Creen que en las próximas horas podrían encontrar más víctimas que no llegaron a los hospitales

Los investigadores policiales y judiciales estiman que en las próximas 48 horas podrían aparecer más víctimas fatales fallecidas por consumir cocaína envenenada. Esta presunción se fundó en la posibilidad de que algunas de las víctimas hubieran muerto en sus casas o en viviendas de amigos, sin haber recibido atención médica o sin contar con alguien que los llevara a un hospital.

Les llama poderosamente la atención el efecto devastador del consumo de las dosis en las víctimas que lograron sobrevivir. Según pudo saber LA NACION, uno de los pacientes, al ser extubado, dijo que había consumido drogas desde el sábado, y que esta mañana tomó de una dosis nueva, y de inmediato cayó inconsciente.

El cuadro, dijeron los especialistas, es compatible con el que se vio en septiembre del año pasado en los Estados Unidos, con una seguidilla de muertes que fueron atribuidas al consumo de una droga que sería cocaína mezclada con fentanilo, un opiáceo 100 veces más potente que la heroína.

Eso, sospechan ahora los investigadores, pudo haber ocurrido con personas que no lograron obtener ayuda de terceros y, por eso, no llegaron a un centro asistencial. Ya hay reportes de personas muertas en casas e incluso en la vía pública.

Este fue el caso de al menos seis de las 20 personas fallecidas. Tres de ellos murieron en sus casas de San Martín y los tres, restantes perdieron sus vidas en sus viviendas de Hurlingham. Ninguno tuvo chance de pedir ayuda. Tan fulminante fue el veneno que no tuvieron margen de reacción. Hasta el momento hay 74 personas internadas, 18 de ellas con asistencia mecánica pero la cifra se amplía minuto a minuto, ya que están llegando personas en grave estado a la admisión de las guardias.

Entre las seis personas que fallecieron en sus casas, figura la pareja de Leonardo, de 39 años, uno de los pacientes internados en el hospital San Bernardino, de Hurlingham. Según describió un familiar del paciente, la mujer de Leonardo murió en la casa que compartían, en la localidad de William Morris, partido de Hurlingham.

Según los investigadores, el caso de la pareja de Leonardo no se trataría de un hecho aislado. La presunción de que podrían aparecer más víctimas también se fundó en la dinámica del proceso que empezó a la madrugada, cuando comenzaron a llegar los primeros pacientes intoxicados a las guardias de los hospitales de Hurlingham y de Loma Hermosa.

A los centros de atención llegaron aquellos que contaron con ayuda y con la posibilidad de que alguien los traslade. Pero los investigadores abonan la sospecha de que otros consumidores pudieron haber perdido el conocimiento en los lugares precarios donde viven y no pudieron pedir ayuda.

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