Escandaloso robo en una casa. Todo un balneario dependía de la vigilancia de dos policías que en realidad eran ladrones con uniformes
Dos agentes bonaerenses no solo se apropiaron de bienes al ingresar en una vivienda, sino que respondieron al llamado de auxilio y se quedaron de consigna en el lugar del hecho
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MAR DEL SUD.- Uno apenas dejó pasar un par de jornadas y tras corte prolijo de la cadena que tenía las ruedas del cuatriciclo, no tuvo problemas en apropiarse del rodado y hacer piruetas entre barro y arena, a la vista de muchos. Su cómplice, en tanto, terminaba de acomodar en paredes de su casa los televisores que eran parte de un botín. Ambos cayeron en últimas horas, detenidos por el saqueo de una vivienda frente al mar. Y no son delincuentes comunes: en el momento de cometer ese robo eran los dos únicos policías a cargo de la seguridad de toda esta localidad balnearia, situada a 17,5 kilómetros al sur de Miramar.
La impunidad con que se movieron tiene datos tan deslumbrantes como espeluznantes. Para trasladar vehículo, electrodomésticos y otros valores que se llevaron utilizaron la camioneta Toyota Hilux que es uno de los móviles del destacamento local. Intentaron el robo y como sonó la alarma suspendieron el ingreso ilegal en la propiedad para luego acudir como respuesta ante el aviso de la empresa de alarmas y los dueños de la vivienda. Y no solo volvieron para completar el plan, sino que algunas horas después, con la casa desvalijada, uno de ellos se ofreció a la propietaria para quedar como consigna y custodia en el inmueble. “Por si vuelven”, propuso.
La responsabilidad en el caso de los oficiales Facundo Tolosa y Roberto Roldán la empezó a percibir la jefa del Destacamento de Mar del Sud, Mariela Mamani, de licencia ese fin de semana en que se cometió el robo, y el jefe de Policía Comunal, comisario Diego Gancedo, cuando ataron cabos y advirtieron que los policías nunca anotaron en el libro de actuaciones aquella intervención en un intento de robo. Además, los peritos de Policía Científica detectaron en la calle huellas de borceguíes similares a los que usa la policía. Y terminaron de confirmar su presentimiento cuando siguieron el recorrido satelital de la patrulla por sistema AVL y no solo confirmaron que estuvieron en la casa robada, sino que dejaron a Mar del Sud sin policías durante casi dos horas cuando se fueron a Miramar para esconder en sus casas todo lo que habían robado.
“Recién sospeché de los policías cuando sus jefes me empezaron a preguntar mucho sobre cómo se habían comportado cuando hablaron conmigo y con la señora que nos cuida la casa”, contó a LA NACION Marina Stéfano, dueña de La Marea, oriunda de Chacabuco, con veraneos en Mar del Sud desde 1978 y víctima el pasado 12 de abril este robo de características sorprendentes.
Ambos efectivos policiales quedaron detenidos este jueves, al cabo de sendos allanamientos solicitados por la fiscal Ana Caro, que está al frente de la causa judicial, y concedidos al igual que las capturas por el juez de Garantías Gastón De Marco, del Departamento Judicial Mar del Plata.
En sus viviendas fueron secuestrados un cuatriciclo, televisores y otros bienes robados a Stéfano y su esposo. Aún no aparecieron un horno microondas, una computadora de escritorio con monitor y una importante cantidad de botellas de vino que también se llevaron los delincuentes.
La fiscal Caro confirmó que, en busca de pistas, advirtieron que el móvil policial salió esa madrugada de Mar del Sud y fue a Miramar con un recorrido “en zigzag” que, casualmente, eludía puntos donde el municipio tiene cámaras de seguridad. Igual quedaron expuestos por otros equipos de viviendas particulares, donde se los ve con el cuatriciclo, los televisores y demás equipos sustraídos, todo cargado en la caja de la patrulla.
Ahora se investiga se estos oficiales tuvieron participación en algunos otros hechos de similares características que se vienen dando desde el año pasado en esta localidad, donde hay mínima población estable y buena cantidad de viviendas que se usan mayoritariamente en verano o, en menor medida, durante baja temporada y apenas los fines de semana.
Stéfano recordó que apenas pasada medianoche del pasado viernes se enteró del robo por aviso de la alarma y la empresa que la monitorea. “Llamé a la policía y no me contestaban, ahora entiendo por qué”, dijo a LA NACION. Avisó a la cuidadora de confianza que tiene allí y fue a revisar. Constataron puerta violentada y sensores fuera de funcionamiento. Y ningún faltante.
Esa misma madrugada pudieron tapiar la abertura y volver a dejar conectada la alarma. Stéfano apunta un detalle que, contado a los jefes policiales, sumó más sospechas sobre los autores: “La mujer que cuida cerró con llave la puerta del garaje y la escondió y puso la clave de la alarma, todo delante de los policías”, dijo.
Luego, con el robo consumado, advirtieron que esa puerta frágil que daba al garaje donde había dos cuatriciclos no la rompieron, sino que la abrieron con llave. Y que a pesar del ingreso a la casa, la alarma nunca se disparó, por lo que pudieron actuar con suma tranquilidad.
El robo lo constató la mujer que colabora con la limpieza del lugar cuando llegó al mediodía siguiente. Avisaron al destacamento y los policías que acudieron ya eran los relevos de Roldán y Tolosa. Nada hacía sospechar de ellos hasta que intervino la jefa del Destacamento, que notó situaciones raras y apenas olfateó sospechosos lo comentó con su jefe distrital. Todo en absoluto hermetismo, ya con participación de la fiscal Caro.
“Es increíble que las personas encargadas de la seguridad, los únicos dos en esa noche, fueron los autores del robo en mi casa”, dijo Stéfano. Y más aún se sorprendió cuando alguien le comentó que a su cuatriciclo, muy particular y casi inconfundible, lo habían visto conducido por una pareja y haciendo piruetas en un sector de terreno irregular conocido como Rincón del Gaucho. “Era uno de los policías y su novia”, confirmó. Él y su compañero reconocieron en sede judicial su participación y responsabilidad en estos delitos. Permanecen detenidos en la Unidad Penal 44 de Batán, acusados de robo agravado e incumplimiento de deberes de funcionario público por abandonar su puesto durante las horas que viajaron a Miramar para ocultar el botín.
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