"Es un depredador sexual", dijo la abogada del Garrahan sobre el pediatra acusado de pedofilia
Durante los alegatos de inicio en el juicio contra Ricardo Russo, la fiscal Dupuy anticipó que el contenido de las pruebas es más impactante de lo imaginable
Durante más de dos décadas, Ricardo Russo fue un reputado reumatólogo del Hospital Garrahan. Sin embargo, el médico pediatra, de 57 años, dejó tras de sí un rastro de imágenes y videos de abusos sexuales infantiles en internet que finalmente fue descubierto tras el operativo internacional Luz de Infancia III. Russo fue detenido a fines de mayo pasado en el estacionamiento del propio hospital de niños, seis meses después de que un allanamiento en su domicilio particular dio como resultado el secuestro de miles de imágenes material vinculado a la investigación.
En la audiencia de apertura del juicio oral contra Russo por "producción, facilitación, distribución y tenencia con fines de distribución" de material de pornografía infantil, la fiscal porteña Daniela Dupuy adelantó que las imágenes que le fueron secuestradas al pediatra dan cuenta de más de 1500 víctimas y le anticipó al juez Gonzalo Rua sobre el poder e impacto de las pruebas: "Le aseguro que lo que usted imagina es nada comparado con lo que va a ver".
Y la abogada del Hospital Garrahan, que participa en el juicio como querellante dado que algunas de las imágenes en cuestión fueron tomadas en un consultorio del centro de salud, fue todavía más allá. Dijo que Russo es un "depredador sexual" y afirmó: "El monstruo estaba adentro y no lo sabíamos".
Vestido con traje azul oscuro y corbata, y con gesto adusto, Russo ingresó en la sala de audiencias a las 10.50 acompañado de su abogado, Ricardo Izquierdo. Luego de atisbar al público, se sentó rápidamente en su lugar de la sala, chica y medio llena, del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas Nº 6 de la Ciudad, en Beruti al 3000.
En el inicio del debate, el juez Rua rechazó el pedido de la defensa de separar al Hospital Garrahan como parte querellante. A continuación, hizo su alegato de apertura la fiscal Dupuy. Sostuvo que va a demostrar que Russo tenía en sus archivos digitales 336 videos de explotación sexual infantil facilitados a través de la plataforma eMule; que poseía en su hogar 964 fotos y 68 filmaciones de menores de 13 años -incluso bebés- realizando actividades sexuales explícitas, y otras 100 fotos que se encontraron en las computadoras de la oficina particular y privada que Russo usaba todos los días en el Hospital Garrahan.
La fiscal, especializada en delitos informáticos, sugirió que Russo realizó cinco producciones fotográficas (cada una con una serie de entre dos y nueve fotografías) de niñas y niños exhibiendo sus partes genitales con fines predominantemente sexuales, y que tomó 220 imágenes en lugares públicos haciendo foco en las partes genitales de menores.
"Todas estas imágenes representan a más de 1500 víctimas diferentes", continuó Dupuy. Atento al alegato de la fiscal, Russo se mantuvo serio, con una pose rígida la mayoría del tiempo y casi siempre cabizbajo.
De niños y redes
Según la fiscal Dupuy, lo que "Russo distribuyó se encuentra viralizado [en la web] y no sabemos quiénes están hoy compartiendo e intercambiando estas imágenes".
De hecho, internet rebalsa de filmaciones y fotografías donde niños y niñas de todo el mundo son víctimas de abuso. La fiscal ya había advertido hace tiempo que los informes sobre la cantidad de personas que consumen, distribuyen o facilitan pornografía infantil en redes, la deep web y otras plataformas, superará los 40.000 reportes este año.
Al culminar su alegato, la representante del Ministerio Público adelantó: "En los próximos días van a escuchar una esforzada defensa que dirá que Russo no sabía que distribuía [ese tipo de material], y a médicos amigos que se solidarizan y aseguran que él es incapaz de producir esas imágenes". Aunque enfatizó, dirigiéndose al juez: "Ni ellos ni usted conocen la otra cara de Russo, su lado oscuro, pero se va a convencer de que nada es lo que parece".
En este caso, las alertas internacionales sobre distribución y consumo de pornografía infantil colaboraron para que la Justicia argentina diera con Russo. El primer hecho fue detectado por la fiscalía el 24 de noviembre de 2015 y el último, el 28 de mayo de este año, horas antes de la detención del médico. Las miles de imágenes que se le acusa de distribuir se hicieron usando dispositivos de almacenamiento informático, incluidas dos notebooks, una computadora, un teléfono iPhone y una cámara de fotos Nikon.
Una institución golpeada
A su turno, la abogada María Susana Ciruzzi, parte de la querella del Consejo de Administración del Garrahan, dijo que Russo es un "depredador sexual" que se aprovechó de sus pacientes para "alimentar sus más bajos instintos". Resaltó que los pediatras están "preparados y formados para proteger a nuestros niños", pero que en este caso "el monstruo estaba adentro y no lo sabíamos".
Dio a entender que Russo no es un neófito digital, como adujo ser; sostuvo Ciruzzi que, por el contrario, "contaba con una carpeta en la computadora del hospital solamente para descargar material pornográfico infantil, bajo el nombre de Tom Petty and the Heartbreakers, una conocida banda de pop rock norteamericana.
La escuchaba atentamente, entre la audiencia, el presidente del Consejo de Administración del Garrahan, Carlos Alberto Kambourian.
Mientras, Russo también seguía el alegato; sin alterar su apariencia seria, movía inquieto los pies. Lo hizo todavía más cuando le tocó a su abogado hablar.
Izquierdo cuestionó el origen de la causa, que comenzó con un "agente provocador" en Brasil, y señaló que Russo nunca negó la existencia de los archivos en su computadora. También indicó que muchas de esas imágenes eran médicas o se encontraban encubiertas en archivos descargados por el médico, y que eso es algo que probará en el juicio.
"Acá no hay testigos del hecho. No se distribuyeron las imágenes. Es más, en seis o siete gigabytes de su computadora solo tenía un 1% de imágenes comprometidas".
El médico se encuentra en prisión domiciliaria tras haber pasado 99 días en el Complejo Penitenciario de Ezeiza. Enfrenta una acusación para la que se prevén hasta seis años de cárcel. Se estima que el juicio -que lo tiene como único acusado, a pesar de que inicialmente se habló de "una red internacional"- se extienda hasta la semana próxima.
Tras el hecho, se reforzaron los controles
El presidente del Consejo de Administración del Garrahan, Carlos Kambourian, afirmó en un cuarto intermedio del juicio que "los chicos están, estuvieron y van a estar protegidos" dentro del hospital, más allá de la revelación del caso Russo. "La verdad es que a nosotros ese día nos embargó una tristeza enorme y hoy revivimos un poco ese momento", aseveró Kambourian. Aunque remarcó que "la salud de los chicos está siempre protegida dentro de las paredes del hospital", reconoció: "Aprendimos muchísimo de esto, también". "Desde entonces reforzamos muchísimo las medidas de control, de circuitos. Los directores del hospital se pusieron a trabajar inmediatamente y redactaron normativas para nuevos protocolos".
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