraditado desde Paraguay
Un hombre que está acusado de haber asesinado y descuartizado a su mujer con una amoladora en marzo pasado en la villa 31 del barrio porteño de Retiro y que estuvo 50 días prófugo hasta su arresto en Paraguay, negó ante el juez haber sido el autor del femicidio. El sospechoso dijo que sólo se entregó por sus hijos y sus padres, informaron fuentes policiales y judiciales.
Se trata de Waldo Servian Riquelme, de 33 años, quien anoche llegó detenido, custodiado por agentes de Interpol y procedente de Asunción, en el vuelo 1263 de la empresa Aerolíneas Argentinas y que esta mañana fue remitido al Palacio de Tribunales para ser indagado por el femicidio de su esposa Liliana González, de 37 años.
"Yo no la maté y solo me entregué en Encarnación por mis hijos y mis padres", fue la única frase que el imputado de nacionalidad paraguaya le dijo al juez de la causa, Hugo Decaria, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 39, tras lo cual se negó a declarar, según indicó a Télam una fuente judicial.
Pese a que el hecho es un "homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haber sido cometido contra una mujer y mediando violencia de género", Servian Riquelme no podrá ser condenado a esa pena porque fue una de las condiciones fijadas para su extradición.
"En Paraguay no existe la figura del femicidio y el convenio de extradición con esa república dice en forma textual que no entregará a un ciudadano de ese país requerido por autoridad extranjera donde sea sometido a pena de privación de la libertad a perpetuidad o a pena de muerte", explicó a Télam el defensor del imputado, Alberto Caraballo.
Por ello, en caso de ser condenado en un futuro juicio oral, el acusado que hoy le dijo al juez que vivía de las propinas que percibía en la terminal de Retiro por la carga y descarga de valijas, sólo podrá ser acusado de "homicidio agravado por el vínculo" pero la pena no podrá superar los 25 años de cárcel.
El femicidio de González, de nacionalidad paraguaya, fue descubierto el 17 de marzo pasado cuando la policía irrumpió a la casa 211, de la manzana 110, de la calle 13 de la villa 31 bis de Retiro, donde convivía con su pareja. Al llegar al baño, los efectivos de la Unidad de Prevención Barrial 4 y de la Comisaría Comunal 1 encontraron los primeros restos humanos descuartizados, que luego se supo pertenecían a González. Otras partes del cadáver fueron halladas dentro del horno de la cocina, también en la terraza junto a un perro y la cabeza apareció con el pelo rapado.
La policía pensó al principio que podía haber más de una víctima, pero luego los forenses determinaron en la autopsia que se trataba de un solo cadáver que pertenecía a González, quien fue asesinada a puñaladas y luego descuartizada con una amoladora eléctrica secuestrada en la escena.
El caso fue esclarecido por detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, el juez Diego Javier Slupski -en su momento a cargo del juzgado que intervino-, y el fiscal Andrés Madrea, quienes lograron reconstruir todos los movimientos del presunto femicida desde que cometió el crimen hasta que huyó a su país natal, Paraguay, donde estuvo 50 días fugitivo.
El crimen fue cometido el sábado 16 de marzo y la búsqueda comenzó al día siguiente, el domingo 17, cuando el sospechoso ya había cruzado la frontera desde Misiones a Paraguay.
Según la investigación, el 16 de marzo, Servian Riquelme dejó a sus dos hijos -un niño y una niña en edad escolar-, al cuidado de su hermana, también domiciliada en el Barrio 31, y por la tarde le pidió que los llevara la terminal de ómnibus de Retiro para despedirse de ellos porque tenía que viajar a Paraguay.
Ese mismo sábado, el imputado se tomó un colectivo rumbo a la provincia de Misiones y desde allí utilizó un remís. El cruce a Paraguay quedó registrado a las 8.05 del domingo 17 de marzo, antes que se descubriese el cadáver descuartizado de la mujer.
El remisero misionero declaró que Servian Riquelme estaba nervioso, que le urgía cruzar a Paraguay y que para abaratar costos compartió el viaje con dos mujeres a las que no conocía.
El remisero dejó a Servian Riquelme en una terminal de micros en Paraguay y desde allí el imputado se dirigió a su pueblo natal, cerca de Encarnación, dondese entregó el 6 de mayo, 50 días después del crimen.
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