Escándalo y corrupción. Desplazan al hermano de la jefa de la Policía de Santa Fe acusado de vender armas al crimen organizado

ROSARIO.- Una posible explicación a la proliferación de armas, provenientes de un mercado negro, que sirve para proveer a los grupos narcocriminales puede estar en la desaparición y robo de armas secuestradas por la policía. Luego de una investigación que profundizó el fiscal Matías Edery, tres jefes de la sección Balística de la Unidad Regional II de Rosario fueron desplazados. Entre los uniformados bajo sospecha y separados de la fuerza se encuentra Cristian Chimenti, hermano de Emilce Chimenti, la jefa de la Policía de Santa Fe.

La medida que tomó el Ministerio de Seguridad, que se dio a conocer hoy, se produjo después de que el fiscal Edery secuestrara la semana pasada los teléfonos de 15 efectivos que se desempeñan en el área de Balística. En un allanamiento en el barrio Empalme Graneros, uno de los más castigados por los homicidios en abril pasado, mes que se cometieron 35 en la ciudad, se secuestraron 11 armas y descubrieron algo extraño: las pistolas no tenían la numeración limada, como ocurre frecuentemente en este tipo de casos.

Los investigadores siguieron la pista de las armas y llegaron a la conclusión de que debían estar alojadas en el depósito judicial de la sección Balística. Pertenecían a lotes de pistolas secuestradas en otros operativos.

“Encontramos 11 armas en un allanamiento ordinario. Nos llamó la atención que todas esas armas tenían su numeración intacta, cuando habitualmente se les suprime ese código. Eso nos permitió establecer la trazabilidad de esas armas, es decir, de dónde habían venido. Cuando analizamos todo eso establecimos que esas armas debían estar en depósito judicial. Así nos encontramos con una investigación mucho más amplia”, explicó el fiscal Edery.

Las armas que debían estar bajo custodia de la policía fueron vendidas. Aún no se sabe por cuánto. El fiscal recordó que la persona que fue detenida con las 11 pistolas en su poder declaró que “se las estaba cuidando al cuñado, a quien un policía se las vendió. Acá encontramos una veta de cómo le llegan las armas a los delincuentes, por supuesto que no es la única. Pero esa arista es preocupante, porque han fallado muchísimos controles estatales para que esto pase”.

El fiscal ordenó una inspección en la sección Balística. “Nos encontramos con una situación muy preocupante con falta de inventarios y controles. Estamos haciendo un inventario para ver cuántas armas hay y después sacarlas de allí y llevarlas a un lugar que cuenta con las medidas de seguridad necesarias”, señaló el representante del Ministerio Público. Se calcula que en esa dependencia hay unas 3600 armas de fuego, cuyos registros son irregulares.

El regreso de las armas secuestradas por la policía al circuito ilegal explica, en parte, la facilidad que tienen los grupos narcocriminales de acceder a las “herramientas”, como se las llama en la jerga narco, que usan los sicarios. A los 95 homicidios que se produjeron en los primeros cuatro meses del año, hay que sumarle la cantidad de heridos en situaciones violentas. El último registro del Observatorio de Seguridad Pública indica que fueron lesionadas con armas de fuego 248 personas en el departamento Rosario.

Durante 2021, de acuerdo a las cifras oficiales, en Rosario la policía secuestró 718 armas de fuego. El problema, como indicó el fiscal, es que esas armas secuestradas ingresan al depósito judicial de la Unidad Regional II, donde los controles son precarios. La hipótesis de la investigación judicial es que la falta de registro favorece a la desaparición y venta de armas al mercado negro.

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