Escándalo internacional: aseguran que los objetos nazis secuestrados en Buenos Aires son falsos
Hace dos años el hallazgo de una colección de 75 piezas con simbología nazi, en las localidades bonaerense de Olivos y Beccar, sorprendió y dio la vuelta al mundo. Incluso, las autoridades del Ministerio de Seguridad realizaron una conferencia de prensa para exhibir todas las piezas que, según determinó Stephan Klingen, experto del Instituto Central de Historia del Arte en Munich, son falsas.
La noticia fue publicada en las últimas horas en el prestigioso medio germano Spiegel donde se detalla que, al menos 62 de los objetos, son apócrifos y hasta tienen errores de escritura en sus grabados.
Klingen viajó a Buenos Aires para analizar las piezas durante el año 2018 y antes de que fueran entregadas al Museo del Holocausto de Buenos Aires que planeaba exhibirlas a partir del 1° de diciembre próximo.
Los objetos habían sido secuestrados el 9 de junio de 2017 en allanamientos en las localidades del norte bonaerense. En su momento, la noticia llegó a importantes medios internacionales como The New York Times, el Washington Post y El País.
Según el perito alemán, en diciembre de 2018 la Policía Criminal de Alemania envió un informe a la Policía Federal Argentina en el que detallaban que las piezas eran falsas.
Para los expertos los objetos datan de la década de 1930, pero el análisis determinó que las esvásticas, grabados e inscripciones no habían sido colocadas hasta después de 1945 y el autor es un "falsificador que era un artesano experimentado".
En su explicación a la prensa alemana, Klingen relato que, por ejemplo una escultura plateada de un chancho presenta una placa para el primer premio en una feria agrícola de Berlín en 1937 por "aumento de peso de cerdo". Sin embargo, no hay registro de que esa feria se hubiese realizado.
Otro caso es una placa con una dedicatoria con dos lupas en cajas de madera que indica que son un regalo de los empleados del Völkischer Beobachter, el periódico del Partido Nazi, a su director el "Día del Trabajo" de 1933. Pero la celebración de los Nazi en realidad se llamaba "Día Nacional del Trabajo", y la portada del caso también lleva el águila equivocada.
El dueño de las piezas, era el anticuario Carlos Olivares, que fue imputado por la Justicia, pero por la posesión de otros objetos: principalmente piezas arqueológicas y paleontológicas que presuntamente violaban la ley 25.743 de protección de patrimonio arqueológico y paleontológico.
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