En un lujoso country de Rosario detuvieron a un financista acusado de lavar dinero narco
Es Patricio Carey, uno de los titulares de Cofyrco, la casa de cambio donde adquiría dólares el barrabrava narco Marcelo “Coto” Medrano, asesinado en septiembre pasado; fueron arrestadas otras cuatro personas
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PARA LA NACION
ROSARIO. En el country La Rinconada, que posee un haras y canchas de golf, irrumpieron este martes a primera hora de la mañana efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) y se llevaron detenido a uno de los financistas más importantes de Rosario, acusado de supuesto lavado de dinero del narcotráfico.
Patricio Carey quedó preso junto a otros dos socios de la financiera Cofyrco, Guido Garay y Fernando Vercesi. Hay otros dos detenidos, acusados de formar parte de la logística de compra y venta ilegal de dólares.
En esa financiera ubicada en pleno centro de Rosario cambiaba dinero de manera frecuente, Marcelo “Coto” Medrano, un exbarrabrava de Newell’s que fue asesinado el 10 de setiembre pasado en Granadero Baigorria. En el celular de este narco surgió la clave para que esta investigación avanzara sobre los engranajes financieros que utilizaba Medrano para canalizar el dinero que obtenía con la venta de drogas.
El operativo que llevó adelante el Organismo de Investigaciones (OI) incluyó también otros puntos, como los allanamientos en Oroño al 300, Rioja al 500, en un edificio en Puerto Norte y en la financiera Terranova, ubicada en San Lorenzo 1300.
Las oscuras cuentas de “Coto”
Lo más jugoso de la causa es el camino que tuvo el dinero que Coto Medrano había obtenido con la venta de estupefacientes, un negocio que lo llevó a que lo ejecutaran. Ese camino llevó a la financiera Cofyrco.
La investigación que llevaron adelante el OI y los fiscales Matías Edery, Luis Schiappa Pietra y Sebastián Narvaja detectó que Medrano había comprado 17.500 dólares horas antes de ser asesinado. Había adquirido esas divisas en Cofyrco, una financiera ubicada en pleno centro de Rosario que tuvo un crecimiento importante durante los últimos años. Se sospecha que Coto adquirió más de 130.000 en los últimos tres meses.
A mediados de enero pasado un policía fue detenido por el crimen de Medrano. Milton B., efectivo que cumple funciones en la localidad de Aldao, está acusado de participar en la ejecución del exbarra de Ñuls. Fue quien habría interceptado a la pareja de Medrano mientras otras dos personas abordaban a Coto para matarlo de más de diez tiros. Hay otro oficial detenido que también habría intervenido en el crimen.
Medrano cargaba con una condena a seis años de prisión por narcotráfico, de 2010, y con otra de 2018 por tenencia ilegal de armas. Desde que salió de la cárcel, el año pasado, sabía que su cabeza tenía precio, según reconstruyeron los investigadores.
La relación con el paraavalancha
El móvil del crimen podría estar vinculado con esa relación que existe desde hace más de 20 años entre un sector de la barra de Newell’s y el narcotráfico.
En 2016, en el estadio del Parque Independencia las banderas rendían homenaje a “los caídos”, como la que colgaron del alambrado perimetral de la cancha en honor a Matías Hernán Franchetti, alias Cuatrero, uno de los líderes de la barra que fue asesinado por dos sicarios en moto el 7 de junio de ese año, en las inmediaciones de la puerta 6 del Coloso del Parque Marcelo Bielsa. En la Policía Federal tenían certezas de que Medrano fue clave en la ejecución de este hombre para quedar al frente de la barra.
Como Coto, Cuatrero era un narco de estirpe; llegó a ser uno de los “cadetes” de Patricio Gorosito, expresidente de Real Arroyo Seco –el club “fantasma” y sin hinchas que compró Rosario Central en 2008– y que junto con el abogado Carlos Salvatore eran los capos de una de las bandas que protagonizó las operaciones de contrabando más grandes de los últimos tiempos y que fue desbaratada en el que se conoció como Operativo Carbón Blanco, porque enmascaraban la droga que mandaban hacia Europa en enormes embarques de carbón vegetal desde Quitilipi, Chaco.
Salvatore, que llegó a amenazar de muerte a la jueza chaqueña Zunilda Niremperger, que investigaba a su familia por lavado de dinero sucio del narcotráfico, y Gorosito, el empresario que hace 15 años firmó un acuerdo con Joan Laporta, presidente del Barcelona, que alojó a Lionel Messi en su club y que incluso se jactaba de ser personero de Julio Grondona, el capo de la AFA, fueron condenados y murieron mientras cumplían la pena.
La guerra con Los Monos
En 2016, Medrano llegó a liderar la barra, pero se tuvo que apartar porque se venía una guerra con Los Monos, que pretendían tener el control absoluto de la hinchada, una caja importante de recaudación, siempre ligada al tráfico de drogas y, sobre todo, a la presencia territorial en los barrios de Rosario.
Un día después del crimen de Coto la sangre volvió a correr en Granadero Baigorria. Ezequiel Arrúa y Osvaldo Ibarra fueron ejecutados junto al paredón del cementerio de esa localidad vecina a Rosario.
El crimen de Medrano condujo a los investigadores a la financiera Cofyrco, pero también a otro policía, examigo del barra, con el que tenía una disputa por el negocio narco. Ese efectivo es Gabriel Godoy, quien se sospecha que conducía la camioneta usada por quienes concretaron el asesinato de Medrano.
Godoy fue absuelto el año pasado en la causa por la desaparición de Paula Perassi, acusado en su momento como uno de los efectivos que habría colaborado en el encubrimiento de un hecho que se produjo hace 9 años y aún no arrojó resultados sobre la aparición del cuerpo de la mujer. Por ese hecho fueron condenados el empresario Gabriel Strumia (amante de Perassi, recibió una pena de 17 años de cárcel) y la esposa, Roxana Michl (seis años de prisión).
En otro capítulo de esta extraña trama apareció otra sorpresa. Cuando los efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) llegaron a un predio de la ruta provincial 10, en la zona rural de Ricardone, en busca de Daniel Godoy, hermano de Gabriel y uno de los rivales de Medrano en el negocio narco, encontraron un puerto seco donde se acopian ilegalmente cereales y combustibles de procedencia ilegal que se comercializan en el mercado negro.
En los tanques había 70.000 litros de gasoil y varias toneladas de soja. El predio es manejado por Carlos Ávalos, un comisario retirado que fue jefe del área de Inteligencia de la Agrupación de Unidades Especiales de San Lorenzo hasta su retiro, en marzo de 2011.
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