En Villa Ballester exigen más seguridad tras dos violentos ataques armados
Vecinos de la zona donde fue asesinada una chica de 21 años y una niña de 3 recibió un tiro afirman que están entre las villas La Rana y Corea, asentamientos en los que "se refugian" los asaltantes
El caso de Zaira Rodríguez, la joven piloto de karting asesinada tras un intento de robo, y el de Alma Yulatti, la niña de 3 años que recibió un tiro en el tórax cuando su madre ingresó con su auto por error en la villa La Rana, causaron conmoción en los vecinos de esa zona de Villa Ballester. Y esa conmoción dio paso, con el correr de las horas, a la indignación y a los reclamos. Exigen más seguridad ya que, afirman, viven en un corredor entre dos asentamientos donde se "esconden los ladrones". En La Rana, precisamente, fueron atrapados los tres sospechosos que, por ahora, están detenidos por ambos hechos de inseguridad.
"Es propio de toda esta zona porque es un corredor entre La Rana y Villa Corea. Estamos en el medio, a diez cuadras de una y a quince de la otra. Lo que más hay son motochorros. Roban celulares, en general. Si veo una moto, no meto el auto en el garaje, sigo dando vueltas", contó a LA NACION David Moretti, de 56 años, que vive a una casa de distancia de la vivienda de los Rodríguez.
Ayer a la mañana, esa cuadra fue el epicentro del dolor. El padre de Zaira, Claudio, conmocionado y entre sollozos, les lanzó a los asesinos: "¡Les voy a arrancar los ojos. No quiero justicia. Que no se me crucen porque los voy a destruir!".
El clima en la zona, ayer a la tarde, continuaba tenso. Los vecinos, que se juntaban en las veredas a deliberar sobre el caso y su contexto, reclaman más seguridad y apuntan contra la policía.
"Esto es zona liberada. Tenemos que pagar seguridad aparte, además de la del municipio y de la provincia. Mis hijas, por ejemplo, se bajan del auto diciendo '1, 2,3 y a correr', por miedo, y miramos hacia todos lados antes de estacionar. A mí me interesan mi seguridad y la de mi gente. No puede ser que tengamos que entregarles todo a los delincuentes. Arruinaron una familia de toda la vida en el barrio. Es un horror esto que estamos viviendo", se quejó Paula González Fernández, 45 años.
Y continuó: "En villa La Rana y en la Corea la mayoría de la gente es laburadora y los ladrones se refugian entre los pobres". Pedro Ruston, presidente del foro vecinal de seguridad y vinculado con Sergio Massa, indicó: "Queremos que se urbanicen las villas porque queremos que sigan siendo nuestros vecinos; ellos son los que más sufren la inseguridad. Lo único que pedimos es que se acerque alguien del Ministerio de Seguridad, porque acá no hay policía. En cada comisaría hay 3 policías. No alcanzan los agentes, faltan planes de prevención y justicia. Queremos que venga [Cristian] Ritondo".
Fuentes del Ministerio de Seguridad provincial dijeron a LA NACION que ayer funcionarios de esa cartera estuvieron en Villa Ballester y se reunieron con allegados a la víctima y con integrantes del foro para atender sus inquietudes.
Pablo, el hermano de Zaira, de 15 años, no podía soltar el casco de su hermana. "Estamos destrozados. Nadie puede creer lo que pasó. Queremos justicia por ella", afirmó.
"Estábamos por ir al cumpleaños de mi abuela. Y estaban llegando mi hermana con el novio cuando escuchamos cinco o seis tiros. Claramente fue por el auto. Ellos no se resistieron para nada. Nicolás [Impiombato] vio que se acercaban dos motochorros y aceleró, y les empezaron a disparar desde atrás. Luego dio la vuelta y nos llamó para decir que le habían pegado un tiro en la cabeza a mi hermana. Mi papá se subió al auto y fueron a la salita más cercana. Mi hermana era lo mejor que había... Eso pasa y sigue pasando. No nos pueden matar así. Tienen que cuidar un poco más a los vecinos", concluyó Pablo.
Antecedentes
El hecho ocurrió el sábado, a las 21.30, en Lamadrid y Sarmiento, a unas diez cuadras de la villa La Rana, donde el día anterior había sido herida de bala Alma, que anoche seguía internada en el Sanatorio Anchorena, de San Martín, con pronóstico reservado y con un proyectil en el tórax que aún no había podido ser extraído, por precaución.
Por ese caso había un detenido, de 23 años, y anteanoche fue atrapado en la villa La Rana un menor de edad apodado Santiaguito. Fuentes policiales dijeron que en el legajo de antecedentes de este adolescente de 17 años figuran un pedido de captura por robo calificado, cursado por el Juzgado de Menores N° 7 de la Capital y efectivizado por personal de la comisaría 3» de San Martín el 6 de junio de 2016, y una detención por "robo agravado", con intervención de la Fiscalía de Responsabilidad Penal Juvenil de San Martín, del 17 de agosto pasado.
Por el caso de Zaira, en tanto, anteayer fue detenido Pablo Daniel Murray, de 23 años. Lo entregó su padre cuando la policía ingresaba a su casa de villa La Rana para detenerlo. Según informaron fuentes judiciales, experimentó, como menor, un crescendo delictivo, con causas por droga, tenencia ilegal de armas y una más reciente, de robo agravado por el uso de armas, del 25 de mayo de 2016.
El abuelo, testigo del crimen
"Yo pienso en mi nieta... Ojalá me la hubieran dado a mí, total yo ya viví", dijo, conmovido, Diego Rodríguez, el abuelo de Zaira. Él y el resto de la familia esperaban la llegada de su nieta y del novio, Nicolás Impiombato, para ir a festejar el cumpleaños de la abuela. "Habían llegado con el coche y nos estaban esperando. Por el espejo retrovisor, él [Nicolás] vio que venía una moto y tomó la precaución de salir de ahí". Pero se le cruzó otra moto e Impiombato no frenó. "Quedó abajo del coche y la arrastró como 50 metros. Por suerte no los mató, porque si no habría quedado preso él. Y el que se tiró de la moto disparó cuatro, cinco tiros de atrás y uno fue directo a Zaira", explicó.
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