“Es pecado”. Un hombre llamó al 911 y pidió que fuera la policía a su edificio porque vecinos hicieron un asado el Viernes Santo
Oficiales de la policía de la provincia de Chubut fueron hasta el inmueble situado sobre la avenida 25 de Mayo y desplegaron un operativo
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Los conflictos entre personas que viven en propiedades horizontales no conocen de límites y, día a día, las causales que originan esas disputas se van sumando. Lo que pocos imaginaron es que una comida típica de la Argentina derivaría en un despliegue policial e irrupción en un departamento la noche del Viernes Santo. El presunto delito, esgrimido por el denunciante, cometer “un pecado” en contra de las costumbres de la fe católica apostólica y romana.
Según contó el diario local, La Jornada, la inusual denuncia se dio en la ciudad de Rawson y comenzó el viernes pasado, a la noche, cuando un hombre llamó al 911 y pidió que fueran urgente efectivos policiales al edificio Almirante Brown, porque vecinos del complejo estaban ocasionando graves disturbios.
Ante la urgencia y tono del llamado, oficiales de la policía de la provincia de Chubut fueron hasta el inmueble situado sobre la avenida 25 de Mayo y desplegaron un operativo que incluyó armas de fuego, por si la situación era compleja.
Al ingresar al departamento sindicado como el conflictivo, la sorpresa fue por partida doble, tanto de los oficiales, como de los habitantes del inmueble que estaban sentados a la mesa por comenzar a cenar con total normalidad.
“Son unos pecadores”, habría dicho el hombre que llamó al 911 y sumó: “Están por comer asado, que es carne y está prohibido comer carne un Viernes Santo”.
Tras esta situación, y al confirmar que no había delito alguno, los uniformados se limitaron a tomar los datos del dueño del departamento y retirarse del lugar. En tanto, el denunciante siguió con su postura de reclamo en contra de sus vecinos, pero esta vez fue ante el encargado.
Las denuncias insólitas que llegaron a mediación
En la ciudad de Buenos Aires se creó un sistema de “mediación comunitaria” donde las partes tratan de llegar a un acuerdo para evitar la vía judicial. Algunos de los casos más insólitos de 2017, con final feliz, fueron recordados por autoridades porteñas.
La señora de los perros
“Se presentan a la mediación el administrador de un edificio y el propietario de un departamento de dos ambientes contra el inquilino. El administrador manifiesta que recibe diariamente quejas del olor que emana de ese departamento, puesto que el convocado vive con su señora y nueve perros en dos ambientes”, detalló el informe del mediador a modo de presentación del caso.
“El propietario le manifiesta al inquilino que no puede tener semejante cantidad de perros en un departamento de dos ambientes y que por ello le iba a rescindir el contrato de locación si no ubicaba en otro lugar a los perros”. Ese planteo disparó el conflicto a otro nivel, dijo. “El convocado se alteró y manifestó que estábamos en contra de los animales y que queríamos matarlos. No había forma de que entendiera que no podía tener 9 animales en menos de 30 metros cuadrados”.
Ahí entró en juego el proceso de mediación y se le propuso al inquilino que entregara algunos perros a asociaciones protectoras de animales. Este planteo no le gustó y dijo que se iría del departamento con sus nueve mascotas.
“Se convocó a nueva audiencia, puesto que las partes acordaron buscar un nuevo lugar que el convocado pudiera alquilar para que pudiera vivir con sus perros”, detalla el informe. Allí llegó la resolución mágica e inesperada: “En la segunda audiencia el inquilino acerco la propuesta que había conversado con otros propietarios e inquilinos de ese mismo edificio y que estarían dispuestos a recibir cada uno de ellos un perrito en su departamento. De esta manera, en ocho departamentos de ese edificio fueron reubicados los perritos y él se quedó con uno solo”.
Sobre el sistema implementado, Martín Ocampo, Ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, dijo: “La mediación está abierta a todos los vecinos, ya que creemos que son quienes mejor pueden proponer las soluciones a sus problemas porque han sido los directamente involucrados”.
El albergue vecino
“Se trató de una mediación por ruidos eróticos que provenían desde un albergue transitorio cuya pared medianera lindaba con la vivienda de la solicitante”, resumió en las primeras líneas del caso el mediador y detalló: “La solicitante manifestó que a través de su ventana ingresaba constantes ruidos de tipos eróticos provocados por parejas que utilizaban una habitación del hotel cercana a su dormitorio. Dichos ruidos le generaban molestias y afectaban su descanso”.
Ante el planteo, el dueño del hotel dijo que estaba debidamente habilitado funcionando con normalidad desde hace años y que periódicamente recibe inspecciones en las cuales no se ha constatado ninguna anomalía.
Además, se quejó del accionar de la demandante y dijo que recibió quejas de los clientes que sufrieron molestias por golpes en la pared desde la vivienda de la solicitante lo cual lo perjudicaba en su actividad comercial.
El conflicto finalmente tuvo una solución pacífica. Según detalla el informe, el dueño del hotel se comprometió a mantener sin uso la habitación lindante con la vivienda de la vecina dentro del horario de 22 a 8 y la mujer aceptó evitar los golpes en la pared ante un problema. De esta forma la mediación se cerró con acuerdo.
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