En Amsterdam pagó 110 euros por el sobrepeso de la valija y en Ezeiza le descubrieron ocho kilos de éxtasis
Valentyn S., un ciudadano ucraniano de 19 años, fue procesado con prisión preventiva por el delito de contrabando; se le trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de $425.000.000
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Valentyn S. tiene 19 años. Nació el 7 de mayo de 2005 en Ucrania. Ayer llegó a la Argentina en un vuelo de KLM desde Amsterdam, Países Bajos. Hoy está detenido con prisión preventiva por el delito de contrabando. En un doble fondo de su valija fueron descubiertos ocho kilos de éxtasis. El valor de los estupefacientes secuestrados asciende a 366.750 dólares.
Así lo informó la Dirección General de Aduanas (DGA), dependiente de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en un comunicado de prensa.
Cuando Valentyn S. despachó su equipaje para su viaje a la Argentina tuvo que pagar 110 euros por el sobrepeso de su valija, informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales.
La droga fue descubierta en un control rutinario en el sector de arribos de pasajeros y equipaje del aeropuerto internacional de Ezeiza, realizado por personal de la Sección Antidrogas Aeropuerto del Departamento Narcotráfico Metropolitano de la DGA.
Cuando los agentes pasaron la valija por un escáner, se descubrió “la existencia de tres paquetes de grandes dimensiones”. Entonces le preguntaron al pasajero si tenía algo que declarar. “No”, fue la respuesta.
Tras el sospechoso hallazgo, el juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky autorizó la apertura de la valija. En el expediente interviene el fiscal Pablo Turano.
“Los aduaneros comenzaron a separar el forro interno propio del equipaje, encontrándose tres paquetes conformados en nylon transparente, conteniendo piedras cristalizadas. Se hizo un pequeño corte en uno de ellos elegidos al azar, surgiendo una sustancia cristalizada de color beige, la que sometida al reactivo específico de MDMA arrojó resultado positivo a la presencia de sustancia estupefaciente”, se sostuvo en el expediente judicial, al que tuvo acceso LA NACION.
Hoy, Valentyn S. fue indagado por el juez Aguinsky. “Mi madre falleció hace un año y medio, y mi padre había quedado sin trabajo porque en el contexto de la guerra todos los trabajos fueron perjudicados. En la región donde vivo la situación sanitaria, energética y laboral está muy afectada por el contexto de guerra actual. Mi padre, que trabajó durante más de 15 años en transporte de material de construcción- en blanco- fue despedido y trabajaba ocasionalmente como flete por su cuenta. Todos mis ingresos provienen de esa actividad”, dijo el ciudadano ucraniano.
Sostuvo que se fue a buscar trabajo a Polonia. “Empecé trabajando de delivery, luego conseguí trabajo en el puerto, en blanco, pero a los tres meses, por la guerra, disminuyó el trabajo y me despidieron. Así que tuve que pasar al trabajo informal en la construcción donde me permitían vivir. Como no podía ayudar a mi familia económicamente, busque otras alternativas y encontré un aviso en Telegram para trasladar cosas. Tome contacto con ese número y me pagaron un pasaje a Amsterdam y me alojé en un hotel que me indicaron reservar. Ese contacto era el que figura en mi teléfono, en esa aplicación. Allí me visitó una persona cuyo nombre desconozco y me indicó tomar un taxi e ir a una estación terminal de ómnibus para encontrarme con alguien, quien estaba en un auto negro, marca el cual sacó una valija gris, que es la secuestrada. Me indicó llevarla a Buenos Aires donde me quedaría una semana. Me indicó también que reservara una habitación en el hotel que quisiera y luego también por Telegram avise donde me encontraba. Nunca supe que la valija tenía doble fondo ni su contenido. Me la entregó este hombre, quien le agregó mi ropa, mis cosas personales y de viaje. Una vez instalado en Buenos Aires, una persona vendría a retirar la valija y me pagaría 10.000 dólares. El dinero lo quería llevar a Ucrania para ayudar a mi papá y a mis hermanos en su situación”, dijo el acusado.
El juez Aguinsky lo procesó con prisión preventiva y le trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de $425.000.000.
“En este estado y teniendo en cuenta las constancias reunidas en el sumario, se concluye que, atento al tipo de mercadería que se intentaba importar, la calidad de esta última por tratarse de sustancia estupefaciente, el método de ocultamiento utilizado y su cantidad, es posible tener por acreditada la comisión del delito de contrabando de estupefacientes en grado de tentativa, con destino de comercialización”, sostuvo el magistrado al dictar la prisión preventiva.
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