“Es una bestia”. Así calificó la hija de la jubilada asesinada a martillazos al asaltante acusado del homicidio
Diego Hernán Herrera, de 39 años, está procesado con prisión preventiva por el crimen de Lucinda Palavecino, ocurrido en junio de 2020 en Merlo; lo detuvieron los propios vecinos de la víctima; será juzgado desde este lunes
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Un hombre será juzgado desde esta mañana, acusado del crimen de una jubilada de 78 años que fue asesinada a martillazos en el rostro y la cabeza por un delincuente que ingresó a robar en su casa de la localidad de Libertad, partido de Merlo, en junio de 2020. La familia de la víctima calificó al imputado como una “bestia” y reclamó que reciba “la pena máxima”.
Según informaron fuentes judiciales, la audiencia comenzará a las 9 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°4 de Morón, situado en la sede de Colón 151. En el banquillo de los acusados estará Diego Hernán Herrera, de 39 años, procesado con prisión preventiva por el delito de “robo simple en concurso real con homicidio criminis causae” en perjuicio de Lucinda Palavecino. De ser hallado culpable, la única pena posible prevista en el Código Penal para esta imputación es la prisión perpetua.
“Pido justicia, que le den la máxima pena posible, porque esta persona hasta el año pasado pedía la excarcelación y por suerte se la negaron. Esta persona no puede seguir entre nosotros porque es una bestia”, dijo a la agencia de noticias Télam Alejandra Álvarez, nieta de la víctima.
En el mismo debate oral, que tendrá audiencias hoy, mañana y el miércoles, con el fiscal Adrián Ferreyra en la acusación, Herrera será juzgado por otras dos causas: la tentativa de homicidio de una mujer, a la que golpeó y le clavó un cuchillo para robarle dinero y una moto, y un abuso sexual sin acceso carnal contra una adolescente de 15 años, todos cometidos en viviendas de la localidad de Libertad.
“Siempre acechaba igual, pateaba puertas y entraba por la fuerza. En Hurlingham hacía lo mismo, pero zafaba porque nunca lo agarraban, hasta que mató a mi abuela”, añadió Alejandra.
Por el asesinato de Lucinda Palavecino declararán ante los jueces Rodolfo Castañas, Carlos Torti y Humberto González varios testigos, entre ellos, el vecino que vio a Herrera adentro de la casa de la víctima al momento del hecho y un matrimonio que advirtió cuando el acusado salió del lugar.
“Esta persona siempre escapaba, pero en este caso los vecinos actuaron y lo agarraron a una cuadra de la casa de mi abuela”, explicó la nieta.
El caso
El hecho ocurrió el 24 de junio de 2020, alrededor de las 23, en una vivienda situada en la calle Malvinas al 500, de la localidad bonaerense de Libertad, en el partido de Merlo, en el oeste del Gran Buenos Aires, donde residía la jubilada.
Según las constancias de la causa, en momentos en que Lucinda Palavecino salió a la vereda a sacar la basura, fue sorprendida por un delincuente, que la golpeó y la obligó a ingresar dentro de la propiedad, con fines de robo. Esa circunstancia fue advertida por un vecino de la jubilada que en ese momento regresaba a su domicilio.
“Este muchacho la vio a mi abuela cuando salió y, momentos después, escuchó los gritos, por eso empezó a sospechar de que algo pasaba”, recordó Alejandra.
Una vez que, obligada por su atacante, estuvo dentro de la vivienda, Lucinda comenzó a gritar; fue en ese momento que el asaltante la golpeó fuertemente en el rostro y en la cabeza con un martillo.
En tanto, afuera de la casa comenzaron a juntarse vecinos y familiares de la mujer, enterados de que era víctima de una entradera.
Arresto ciudadano
Ante esta situación, el asaltante se asomó por una ventana y dijo que era un sobrino de la víctima, lo que fue desmentido por uno de los vecinos, que conocía personalmente al verdadero familiar.
Por este motivo, las personas entraron a la vivienda. El atacante intentó escaparse por los fondos de la propiedad, pero finalmente fue atrapado a una cuadra del lugar por los propios vecinos.
Luego de ser reducido y retenido por la gente del barrio a la espera de la llegada de la policía, Herrera fue trasladado a la comisaría 4ª de Merlo. Dentro de la casa, los peritos en Criminalística secuestraron el martillo con el que el asesino golpeó a la víctima.
Lucinda Palavecino quedó malherida. Fue trasladada al sanatorio San Juan Bautista de Merlo, donde permaneció internada en coma y conectada a un respirador artificial, como consecuencia de una fractura de cráneo, durante una semana, hasta que falleció, el 1° de julio de 2020.
El fiscal de instrucción, Sergio Dileo, a cargo de la investigación y titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°6 del Departamento Judicial de Morón, tomó intervención tras el suceso e indagó al acusado, que se negó a declarar.
Herrera tenía antecedentes por delitos contra la propiedad y se había ordenado su detención por otra causa, en la cual está acusado del abuso sexual sin acceso carnal de una adolescente.
“Siempre acechó de la misma manera, actuaba solo y era una bestia, porque golpeaba a sus víctimas de una manera muy salvaje”, concluyó la nieta de Palavecino.
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