Ezeiza: la droga estaba en cajas de aceite para las turbinas del avión
"Hubo una severa falla de control en Ezeiza". Así, un funcionario judicial que participa de la investigación del hallazgo de 87,5 kilos de cocaína en un avión de carga de KLM, definió la facilidad que tuvieron los sospechosos para ingresar la droga en el aeropuerto internacional y de subirla a la aeronave.
La droga, 82 ladrillos de cocaína con un peso de 87,5 kilos, fue subida a la aeronave en tres cajas de cartón.
"Dos de las cajas donde estaba la cocaína eran las de una marca de aceite utilizado para las turbinas del avión. No tenían ningún método de ocultamiento. Era como si subieran solo aceite a la aeronave", sostuvo a LA NACION una fuente judicial.
La causa tiene ocho detenidos. Se trata de los tres tripulantes del avión, todos nacidos en Holanda, y de cinco empleados de la empresa Martinair Holand, de nacionalidad argentina.
El piloto, el copiloto y el tercer integrante de la tripulación eran indagados desde mediodía por el juez en lo penal económico Javier López Biscayart y el fiscal Emilio Guerberoff, funcionarios a cargo de la causa.
El avión de KLM, operado por Martinair Holand, había aterrizado en Ezeiza desde San Pablo a las 10.45 del martes pasado. Debía despegar antes que se vencieran los permisos de la tripulación y después de subir la carga legal: 49 caballos de polo y de carrera que tenían destino final en Tailandia y Singapur.
"Fue puro olfato de los agentes de Aduana", dijo a la agencia Télam un investigador del caso. Se refería a que al personal aduanero le llamó la atención lo que sucedía en la pista en medio de un alerta meterológico.
Las filmaciones de las cámaras de seguridad de la terminal aérea mostraban que dos camionetas pertenecientes a la empresa Martinair Holand se acercaron al avión y de allí comenzaron a bajar cajas de cartón que introducían a la bodega.
Cuando hay alerta meterológico no se pueden hacer operaciones de carga en la pista y, además, los empleados de Martinair Holand no están autorizados para hacer ese trabajo, función que cumplen Intercargo.
Entonces los agentes de la Aduana decidieron hacer una requisa en el avión y descubrieron los 87,5 kilos de cocaína en la bodega.
"La droga estaba en pallets, dentro de las cajas. En ningún momento hubo intención de disimularlas, porque en realidad se trataba de contaminar un carga legal [como los caballos]", agregó la fuente consultada.
La sospecha de los detectives judiciales es que se trata de una modalidad conocida como rip off, que significa que la mercadería que debe transportar el avión es lícita y cuenta con toda la documentación en regla, pero que en algún momento del proceso de carga se contamina con la droga.
Ahora, los funcionarios judiciales intentan determinar la "trazabilidad" del cargamento, es decir cómo y cuándo llegó al aeropuerto de Ezeiza hasta ser subida al avión.
"Por el riesgo de tener tanta droga en su lugar de trabajo sospechamos que la cocaína fue ingresada en el aeropuerto internacional de Ezeiza la misma mañana del descubrimiento. Suponemos que estaba oculta en los autos de los empleados detenidos porque las camionetas que estaban en la pista no salen de la aeroestación. Ahora debemos corroborar el puesto de control por donde ingresaron los trabajadores apresados", afirmó a LA NACION una fuente del caso.
Para los investigadores argentinos la organización criminal tenía contactos en Holanda. "Sin duda en el lugar de destino, en los Países Bajos, había una complicidad para poder sacar sin problemas las cajas con la cocaína", agregó un detective judicial.
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