Extraditaron a la Argentina a uno de los ladrones uruguayos investigados por el frustrado golpe
Llegó al país este jueves por la noche escoltado por personal de Interpol; en las próximas horas será indagado por los fiscales del caso
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En un vuelo de Aerolíneas Argentinas, custodiado por dos integrantes de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina, fue trasladado a la Argentina desde Uruguay Nicolás Carpani Romero, sindicado integrante de la banda criminal que hizo un túnel de 155 metros de largo y 4,35 de profundidad en pleno casco histórico de San Isidro para entrar en la bóveda de un banco y apoderarse de un botín millonario.
Después de que el avión aterrizó en el aeroparque metropolitano, en un importante operativo de seguridad del que participó personal de la policía bonaerense, Carpani Romero fue trasladado a la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro.
El sospechoso fue indagado por el fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, a cargo de la investigación. Trascendió que negó los cargos, aunque admitió que estuvo varias veces en nuestro país entre enero de 2023 y agosto de 2024, lapso en el que se construyó ese túnel. Señaló que nunca había estado en San Isidro, pero sí en Tigre. Reconoció que había salido de prisión un mes antes del supuesto comienzo de las actividades de la banda en la Argentina, pero dijo que desde que fue liberado es un empresario que se dedica al alquiler de maquinarias.
Hoy a la noche, será extraditado, en un operativo de similares características, Alan Daniel Lorenzo Rodríguez, sindicado jefe de la barra brava de Nacional. En su indagatoria, Carpani Romero admitió que no solo conoce a Rodríguez, sino que lo considera un amigo.
Carpani Romero fue el tercer detenido que tiene la causa por el intento de robo. Antes que a él, las autoridades policiales habían hecho lo propio con Alejandro Rosendo López y Rodríguez
El martes 6 de agosto pasado, cerca de las 8.45, Damián Otero, un empleado de Berni, un local gastronómico situado en Chacabuco al 400, a pocos metros del banco que los ladrones pretendían robar, y que ahora trabaja para Banco Macro, sintió un ruido extraño debajo de su camioneta.
Algo que no sabía qué era le daba golpes al chasis. El extraño sonido no se detenía. Entonces corrió el vehículo unos pocos metros y, después de descender, descubrió algo que le llamó la atención: una varilla de hierro sobresalía de entre los adoquines. Pronto se acercaron el personal de la confitería y otros comerciantes. Nadie entendía qué era lo que veían.
Tras el hallazgo y como no pudieron sacar la varilla de entre los adoquines, los comerciantes de la zona decidieron doblarla para que ningún conductor se la llevara por delante. Después le pidieron al personal de seguridad del banco que colocara un cono naranja fluorescente para que quedara señalizado el lugar.
Un analista técnico revisó todas las alarmas y los sensores del banco y no encontró ninguna anomalía. Sin embargo, se comunicaron con personal de la comisaría 1a. de San Isidro para “dar aviso de lo sucedido”. A las 20, un patrullero de la policía bonaerense se estacionó en Chacabuco al 400 para vigilar en forma preventiva las proximidades del banco.
El miércoles 7 de agosto a las 8, hubo una comunicación con la Subsecretaría de Obras Públicas de la Municipalidad de San Isidro y poco después se decidió romper la calle y ver hasta dónde llegaba la varilla que había quedado clavada en los adoquines. Al comenzar a sacar la varilla se estableció que estaba conectada por tramos por un largo de aproximadamente tres metros. Entonces, se decidió excavar para ver hasta dónde llegaba el túnel”, sostuvo una fuente de la investigación.
La primera sospecha fue que el túnel podía conectar con una propiedad situada en la vereda de enfrente del banco, pero pronto esa hipótesis se descartó.
Después de más de 12 horas de trabajo, se descubrió que el túnel comenzaba en un galpón situado en Chacabuco 535/547.
En el viejo taller, detectives de la policía bonaerense y personal de la Municipalidad de San Isidro hallaron colchones, que indicarían que la banda dormía en el lugar, y bolsas plásticas y de arpillera similares a las que utilizadas por los corralones para vender arena para obras en construcción, donde cargaban la tierra que sacaban a medida que hacían el pozo.
Los delincuentes, según sospechan los investigadores, a esa altura ya estaban en Uruguay, después de haber tenido que abandonar el plan criminal después de un año y medio de preparación.
Hace 15 días, el juez de Garantías de San Isidro Ricardo Costa dictó la prisión preventiva del “lanchero” López, conocido como Jhony, por el delito de robo en concurso real con daño en grado de tentativa..
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