“Esas balas son las que nos matan a nosotros”, el asombro de un policía al allanar una fábrica clandestina de municiones

“Con estas balas nos están matando a nosotros”, sostuvo uno de los policías que irrumpió en una de las 14 viviendas en las que había 2000 armas de guerra acopiadas de forma ilegal.

La frase del efectivo de la policía bonaerense se fundó en que, a partir de la trazabilidad realizada en los proyectiles y armas usadas en homicidios de uniformados y vecinos del conurbano, se estableció que algunas de las pistolas y municiones salieron de los arsenales clandestinos allanados anteayer en La Plata, Llavallol, La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes, Berazategui y San Martín.

A raíz de la investigación realizada por el fiscal de Berazategui, Daniel Ichazo, también fueron allanadas las escuelas de policía Juan Vucetich, Julio Dantas, en el Camino Centenario, y la Dirección de Armamento del Ministerio de Seguridad bonaerense, en La Plata.

Esas dependencias del área de Seguridad bonaerense fueron allanadas debido a que en los arsenales y armerías clandestinas los funcionarios judiciales encontraron cajas con municiones que tenían una etiqueta roja que indica que esos cartuchos tienen como exclusivo las fuerzas de seguridad.

En uno de los allanamientos, los policías hallaron un arsenal oculto detrás de un mueble. Además, hallaron prensas para la recarga de cartuchos y cuñetes con pólvora.

Entre las armas secuestradas durante los 14 allanamientos, los investigadores judiciales encontraron proyectiles de mortero, fusiles de asalto, ametralladoras, escopetas, rifles, cargadores, miras láser y telescópicas.

Debido a que varias de las armas secuestradas tenían las numeraciones limadas y a que estaban acopiadas de forma ilegal, el fiscal Ichazo ordenó que cinco sospechosos quedaran aprehendidos. Entre los acusados figuran instructores de tiro y armeros.

Los cinco sospechosos fueron acusados de acopio ilegal de armas de fuego y municiones. Según el artículo 189, inciso 3, del Código Penal, se trata de un delito con penas de cuatro a diez años de prisión. Entre las pistolas encontradas había de calibre .380 y 9 mm.

Según fuentes de la investigación, los detectives de la División Lucha Contra el Crimen Organizado de la policía bonaerense tuvieron que ir acompañados por efectivos de los grupos tácticos y especiales de la fuerza de seguridad provincial. Dichos efectivos participaron en los allanamientos con la colaboración de tiradores tácticos ante la posibilidad de que alguno de los acusados opusiera resistencia.

Uno de los arsenales clandestinos funcionaba en San Martín. En el fondo de un galpón en el que se confeccionaban balas y municiones, mediante la fundición de metales, los policías encontraron un centenar de pistolas y armas largas.

En los allanamientos, los investigadores secuestraron documentación que puede ser utilizada para determinar si algunas de las armas fueron robadas a policías que estaban de servicio o aspirantes.

Según fuentes de la investigación, los responsables de la pesquisa comenzarán a realizar la trazabilidad de las armas secuestradas con el objetivo de determinar cuáles fueron robadas y separar las que estaban registradas en la base de datos de la Administración Nacional de Materiales Controlados (Anmac).

El acopio de ilegal de armas de fuego y municiones constituyó uno de los expedientes que se abrieron a partir de una serie de denuncias que pondrían al descubierto la fabricación clandestina de cartuchos, de balas y la recarga de las vainas.

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