Estuvo prófugo 30 meses: cayó el motochorro que robaba Rolex a turistas y había tenido una liberación exprés
Leandro Amarilla había sido detenido en marzo de 2019 cuando huía después de asaltar a una pareja de visitantes griegos, pero no llegó a estar ni 24 horas preso
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El 10 de marzo de 2019, entre las 14.24 y las 17.11, Leandro Amarilla, junto con un grupo de cómplices, protagonizó dos robos a turistas extranjeros que paseaban por la ciudad de Buenos Aires. En ambos, el botín fueron relojes Rolex. Esa tarde, el sospechoso, que ahora tiene 34 años, fue reducido por peatones a pocos metros del Teatro Colón cuando intentaba escapar del segundo golpe, donde la víctima fue una ciudadana griega. El ladrón fue detenido por personal de la Policía de la Ciudad y fue trasladado a la Comisaría Vecinal 1 C. Pero estuvo detenido menos de 24 horas. El juez Gabriel Ghirlanda, a cargo de la causa, ordenó su liberación desde la seccional policial, decisión que generó críticas del por entonces presidente, Mauricio Macri. Finalmente, el 22 de abril de aquel año, el magistrado ordenó la captura del ladrón, pero la medida solo se pudo concretar en las últimas horas, casi dos años y medio después.
Así lo pudo reconstruir LA NACION de fuentes judiciales. Amarilla fue detenido en Moreno, cerca de su domicilio, por detectives de la División Capturas y Búsqueda de Prófugos de la Policía de la Ciudad. En abril de 2012, Amarilla había sido beneficiado con la libertad condicional en una causa donde tenía una condena por portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal en concurso real con violación de domicilio y encubrimiento.
En mayo pasado, cuando Amarilla llevaba dos años y un mes prófugo, y tras un pedido de colaboración del juez Ghirlanda, comenzó a seguirlo la Secretaría de Búsqueda y Capturas (Sebusca), dependiente de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri), que tiene como objetivo encontrar a delincuentes prófugos de la Justicia.
La Sebusca le encomendó una serie de tareas investigativas a la División Capturas y Búsqueda de Prófugos de la Policía de la Ciudad; el punto de partida fue el domicilio de Amarilla que figuraba en el Registro Nacional de las Personas (Renaper) y, luego, los datos personales que el sospechoso entregó cuando “contrajo obligaciones financieras con un banco por 63.000 pesos”.
Fue así que las tareas de campo de los detectives policiales hicieron foco en la zona de Moreno donde, finalmente, Amarilla fue detenido cuando fue a hacer un trámite personal. “Era uno de los motochorros más buscados”, dijo a LA NACION una fuente judicial.
Los golpes de la banda
El primer golpe que le adjudican a la banda que integraba Amarilla ocurrió el día 10 de marzo de 2019 a las 14.24 horas en la avenida San Juan al 300, San Telmo. La víctima fue un turista que fue arrojado al suelo por al menos cuatro delincuentes. Cuando la víctima estaba indefensa, los ladrones le arrancaron de la muñeca izquierda un reloj Rolex y escaparon en una camioneta Ford EcoSport azul y en una moto.
Menos de tres horas después, a las 17.11, la banda volvió a protagonizar otro ataque. En esa oportunidad, las víctimas fueron Zour Ioanna y Katzilieris Loanis, una pareja de turistas griegos que caminaba por Cerrito y Tucumán, cerca del Teatro Colón.
“Los turistas fueron sorprendidos por atrás. A la fuerza, le sustrajeron un reloj Rolex a la señora griega y se escaparon por Tucumán en dirección a la calle Libertad. Pero Amarilla fue reducido por unos peatones que habían sido testigos del robo y que le dieron alcance antes de que se subiera a la moto de sus cómplices”, según recordaron a LA NACION fuentes judiciales.
Poco después, cuando personal de la Policía de la Ciudad se llevaba detenido al sospechoso se acercó una joven y reconoció al delincuente como el ladrón que una semana antes le había robado en la misma zona.
Como se dijo, Amarilla fue trasladado a la Comisaría Vecinal 1 C. Según informó LA NACION en su momento, las autoridades policiales hicieron una consulta ante autoridades de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional N°47, a cargo de Anselmo Castelli, para determinar si el hecho se debía tratar bajo la ley de flagrancia, que, entre otras cuestiones, permite la realización de un juicio exprés.
“Desde la fiscalía no dieron el tratamiento del caso como un hecho de flagrancia. Entonces, desde el Juzgado en lo Criminal y Correccional N°52, a cargo del juez Ghirlanda, se dispuso la constatación de la detención del imputado, constatación de domicilio, juego de fichas dactilares, y si no registraba impedimentos por planilla prontuarial [sic] y reincidencia, se procediera a su soltura”, informaron fuentes policiales.
Según fuentes policiales, como la constatación del domicilio del imputado en Moreno se demoraba, desde la Policía de la Ciudad se volvieron a comunicar al juzgado. “En la comunicación, un funcionario judicial relató que un hermano del sospechoso, junto con un abogado, se habían presentado en sede judicial. Entonces se ordenó que el hermano del imputado se presentara en la comisaría para que le tomaran los datos. Para el juzgado, con ese trámite ya se podía dar por hecha la constatación de domicilio y el acusado podía recuperar su libertad”, agregaron los voceros consultados.
Tras la liberación del sospechoso, el por entonces presidente Macri hizo una dura crítica de la decisión del magistrado. En su cuenta de Twitter escribió: “Un motochorro más liberado en menos de 24 horas después de haber asaltado a una turista y de ser reconocido por otra víctima más. Vuelvo a pedirle a la Justicia que cuide a los ciudadanos y no a los delincuentes”.
Un motochorro más liberado en menos de 24 horas después de haber asaltado a una turista y de ser reconocido por otra víctima más. Vuelvo a pedirle a la Justicia que cuide a los ciudadanos y no a los delincuentes.
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) March 12, 2019
Finalmente, un mes y 12 días después, y tras aquellas idas y vueltas con las constataciones fallidas, el juez Ghirlanda ordenó la captura de Luis Amarilla, que estuvo prófugo hasta las últimas horas.
La Ufecri está a cargo del fiscal José María Campagnoli. Bajo su órbita está la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE), dedicada a identificar a los sospechosos que figuran como NN en causas. A fines del año pasado, por decisión del procurador general interino, Eduardo Casal, se dispuso que también colabore en la búsqueda de fugitivos.
La decisión de Casal, según se desprende de la resolución 88/20 de la Procuración General de la Nación (PGN), se tomó después de un pedido hecho por el propio Campagnoli, que además de la Ufecri conduce la fiscalía descentralizada de Núñez-Saavedra.
“Desde que comenzó con su tarea, la Sebusca, a cargo de Juan Pablo Bello, puso a casi 50 prófugos a disposición de la Justicia”, afirmaron fuentes judiciales.
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