Gallos y Scarface. Así era la guarida del “Viejo” Cantero, el fundador de Los Monos detenido por atacar a balazos una escuela
Máximo Cantero, padre de los actuales líderes de la organización criminal, fue arrestado en una casa que, en su interior, denotaba un confort que su exterior desmentía; tenía tres autos y “soldaditos” que lo custodiaban
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En medio de una nueva ola de violencia, que lleva 28 crímenes en 27 días en abril, Máximo Cantero, fundador de la banda de Los Monos, fue detenido en su casa en la zona sur de Rosario, acusado de haber ordenado, en noviembre pasado, y en medio de las elecciones nacionales, el ataque a una escuela y a estaciones de servicio.
En una casa que por fuera parece descuidada, con revoque grueso y sin pintar, y por dentro hay vestigios de otra estética, más lujosa, se produjo la detención del líder de Los Monos, en un megaoperativo que incluyó más de 20 allanamientos. La causa, que investigan los fiscales Valeria Haurigot y Franco Carbone, es por asociación ilícita. Se sospecha que Cantero ordenó varios ataques a balazos y planeó extorsiones.
El Viejo, uno de los fundadores de Los Monos junto con la familia Fernández, había salido en libertad en septiembre de 2020, luego de ser beneficiado con una reducción de su condena a seis años de cárcel, tras completar los estudios primarios en la cárcel de Piñero. El Viejo era casi analfabeto. No sabía leer de corrido, pero tuvo otras habilidades, como zafar de la justicia durante más de 20 años y nunca ser condenado por narcotráfico en Rosario.
Después de salir de la cárcel en setiembre de 2020 se fue a vivir con una de sus parejas en Avellaneda al 4500, en la entrada al barrio Vía Honda, uno de los más pobres de Rosario. En esa vivienda de dos pisos, que parecía deteriorada por fuera, pero por dentro es diferente.
En el allanamiento de este miércoles, los policías encontraron tres autos dentro de una especie de garaje que se usaba también como quincho, donde había jaulas con otras de las posesiones más preciadas de El Viejo: sus gallos de riña. Allí había colgado un cuadro de Al Pacino como Scarface, mítico personaje de ficción convertido en un fetiche de los narcos. En la puerta de esa casa siempre había dos autos estacionados en la puerta con “soldaditos” de custodia que protegían el inmueble donde dentro dormía Máximo Cantero.
El Viejo fue condenado en abril de 2018 como miembro de una organización ilícita destinada a cometer múltiples delitos, comandada por su hijo Ariel, conocido como “Guille”, quien en el mismo juicio oral recibió una pena de 22 años de cárcel, y luego sumó varias condenas más y está preso actualmente en el penal de Marcos Paz.
Cantero fue detenido en Avellaneda al 4500, en el sur de Rosario, donde una de sus parejas administra un comedor comunitario. El Viejo usa como pantalla legal la administración de un buffet del club de pescadores de Saladillo, pero ahora será imputado por dos ataques a balazos en la previa de las elecciones de noviembre pasado. En ese momento se produjeron balaceras contra una escuela y una estación de servicio.
En ese club de la zona sur lo visitó en octubre pasado el trapero L-Gante, que vino a dar un concierto en Rosario, donde los miembros del clan Cantero ocuparon las primeras filas en el recital que dio en el estadio cubierto de Newell’s.
En las horas previas a las elecciones nacionales, un colegio fue blanco de un ataque a tiros, en momentos en que no había actividad porque era fin de semana. El hecho ocurrió en la escuela 1194 “Santa Isabel de Hungría”, ubicada en Cafferata al 4000, donde la policía encontró siete vainas servidas. Después de este hecho se produjeron seis atentados seguidos contra estaciones de servicio. Ese fin de semana, del 21 de noviembre, también fue baleado el restaurante El Establo, cuando estaba repleto de gente. Otro blanco de los ataques fue el local de comidas Jorgito Junior’s, que está en 27 de Febrero entre Laprida y Maipú. Surgieron varias hipótesis en torno a estos ataques, pero hasta ahora ninguna había terminado en una imputación.
Cantero vivía muy cerca de donde fue detenido en mayo de 2015, cuando deambulaba con un carro de cirujas tirado por un caballo. La versión policial de ese momento señaló que trató de escapar, pero un patrullero lo interceptó y fue trasladado a la seccional 19ª de Rosario, donde dio un nombre falso, pero personal de la División Judiciales confirmó su identidad en la Jefatura de Policía.
El único antecedente por narcotráfico que El Viejo carga sobre sus espaldas es de hace más de 23 años en Corrientes, donde fue detenido el 27 de febrero de 1999, en la ciudad de Itatí.
En el juicio oral en esa provincia, Cantero declaró que había viajado para agradecer a la Virgen de Itatí la compra de un Ford Escort que había adquirido en Rosario unos días antes. Pero en ese viaje la policía Federal le secuestró 76 kilos de marihuana en la estación de servicio Pacheco, de aquella ciudad recostada sobre el río Paraná que, con el paso de los años, se convirtió en la puerta de entrada al país de la marihuana que se cosecha en Paraguay a gran escala.
El “Viejo” iba con dos acompañantes que llevaban la droga en un doble fondo de una Ford F100. Cantero logró huir y alcanzó a tomar un colectivo en la terminal de ómnibus, pero fue detenido. El 19 de abril de 2001, el Tribunal Oral Federal de Corrientes lo condenó a cuatro años de prisión.
Esa es la única condena por narcotráfico que carga en su historial delictivo el mítico líder de los Monos.
En el juicio oral a Los Monos que se llevó adelante en 2018, El Viejo fue condenado a seis años, junto con 18 personas –entre civiles y policías–. Las penas más bravas se las llevaron sus hijos Guille y Monchi, condenados a 26 y a 37 años respectivamente. Máximo Cantero no había tenido un rol protagónico en esa causa, porque ya estaba separado del clan, y se había mudado al sudoeste de Rosario.
Según investigadores policiales, para cuando fue detenido en mayo de 2015, Cantero ya había abandonado el liderazgo de la organización criminal, que recayó en su primogénito, Claudio “Pájaro” Cantero, asesinado a los 27 años en mayo de 2013.
Desde entonces, quienes quedaron a cargo de la banda fueron su segundo hijo, Ariel -alias “Guille” o “Roberto”- y Ramón Ezequiel Machuca, conocido como “Monchi Cantero”, a quien la familia “adoptó” cuando era adolescente y había abandonado su hogar.
El “Viejo” Cantero fue señalado como presunto autor o partícipe de varios homicidios a fines de los años 90 y principios de este siglo, cuando su familia mantuvo una encarnizada disputa con otro grupo criminal del barrio Las Flores, conocidos como “Los Garompas”.
En los últimos dos años su perfil se recargó de sospechas de estar involucrado en actividades mafiosas, como extorsiones y ataques a balazos, emprendimientos criminales que afloraron a la par del narcotráfico y que Los Monos aprovecharon con su poder de fuego y una mano de obra barata, integrada por gente joven que está dispuesta a todo.
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