Estuvo diez años presos y ahora cayó por el asesinato de un detective de la Policía de la Ciudad
Néstor Fabián Ruiz, con antecedentes por tentativa de homicidio, fue detenido por acribillar al oficial José Luis Gómez para intentar robarle la moto en Lanús
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Estuvo una década preso y ahora volvió a caer tras las rejas. Aquella vez, por una tentativa de homicidio y evasión. Ahora, por haber asesinado a un detective de Homicidios de la Policía de la Ciudad herido de muerte cuando trató de evitar que le robaran la moto cerca de su casa, en el partido de Lanús.
Fuentes de la policía bonaerense informaron que detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones de Avellaneda-Lanús arrestaron a Néstor Fabián Ruiz, de 29 años, en la casa de un familiar en el barrio de La Cañada, Quilmes, donde se había ocultado después del crimen, ocurrido el 18 de septiembre pasado.
La captura de Ríos fue posible gracias al exhaustivo análisis del geoposicionamiento de unos 5000 celulares captados por la antena de telefonía celular más cercana a la escena del asesinato de José Luis Gómez, quien murió de un tiro en el tórax –a la altura de la tetilla derecha– recibido durante el asalto que sufrió a las 20.30 del 18 del mes pasado en el cruce de las calles 2 de Mayo y Zuloaga, en la localidad de Remedios de Escalada.
En ese lugar, aquella noche, quedaron la Gilera de 110cc blanca de Gómez, con la llave de encendido colocada y un casco negro encima, y la víctima, con su morral todavía colocado –dentro del cual estaban sus documentos y su celular laboral– y su pistola reglamentaria. Alrededor suyo, varias vainas servidas de calibre 9 milímetros.
Los investigadores de la policía bonaerense recibieron información de las diferentes empresas prestatarias del servicio de telefonía celular sobre unos 5000 números, aproximadamente. Especialistas de la Dirección de Tecnologías Aplicadas, de la Superintendencia de Investigaciones en Función Judicial, analizaron los recorridos de cada una de las líneas de abonados que impactaron en las antenas tanto del lugar del crimen como del lugar donde el homicida abordó una motocicleta en la cual lo esperaba una mujer, en la intersección de las calles 25 de Mayo y San Martín, según reveló el análisis de las cámaras de seguridad municipales y privadas.
El relevamiento permitió a los policías posicionar las líneas e identificar al presunto autor material del crimen y a la mujer que se lo llevó de la zona en la moto, que resultó ser una expareja de Ríos, de apellido Robles.
Con esa información, sumada a las tareas de campo desplegadas por los detectives bonaerenses, la fiscal de Avellaneda-Lanús Silvia Bussano libró cuatro órdenes de allanamiento y requirió la captura de Ríos, de quien, a esa altura, ya se sabía que tenía antecedentes por tentativa de homicidio calificado y evasión, y que entre 2013 y 2023 había estado supeditado al Juzgado de Ejecución N°2 de Lomas de Zamora, encargado del control de su condena.
El presunto homicida fue localizado en el barrio de La Cañada, donde había buscado cobijo en la casa de un familiar para mantenerse en la clandestinidad. Según informaron los voceros de la investigación, al advertir la presencia de los uniformados, que lo sorprendieron cuando salía de la vivienda donde se escondía, intentó escapar a la carrera por los fondos de la propiedad. Pero uno de los policías, en una veloz acción, logró interceptarlo y reducirlo.
Durante los allanamientos se secuestraron cuatro celulares –uno de ellos, utilizado durante el hecho criminal–, un chip de la empresa de telefonía móvil Movistar y una campera de color rosa.
El crimen de Gómez, a quien le decían “Chicha” y que era considerado uno de los investigadores de homicidios más prolíficos de la fuerza de seguridad porteña, representó el duodécimo asesinato de un policía de la Ciudad en los últimos cuatro años. Excepto uno, todos esos hechos ocurrieron en el conurbano. Esa circunstancia llevó al jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, a cuestionar la política de seguridad bonaerense y a ordenar que todos los policías usen el chaleco antibalas mientras circulen por la provincia, de camino a sus casas o a prestar servicio en la Capital.
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