“¡Están todos regalados!”. El grito del ladrón que usó de escudo humano a un pasajero y mató a balazos a un policía y a un barrendero
Lo recordó uno de los testigos durante el juicio en el que dos sospechosos -Diego Guida y Cristian Vivas- están acusados de los homicidios del oficial federal Esteban Lagos y de Juan Bonifacio, a los que les dispararon cuando asaltaban un colectivo de la línea 100 en Barracas
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Un hombre que fue tomado como escudo humano durante un asalto en el que fueron asesinados un efectivo de la Policía Federal y un barrendero a bordo de un colectivo de la línea 100, ocurrido en Barracas en octubre de 2020, declaró hoy como testigo en el juicio oral por el hecho y aseguró que vio cómo uno de los delincuentes efectuaba seis disparos contra el oficial con “total impunidad”.
”Uno de los delincuentes me dijo ‘levantate que esto es un asalto’. Me agarró del cuello y empezó a gritar ‘¡están todos regalados!’”, dijo Cristian, el primer testigo que declaró hoy en el comienzo del juicio oral por los homicidios del policía Esteban Nicolás Lagos, que tenía 28 años, y del barrendero Juan Roberto Bonifacio, de 34, y las heridas a dos pasajeros del colectivo, por los que están siendo juzgados Diego Gastón Guida, de 41 –que había sido excarcelado por otra causa tres semanas antes del doble crimen–, y Cristian Ramón Vivas, de 43.
Según la acusación fiscal, Guida y Vivas llegaron al debate como detenidos e imputados de los delitos de “robo agravado por ser realizado con arma de fuego, homicidio agravado por ser cometido para cometer otro delito y para buscar impunidad y agravado por ser contra un integrante de la fuerza de seguridad”, por los que podrían recibir la pena de prisión perpetua.
El testigo Cristian, de quien se preserva su apellido por cuestiones de seguridad, fue el primero en declarar ante el tribunal y fue clave para la investigación, ya que fue tomado como escudo humano por uno de los dos delincuentes que subieron a robar al colectivo en octubre del 2020, mientras el cómplice amenazaba al resto de los pasajeros.
”Fue en ese momento que vi que el policía uniformado, que estaba sentado a la mitad del colectivo; no llegó a hacer más que un movimiento y el hombre que me sujetaba le disparó unas seis veces con total impunidad. Me tomó de rehén y efectuó más de seis disparos”, agregó el testigo.
Además, en la primera audiencia también declararon otros cuatro testigos, entre ellos dos hombres de 30 y 34 años, ambos pasajeros del colectivo, quienes resultaron baleados durante el hecho, uno con un balazo en un pie y el otro con un tiro en una pierna.
”Me tocó las partes nerviosas de la pierna, tengo seis esquirlas, me sacaron una séptima y tengo las marcas de los orificios de entrada y salida, además estoy con tratamiento psicológico y psiquiátrico desde que pasó esto y, si bien sigo usando ese colectivo, trato de evitar cuando pasa por la zona del hecho”, contó Federico.
Apenas comenzó la audiencia, el acusado Vivas negó ante el tribunal tener algo que ver con el hecho.”Lo único que tengo para decir es que no tengo nada que ver con el hecho que me imputan. Nunca subí al colectivo ese que dicen. Ni siquiera conozco a la otra persona que dicen que estaba conmigo”, dijo.
Por su parte, el otro de los acusados, Guida, quien tenía antecedentes al momento del hecho y había sido excarcelado el 29 de septiembre de 2020, es decir, tres semanas antes que asesinaran al oficial y al barrendero, se negó a declarar.
El juicio comenzó cerca de las 10 de la mañana en los Tribunales porteños y estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 7, integrado por los jueces Gustavo Alterini, Gabriel Vega y Gustavo Rofrano.
Tras la declaración de los testigos, los jueces pasaron a un cuarto intermedio hasta el 14 de septiembre próximo, cuando se desarrollará la segunda audiencia.
El caso
El hecho ocurrió el lunes 19 de octubre de 2020, a las 23.40, a bordo del interno 4845 de la línea 100, ramal 1, que circulaba por la calle Vieytes, entre Quinquela Martín y Suárez, cuando dos ladrones subieron armados y con intenciones de robo.
Según lo que pudieron reconstruir los investigadores basándose en el relato del chofer y de los pasajeros, cuando abordaron el colectivo, uno de los ladrones pasó saludando hacia el fondo y el otro se quedó en la parte delantera, extrajo un arma y anunció que se trataba de un asalto.”¡Bueno, están todos regalados!”, fue la frase que ese delincuente gritó al iniciar el robo, tras lo cual tomó como “escudo humano” a un joven de 29 años que viajaba en el primer asiento detrás del chofer.
Al ver la situación, Lagos, quien viajaba entre el pasaje uniformado y con su chaleco antibalas colocado, se levantó de su asiento para dar la voz de alto, pero de inmediato comenzaron los disparos.
La autopsia determinó que el policía recibió cuatro tiros de frente: uno en el cuello, otro en el pecho, un tercero en un brazo y el restante en una pierna.
En el caso de Bonifacio, fue alcanzado por un único disparo que ingresó por la espalda, ya que viajaba en un asiento que miraba hacia la luneta trasera del colectivo.
Otros dos pasajeros, de 30 y 34 años, resultaron baleados, uno en una pierna y el otro en un pie, con heridas que no revistieron gravedad.
Los dos delincuentes resultaron ilesos y escaparon de la unidad luego de pedirle al chofer que abriera la puerta y de robar la pistola 9 milímetros reglamentaria al policía baleado.
Tras ser detenido, se estableció que Guida tenía antecedentes por robos y fue excarcelado 20 días antes de los asesinatos por una Cámara que solo le fijó una fianza de 10.000 pesos y lo encomendó a “someterse al cuidado” de su mamá y una vecina.
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