Entraderas. Una banda cuidaba sus pasos, apagaba celulares y cambiaba las patentes de autos, pero un error la puso en la mira de la policía
Fueron capturados nueve integrantes de una peligrosa organización delictiva
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El grupo delictivo tenía su coto de caza en el partido bonaerense de Moreno. Circulaban los ladrones en varios vehículos en espera de una oportunidad. El movimiento permanente siempre les daba un blanco, alguna persona que estaba por ingresar en su casa. Entonces, los delincuentes actuaban rápido y con violencia. Su especialidad eran las entraderas y en pocos meses concretaron, al menos, una decena de robos de esas características. Cuidaban mucho los detalles para no ser descubiertos. El día de cacería todos apagaban sus celulares antes de salir de sus aguantaderos. También cambiaban las patentes de sus vehículos, para reemplazarlas por chapas robadas a rodados de igual marca y color. Se sentían intocables, pero un mínimo error los puso tras las rejas.
La información del comunicado de prensa del Ministerio de Seguridad señala el arresto de nueve integrantes de esa organización delictiva, en referencia a “una banda que realizaba robos a mano armada en la modalidad de entraderas y que tenía aterrorizados a los vecinos de la zona oeste del conurbano bonaerense”.
Pese a que esa clase de delito es investigada mayoritariamente por la policía provincial, en este caso la búsqueda y captura de los sospechosos quedó en manos de detectives y agentes de la Policía Federal Argentina (PFA). Los jueces y fiscales de cada jurisdicción tienen la posibilidad de delegar una investigación en la fuerza policial que estimen adecuada para la pesquisa, sin que sea necesaria la existencia de un delito federal para dar intervención a uniformados que reportan al ministerio nacional conducido por Patricia Bullrich.
Así lo decidió, entonces, el fiscal Jonathan Lay, a cargo de la UFI N°7 de Moreno-General Rodríguez, quien convocó al Departamento de Inteligencia contra el Crimen Organizado de la PFA luego de una violenta entradera denunciada en enero pasado en la localidad de Francisco Álvarez. En esa ocasión, los ladrones se movilizaban en un vehículo de alta gama, que frenaron justo delante de una familia que ingresaba en su hogar. Todos armados y violentos, los delincuentes hicieron vivir una pesadilla a sus víctimas. Pero poco después tenían tras sus pasos a los agentes de la PFA.
Todas las precauciones que tomaba la banda fueron inútiles para evitar los arrestos por un error fatal: quedarse con algunos de los teléfonos sustraídos en robos. les habían cambiado las tarjetas SIM, por supuesto, pero el rastro ya había sido dejado hacia sus guaridas. Los detectives se enfocaron en celulares que habían sido denunciados por víctimas de entraderas en los meses anteriores a la intervención de la fuerza federal. Algunos de esos aparatos se habían activado en las cercanías de lugares donde fueron hallados los vehículos utilizados para las fugas tras los golpes. Hasta ese momento, los investigadores habían podido llegar a esos automóviles mediante la reconstrucción de recorridos efectuada con el apoyo de cámaras de videovigilancia. Pero allí se acababan las pistas.
Siempre se usaba como ruta de salida la autopista del Oeste y los vehículos eran descartados en los alrededores del asentamiento conocido como Carlos Gardel y en los monoblocks del barrio que popularmente se llama Fuerte Apache, ambos en el partido de Tres de Febrero. La avaricia de quedarse con celulares robados fue una terrible equivocación para los ladrones.
Con la información de los teléfonos se llegó así a quienes dieron de alta esos celulares con nuevos números y los trabajos de inteligencia criminal llevaron a sospechar de que se trataba de parejas de integrantes de la banda.
Y se llegó a una conclusión: el grupo delictivo estaba implicado en, por lo menos, una decena de entraderas cometidas entre noviembre de 2023 y abril pasado. “Se logró develar el modus operandi de la organización: utilizaban automóviles a los que se les cambiaba la chapa patente por las de un vehículo del mismo modelo y color. A su vez, se determinó que los teléfonos celulares eran apagados sistemáticamente durante los robos, para luego ser activados nuevamente en los domicilios de los delincuentes”, explicaron los investigadores en el consignado comunicado de prensa del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Los detectives de la PFA establecieron los presuntos roles que ocupaban cada integrante de la banda y señalaron 13 viviendas en las que se movían esos delincuentes. En ese contexto, el magistrado Gabriel Castro, a cargo del Juzgado de Garantías N° 2 de Moreno-General Rodríguez, ordenó los allanamientos.
Fueron detenidos siete hombres señalados como parte de la organización delictiva y dos mujeres, que utilizaban los celulares robados. Quedaron a disposición del juez Castro en causas caratuladas como robo agravado por el uso de armas de fuego, asociación ilícita y encubrimiento, según se informó oficialmente.
En los allanamientos fueron incautadas dos pistolas y 29 celulares, que serán peritados en procura de nuevas evidencias sobre esa banda que causaba temor en la zona oeste del conurbano.
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