Extorsiones a constructoras. Detuvieron al líder de la barra brava de Rosario Central y al titular de la Uocra
El fiscal Miguel Moreno ordenó la detención de ambos, acusados de integrar una asociación ilícita que presionaba a empresarios de la construcción para dar el servicio de viandas a los trabajadores
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ROSARIO. El jefe de la barrabrava de Rosario Central, Andrés “Pillín” Bracamonte, y el titular de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) de Rosario, Carlos Vergara, que fue interventor de la filial La Plata cuando entró en problemas con la ley Juan Pablo “Pata” Medina, fueron detenidos este miércoles, acusados de integrar una asociación ilícita que se dedica a extorsiones en obras de construcción.
El fiscal Miguel Moreno, que ya había detenido a Bracamonte a mediados de 2020, ordenó diez allanamientos en distintas localidades de la región y la detención de ocho personas, entre las que se encuentran barras y gremialistas.
De acuerdo a la información inicial, Bracamonte era la “fuerza de choque” que usaba la Uocra para presionar a los desarrolladores inmobiliarios para que contrataran un servicio de viandas que manejaba el sindicato.
Bracamonte fue detenido hace tres años por una causa que investigó el mismo fiscal por lavado de dinero. Salió en libertad en noviembre de 2021 y volvió a vivir a su mansión en el country Los Álamos, en Ibarlucea, donde este miércoles fue detenido por efectivos de la Agencia de Control Policial.
En esa causa, el hijo del barrabrava fue imputado e investigado por Moreno, porque sus ingresos no se correspondían con los bienes que estaban registrados a su nombre. Según la investigación el único ingreso de Andrés Guillermo, de 20 años, era como empleado de la empresa Dragados y Obras Portuarias SA, con un sueldo de 25.589 pesos en ese momento. De la pesquisa surge que, el 22 de agosto de 2019, el hijo de Pillín adquirió un Chevrolet Prisma valuado en 576.000 pesos; el 21 de septiembre de 2017 compró, por 820.000 pesos, un VW Scirocco; también, un Chevrolet Classic que funciona como taxi.
Moreno puso en la mira a Pillín por los negocios que manejaba con una estrategia que apuntaba a armar empresas que, en muchos casos, vendían servicios o productos al club de sus amores. Esas firmas, como Vanefra SRL, Ruffino SAS, Ser-Eco SRL y Kabrasi SRL, estaban a nombre de supuestos testaferros y eran consideradas “fantasmas”.
La defensa de Bracamonte, en manos del abogado Carlos Varela, apeló la prisión preventiva al cuestionar la imputación de lavado de activos. En dos oportunidades se la denegaron, pero la tercera fue la vencida a mediados de noviembre de 2021. Presentó a la Justicia documentos y pericias contables que –según esa postura– daban indicios de que las cuatro empresas tienen operatoria y movimientos de dinero que se pudieron justificar.
El líder de la barra de Rosario Central comenzó a ser investigado por el fiscal Moreno porque su nombre apareció mencionado en una trama de sicarios que ejecutaron al policía narco Cristian Ibarra, asesinado por Ariel Cantero, alias Chanchón, uno de los hijos de Máximo, el histórico líder de Los Monos.
La relación entre Pillín y Los Monos proviene desde hace dos décadas, cuando empezó a capitanear la hinchada, tras desplazar a tiros y trompadas a Los Chaperos, que compartían el liderazgo en el Gigante de Arroyito. Estos antecedentes y la vinculación con la mafia de los taxis fue una de las herramientas que usó el fiscal para dar contexto a su imputación, aunque después no avanzó en esa línea.
El concejal Roy López Molina señaló, tras la detención de Pillín, que seis chapas de taxis estaban a nombre de allegados a Bracamonte. Ahora apareció un nuevo engranaje delictivo en torno al jefe barrabrava: la relación con la Uocra para realizar extorsiones.
En su mansión en el country de Ibarlucea, la Agencia de Control Policial secuestró 600.000 pesos y carpetas con el logo del gremio.
Uno de los puntos que profundizó el fiscal Moreno en la investigación es una serie de extorsiones en el sector de la construcción por el control de las viandas para darles el almuerzo a los obreros en las obras.
En octubre pasado, uno de los integrantes de Los Monos, Cristian Avalle, que fue acusado de instigar ataques contra las sedes gremiales de Uocra y Camioneros, dijo en la audiencia imputativa que los funcionarios judiciales deberían llamar a declarar a Vergara –titular del sindicato– y a Bracamonte. La frase quedó en el aire, como un misterio.
Según lo que se descifró en la acusación, la disputa era por el control de la entrega de unas 400 raciones de comida en las obras de Rosario. Otras tantas estaban destinadas a la ciudad de Santa Fe. Tanto en Rosario como en la capital provincial los edificios del gremio fueron baleados.
Lo que se presume es que Avalle podría ser el brazo ejecutor de Bracamonte, que a su vez había sido contratado por Vergara como “fuerza de choque” para controlar el suministro de comida en las obras.
La violencia en torno a la Uocra ligada a las mafias por el abastecimiento de alimentos a los obreros no es nueva. En 2018, dos sicarios fueron a matar a Julio Galván, dirigente de confianza de Vergara, que manejaba la distribución de comida en las obras, que brindaba el propio gremio. Los sicarios no lograron asesinar a Galván, que resultó herido, pero sí a su cuñado Juan Garcilazo, de 44 años, que también estaba dentro de la Uocra.
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