Encuentran un arsenal en la casa de un doble homicida
El asesino del comisario y del funcionario judicial tenía armas listas para ser disparadas; ordenaron detener a su abogada
SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.- La abogada del doble homicida Daniel Sirnio, Silvana Sánchez Tardán, quedó aprehendida por orden del fiscal del caso Carlos Albaca. Sirnio se pegó un balazo en la cabeza después de disparar y matar a un comisario y al prosecretario de una fiscalía. Ambos intentaban convencerlo para que se entregara, después que se atrincheró en su casa donde la policía encontró un arsenal de armas listas parar ser disparadas.
Aunque todavía no estaba clara la imputación contra Sánchez Tardán, fuentes de la investigación indicaron que la ex magistrada y actual abogada de Sirnio sería acusada de supuesta obstrucción de la justicia.
Sánchez Tardán, que fue removida de su cargo de jueza en los noventa, había negociado con el funcionario judicial Gerardo Uro para que los efectivos del Grupo Cero de la policía no ingresaran en la vivienda del acusado. Por eso, sólo estaban el comisario Víctor Barraza y Uro.
Según relató el jefe de la policía provincial, Jorge Racedo, Sirnio habría forcejeado con Barraza, quien intentaba reducirlo. Sirnio habría sido ayudado por su abogada a liberarse y se refugió en un dormitorio. Luego apareció con dos armas y disparó contra el comisario y el funcionario judicial. Al ver esa escena, el acusado se quitó la vida. La abogada entró en una crisis nerviosa y fue llevada al hospital Padilla. Allí, el comisario Luis Núñez la notificó de la orden de aprehensión emitida por el fiscal Albaca.
La orden para el allanamiento en la casa de Sirnio había sido solicitada por la fiscal Adriana Reinoso Cuello y apuntaba a secuestrar las armas con las que el acusado había amenazado a una empleada doméstica para violarla.
Al revisar la casa del imputado, la policía secuestró un arsenal. "Algunas armas tenían balas en recámara y estaban sin seguro, por lo que es seguro que las mantenía así para usarlas en el acto", consignó el diario La Gaceta.
Los vecinos comentaron que el acusado no era querido por sus vecinos y que había discutido con varios de ellos e, incluso, los habría amenazado con armas.
En tanto, ayer fueron inhumados los restos del comisario Barraza y del prosecretario Uro.
El lunes último, la trabajadora social Verónica Beltrán había ido a conocer las condiciones de vida del acusado, a raíz de la denuncia realizada por la empleada doméstica.
Ese día llegó cerca del mediodía a la casa de Sirnio para elaborar su informe. Según comentó a sus allegados, Sirnio no le generó confianza. Lo describió como una "persona rara" y no intentó ingresar en la vivienda del acusado. "Tuvo un mal presentimiento. Eso le salvó la vida", concluyó un familiar suyo.
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