Leones Blancos. Cayó el Polaco, destinatario de un cargamento de cocaína robado por policías bonaerenses
Adrián Baeta y Luis Tourn se conocen desde hace más de 25 años. Se criaron juntos en Quilmes. El primero es sargento de la policía bonaerense y está prófugo desde hace poco más de tres meses. El segundo acaba de ser detenido. Hasta caer preso vivía en Santa Clara del Mar y gozaba del beneficio de una prisión domiciliaria al estar procesado en una causa sobre comercio de estupefacientes que se tramita en Comodoro Py. Ahora no solo comparten una amistad: también una imputación en un expediente de alto impacto en los tribunales de San Isidro: el caso donde se investiga una asociación ilícita supuestamente liderada por el fiscal Claudio Scapolan e integrada, presuntamente, por dos de sus secretarios, uniformados de la fuerza de seguridad provincial y abogados defensores de narcos.
Tourn, conocido como el Polaco, está acusado de ser quien recibió en Santa Clara del Mar parte de un cargamento de 500 kilos de cocaína que Baeta y otros uniformados de la policía bonaerense les habrían robado a una banda narco durante un procedimiento en el que intervino el fiscal Scapolan.
Así se desprende de una causa que se tramita en el juzgado federal de Sandra Arroyo Salgado y está delegada en el fiscal federal de San Isidro Fernando Domínguez. El expediente judicial se conoció públicamente el 24 de julio pasado, cuando la magistrada, a pedido del representante del Ministerio Público, ordenó una veintena de detenciones y numerosos allanamientos.
Según el expediente judicial, además de haber recibido la cocaína robada durante el procedimiento policial, el Polaco Tourn habría tenido la misión de comercializar la droga en la costa atlántica durante el verano de 2014.
Para los investigadores, según la prueba reunida hasta el momento, Baeta y sus colaboradores habrían llevado a Santa Clara del Mar diez de los 26 o 28 bolsos donde ocultaron la droga robada en el denominado operativo Leones Blancos y donde oficialmente se comunicó el secuestro de poco más de 500 kilos de cocaína.
Seis años y medio después se supo, a partir de la declaración de imputados colaboradores y testigos de identidad reservada, que, en realidad, la policía bonaerense había secuestrado una tonelada de cocaína, pero solo había informado el decomiso de la mitad: el resto habría sido robado para su comercialización.
La otra parte de los estupefacientes, según el expediente judicial, habría terminado en manos de Diego Xavier Guastini, un contador y lavador de dinero narco ejecutado el 28 de octubre del año pasado en Quilmes. Baeta fue el primero en llegar a la escena del crimen de Guastini y se presentó como un hombre de confianza y amistad de la víctima.
Hipótesis
"Se ve robustecida la hipótesis respecto de que una parte del material estupefaciente sustraído de los procedimientos fue entregado a la organización liderada por Guastini, y que luego podría haber sido contrabandeada fuera del país, dadas las probadas vinculaciones e influencia de Guastini en el ámbito portuario", se explicó en la resolución donde Arroyo Salgado procesó a parte de la banda del fiscal Scapolan.
A partir de su relación con Guastini, Baeta obtuvo el dato para armar y judicializar el operativo Leones Blancos, sucedido el 29 de diciembre de 2013 en Boulogne, en San Isidro. Según la investigación del fiscal Domínguez, la media tonelada de cocaína robada primero fue escondida en un local de la zona sur del conurbano, propiedad del sargento de la policía bonaerense.
Días después, la cocaína fue trasladada en una camioneta a Santa Clara del Mar, donde habría sido recibida por el Polaco, según sostuvo un "arrepentido". "Le entregamos la droga a él en la casa y de ahí lo acompañamos a dejarla en unas cabañas que tiene sobre la costanera de Santa Clara", dijo el imputado colaborador.
Cuando, por pedido del fiscal Domínguez, la jueza Arroyo Salgado ordenó una serie de detenciones y procedimientos, se hicieron allanamientos en las propiedades de Polaco para comprobar el relato hecho por el arrepentido.
"Tengo la idea, pero no lo puedo afirmar, de que parte de la droga robada se llevó a Mar del Plata y otra parte se envió a Brasil y desde allí, hacia Europa, pero esto son solo rumores...", dijo una persona que declaró bajo identidad reservada en el inicio de la investigación, en junio de 2016.
En los últimos días no solo fue detenido el Polaco Tourn. También fueron apresados dos policías bonaerenses que habrían participado del operativo donde se robó la cocaína.
Baeta no es el único prófugo de la causa. También es buscado el abogado penalista y defensor de narcotraficantes Gustavo Semorile. Según el expediente judicial, parte de las personas extorsionadas por la "banda del fiscal" eran clientes de Semorile, que en 1994 fue abogado de Carlos Telleldín, acusado de haber sido el proveedor de la camioneta Renault Trafic usada como "coche-bomba" en el atentado que destruyó la sede de la AMIA.
"Concretamente, a lo largo de estos años tuve otros episodios que, analizados al día de hoy, con todo el conocimiento que hoy tengo, me llevan a la sospecha de que si Semorile tenía el dato de que un cliente suyo estaba haciendo dinero de manera legal o que algún cliente hacía plata de manera ilegal, en el primer caso iba a [haber] lo que se denomina 'venta de humo' y en el otro, una extorsión. Y de esta manera, independientemente de cuál fuera el caso, en una investigación legítima con procedimientos legítimos se intenta mejorar algo -la situación de sus defendidos con un supuesto 'arreglo'-, o bien el armado de una causa a personas totalmente inocente", afirmó otro imputado colaborador que declaró en la causa.
Otras noticias de Narcotráfico
Más leídas de Seguridad
Dramático operativo. Una mujer se tiró a nadar en el río Limay y tuvo que ser rescatada por los guardavidas
Tragedia familiar. Un padre y su hija murieron tras caer a un arroyo en medio de una pelea
Drama en Mendoza. Murió un hombre que fue baleado por su madre anciana porque “no podía cuidarlo más”
40 segundos de horror. El violento ataque a cuchillazos de un hombre a una mujer en una pizzería de Núñez