Embargan al surfer en $500.000 y no podrá salir ni siquiera a comprar víveres
MAR DEL PLATA. El juez federal Alejo Ramos Padilla no solo dispuso la detención domiciliaria de Facundo Llamas, el joven surfer demorado ayer en autopista Panamericana, a la altura de Martínez, cuando volvía de Brasil, y capturado esta tarde en Ostende: ya lo llamó a indagatoria, le fijó un embargo de 500.000 pesos para afrontar los costos del procedimiento de seguridad para aprehenderlo y le prohibió salir del lugar donde deberá cumplir el arresto incluso para comprar cualquier tipo de víveres.
El magistrado resolvió, además, secuestrarle la camioneta en la que viajaba y todas las tablas de surf que tenía en el vehículo; allanar la vivienda de la calle Romero al 400, donde está alojado por estas horas, y fijar una medida cautelar sobre su madre y otras personas que pudieran estar acompañándolo para que cumplan un estricto aislamiento de 14 días consecutivos.
Le imputa los delitos previstos en los artículos 205 y 239 del Código Penal en lo que sería una segunda causa penal en su contra, similar a la que ayer le abrió el juez federal de San Isidro Lino Mirabelli, también por incumplimientos de normas tendientes a evitar la propagación de epidemias y desobediencia. El caso que lleva adelante Ramos Padilla se originó en la denuncia de un vecino y atiende lo que consideró una "violación flagrante" de las restricciones a la circulación en vía pública contempladas por el aislamiento obligatorio dispuesto por el Gobierno nacional.
El juez de Dolores ordenó que se mantenga custodia policial frente al domicilio en el que desde esta madrugada se encuentra Llamas y también notificó a autoridades municipales para que, en razón de que el imputado y su/s acompañante/s no pueden abandonar esa vivienda, le provea alimentos, medicamentos y elementos de higiene que les resulten indispensables.
Según pudo confirmar LA NACION, Ramos Padilla ya pidió la indagatoria de Llamas, medida que llevará adelante en cuanto se hayan completado las medidas de prueba que solicitó y disponga de los recursos tecnológicos para llevar adelante el trámite. Por esta condición de cuarentena, la opción para tomarle declaración podría ser la de hacer una videoconferencia.
Desde el servicio de salud municipal también se dispuso el envío de personal para realizar un primer control del joven, que en principio no presenta ningún síntoma de enfermedad. Hasta allí llegaron el jefe de Guardia del Hospital Municipal y el director de Emergencias de la comuna, también a disposición del personal policial en el marco de este operativo y de los cuidados sanitarios que implica el contacto con alguien procedente de Brasil, uno de los países considerados de riesgo por la epidemia de coronavirus.
A nivel local había malestar por la llegada de Llamas a Pinamar, donde se habían montado muy estrictos controles en los accesos para que solo se permita el ingreso a residentes. El joven, que llegó a Ostende durante la madrugada, pasó a las 4.20 por el puesto que se había dispuesto en la entrada principal de Pinamar. Allí habría presentado un documento –que no sería el último tramitado– y en el que figuraría con domicilio en este distrito de la costa atlántica.
Por esta violación al aislamiento social, preventivo y obligatorio quedó expuesto a penas de hasta dos años de prisión. El artículo 205 fija ese tope para quien viole medidas tendientes a impedir la introducción o propagación de una epidemia. La violación del 239, que también le imputan Ramos Padilla y MIrabelli, corresponde a desobedecer a un funcionario público y dispone penas de 15 días a un año de prisión.
Llamas había sido interceptado en la autopista Panamericana cuando regresaba desde Brasil, desde donde cruzó por el paso fronterizo de Paso de los Libres. Allí estuvo demorado y, por violación de la cuarentena, fue escoltado por personal de Prefectura Naval hasta un departamento del barrio porteño de Flores, en la zona conocida como "Barrio Inglés". Apenas se retiraron los efectivos de la fuerza de seguridad que lo habían escoltado hasta allí él se alejó del lugar, tal cual registró un vecino en un video con su celular.
Su escala en Ostende fue notificada por un residente de este balneario, que reconoció al joven y su vehículo luego de haberlos visto ayer en televisión. En razón de conocer que procedía de Brasil y la posibilidad de que el joven pudiera ser una eventual fuente de contagio del coronavirus, avisó a la policía. Así es que se dio inicio a este proceso judicial en el que el juez Ramos Padilla acaba de tomar duras medidas de coerción.
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