Están en terapia intensiva. El drama de Marina y Gustavo, dos jubilados golpeados y torturados por siete delincuentes en su casa

Marina y Gustavo tienen 76 y 77 años, respectivamente. Están internados en un sanatorio de Quilmes y luchan por sus vidas. El 8 de diciembre pasado, durante la noche, fueron atacados a golpes por siete asaltantes que entraron a la casa en la que viven, en Hipólito Yrigoyen y Brandsen, a quince cuadras de la Municipalidad de Quilmes.

Según fuentes policiales y judiciales, los delincuentes irrumpieron en la vivienda por la pared de Brandsen y sorprendieron al matrimonio cuando dormía. Durante las siete horas que los asaltantes estuvieron en la casa sometieron a torturas a Marina y Gustavo para obligarlos a que dijeran en qué lugar de la vivienda habían escondido una supuesta suma millonaria de dinero. La pareja no tenía es plata.

Nadie los ayudó. A pesar de que el matrimonio vive a 15 cuadras de la Municipalidad y cerca de la sede de la Estación de Policía, no hubo ningún móvil o efectivo que recorriera la zona y advirtiera que los asaltantes habían desvalijado la casa y se habían llevado todos los electrodomésticos que podían cargar, después de haber dejado al matrimonio de jubilados al borde de la muerte.

La familia de Marina y Gustavo solicitó mantener en reserva sus apellidos porque temen alguna represalia de los asaltantes que, todavía, no fueron detenidos.

Debido a que los delincuentes patearon en la cabeza a Marina y Gustavo, los golpes les produjeron coágulos. Por este motivo tuvieron que ser internados en el sector de cuidados intensivos de una clínica de la zona. Durante el último fin de semana, Gustavo tuvo una leve mejoría, pero la situación de su esposa seguía siendo grave. Los amigos y familiares del matrimonio de jubilados realizaban cadenas de oración para pedir por su recuperación.

No obstante, hasta el momento, ninguno de los siete asaltantes fue detenido. En las últimas horas, los funcionarios judiciales hallaron una cámara de seguridad, instalada en el edificio situado frente a la casa del matrimonio y comenzaron a revisar las imágenes para tratar de encontrar alguna pista de los delincuentes. Por el momento el expediente 13-00-035900-23/00 que se instruye en una fiscalía del Departamento Judicial Quilmes fue caratulado como robo y lesiones gravísimas.

Impuesto al miedo

El ataque contra Marina y Gustavo no fue un hecho aislado en Quilmes. Cansados de la inseguridad y de la falta de respuestas ante las denuncias por la sucesión de delitos, los vecinos convocaron a una marcha en la plaza San Martín, situada en Bartolomé Mitre y Rivadavia, frente a la Catedral.

Según cifras oficiales, hasta abril pasado, por año, el municipio de Quilmes recauda aproximadamente 600 millones de pesos en concepto de “Contribución Especial Fondo de Seguridad”. Sin embargo, la estadística de delitos no para de crecer. En 2020, la recaudación por la tasa de seguridad fue de $360.000.000 y en 2021 alcanzó $478.000.000. No obstante, al recorrer las calles del quinto municipio más poblado del conurbano cuesta encontrar algún móvil policial.

“Convoco a todas las personas que puedan acercarse. Se realizará una concentración por la seguridad en la plaza de la catedral. Es una concentración apolítica porque lo que está pasando en Quilmes es inconcebible. Nos están matando”, expresó una vecina en un mensaje de audio que se difundió entre grupos de habitantes de distintos barrios de Quilmes.

La decisión de realizar la marcha se concretó un día antes del homicidio de Hernán Costa, de 49 años, ocurrido el jueves pasado, minutos después de las 16, en la esquina de Calchaquí y Jujuy, en Quilmes Oeste, a cuatro cuadras de la comisaría del barrio La Cañada, situada en Jujuy y Mosconi.

A través de un comunicado, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, expresó que se puso a disposición de la familia de Costa, lamentó el hecho y solicitó al Ministerio de Seguridad de la Nación refuerzos de fuerzas federales. “Es un principio para nosotros que quienes cometen delitos tengan todo el peso de la ley, para que las familias trabajadoras de Quilmes se sientan más tranquilas”, sostuvo la jefa comunal.

En tanto, uno de los vecinos que convocó a la manifestación afirmó que el homicidio de Costa constituyó un episodio más de la desprotección de los habitantes de Quilmes. A pesar de que el homicidio ocurrió cerca de la seccional y a 25 cuadras del Centro de Monitoreo Quilmes, no había ningún móvil en la zona.

Costa fue asesinado a siete cuadras de la esquina de 162 y Zapiola, donde el 25 de febrero, minutos después de las 14, mataron al repartidor Danilo Marcieri, de 18 años. A Marcieri y a Costa los mataron para robarles las motos. En ambos casos también hubo menores acusados de los homicidios. Por el crimen de Costa la policía apresó a un adolescente, de 14 años y a otro, de 18.

Se trata de uno de los delitos que más creció en la Argentina. Durante el último año, se denunciaron 30.617 robos de motos en nuestro país. La estadística elaborada por la Superintendencia de Seguros de la Nación puso al descubierto el crecimiento de 40 %, en la cantidad de denuncias por robos de motos con respecto al año anterior. Si dicha cifra se compara con los robos que se registraban en 2013, el aumento de los asaltos creció 126% en una década.

Territorio peligroso

Los homicidios de Marcieri y de Costa no aparecen como hechos aislados en una zona en la que no hay patrullaje. En los ocho días siguientes al asesinato de Marcieri, quien había obtenido la licencia de conducir dos semanas antes de que lo mataran, hubo otros cuatro homicidios.

Esos cuatro crímenes ocurrieron entre el 25 de febrero y el 6 de marzo de este año. Además del joven repartidor fue asesinado el jubilado Daniel Carrera; un ciclista, apuñalado para robarle en la zona de la Ribera quilmeña y un gendarme que mató a un ladrón que intentó asaltarlo.

Por entonces, la indignación de los vecinos creció cuando tomó estado público que un día antes del homicidio de Carrera, ocurrido en Miguel Cané y Benito Pérez Galdós, un grupo de delincuentes asaltó a una mujer, la golpeó y la tiró al piso.

La vecina radicó la denuncia en la comisaría 3ra, y luego los efectivos le dijeron que fueron a la zona y no encontraron imágenes de las cámaras de seguridad. En realidad, los policías nunca concurrieron a la escena del asalto ni buscaron imágenes.

La cámara de seguridad de un particular registró el momento en que huían los delincuentes. Uno de los asaltantes coincidía con la descripción física que hizo un testigo del homicidio de Daniel, ocurrido 24 horas después. Los asaltantes escaparon en dirección a Villa Springfield, un asentamiento situado en las adyacencias de Acha y Triunvirato, el mismo lugar en que se refugiaban los delincuentes que asaltaron al jubilado Jorge Ríos, en julio de 2020.

Si los policías de la comisaría 3ra. hubiesen revisado las cámaras de seguridad del lugar en el que asaltaron y golpearon a la vecina, habrían conocido la ruta de escape de los agresores y la pesquisa hubiese conducido a la detención de la banda. Al día siguiente, los mismos delincuentes atacaron y mataron al jubilado Carrera, en la misma zona.

A 25 cuadras, en el barrio La Cañada, de Bernal, los vecinos denunciaron una situación similar de supuesta inacción de algunos policías.

Mientras reclamaban por el homicidio del repartidor, los vecinos afirmaron que horas antes de que mataran a Danilo la misma banda que asaltó y asesinó al joven de 19 años había cometido tres robos. Los damnificados alertaron a los policías de la comisaría situada a cinco cuadras, pero no hubo respuesta.

Según se pudo saber, de forma extraoficial, el distrito cuenta con poco más de 600 policías que están a cargo de la seguridad de los 636.000 habitantes de Quilmes, que viven en una superficie de 125 kilómetros cuadrados, dividida en 62 zonas de patrullajes.

El partido tiene nueve comisarías de la fuerza de seguridad provincial que cuentan con 40 efectivos cada una.