Allanaron la cárcel. El fundador de Los Monos dirigía la venta de drogas desde su celda con órdenes que ejecutaba su hija
La Policía Federal detuvo a 13 personas acusadas de vender drogas en Rosario y Cañada de Gómez
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Luego de cinco meses de investigación, la División Antidrogas Rosario de la Policía Federal detuvo a 13 miembros de la banda que Ariel Máximo “El Viejo” Cantero, mítico fundador de la Banda de los Monos, dirigía desde su celda en la cárcel de Piñero, desde donde daba órdenes a través de su hija, fuera de prisión, para organizar el comercio y la distribución de drogas en Rosario y Cañada de Gómez.
Según informaron fuentes policiales, las investigaciones comenzaron en marzo pasado a raíz de un vendedor de cocaína que abastecía a diferentes puntos de venta ubicados en los barrios Triángulo Moderno, Villa Banana e Hipotecario.
Las primeras pesquisas de los detectives federales determinaron que los dealers respondían a directivas del “Viejo” Cantero, quien desde su pabellón en el penal de Piñero, les daba órdenes a diario a través de su hija, que se encargaba de recaudar las ganancias de las ventas.
A partir de esos indicios y probanzas, el juez federal Carlos Vera Barros ordenó 11 allanamientos: tres en el penal de Piñero, uno en la cárcel de Coronda, seis en la zona sudoeste de Rosario y uno en Cañada de Gomez. Se ordenó la detención, por este caso, de 10 hombres y 3 mujeres, entre ellos, el fundador de Los Monos, sus hijos Alexis, alias Tartita, y Ariel, alias Chanchón –que seguirán alojados, por ahora, en Piñero–, y su hija, Bárbara Yamila Cantero, que se encontraba en libertad. También se formalizó el arresto de Guillermo “Willy” Bustamante, miembro del clan que está preso en Coronda.
La causa
La División Antidrogas de la delegación Rosario de la PFA profundizó la investigación “con observaciones, seguimientos y filmaciones, determinándose la existencia de una aceitada organización narcocriminal dedicada a la venta de estupefacientes en Rosario y Cañada de Gómez”, indicó la fuerza de seguridad.
De acuerdo a la investigación, se pudo establecer que “todos y cada uno de los vendedores y cobradores de la recaudación por la venta de las drogas, respondían directamente y seguían expresas directivas” del “Viejo” Cantero, que daba las órdenes desde la cárcel “a diario”.
En ese entramado aparece una de sus hijas, Bárbara Yamila Cantero, quien según los investigadores regenteaba y recaudaba las ganancias de los puntos de venta de drogas “habilitados” por el “Viejo” en la zona sudoeste de Rosario, donde hoy fue detenida.
La PFA informó que secuestró 1500 dosis de estupefaciente fraccionadas para la venta, $98.000 en efectivo, un auto, municiones calibre 9mm, balanzas digitales y cinco celulares, presuntamente utilizados por los miembros de la banda que están en libertad para el narcomenudeo.
El material quedó a resguardo de la fiscal Adriana Saccone, quien dirige la investigación, consignaron a esta agencia fuentes judiciales.
También fueron secuestrados cuadernos con “anotaciones encriptadas que se hallaban en poder los reclusos”, según informó la Policía Federal.
De acuerdo a la investigación, el “Viejo” Cantero y dos de sus hijos regenteaban una banda de narcomenudeo en sus lugares detención, desde donde daban las órdenes que eran ejecutadas por un grupo de personas en libertad.
Ariel “Viejo” Cantero, primer jefe de la violenta narcobanda rosarina “Los Monos” que luego continuaron sus hijos mayores, fue arrestado a fines de abril pasado y luego imputado junto a otras 23 personas por los delitos asociación ilícita, extorsión y balaceras.
Por esa causa, la jueza Valeria Pedrana le dictó prisión preventiva por dos años. ”El Ariel”, como lo conocen en el universo criminal rosarino, había cumplido una condena a seis años de prisión por asociación ilícita como parte de la banda que orientaba su hijo homónimo, apodado “Guille”, y a mediados de 2020 quedó en libertad.
A principios de siglo fue condenado en Corrientes en una causa por transporte de marihuana, y ahora volvió a quedar involucrado en una investigación por drogas.
Uno de sus muchos hijos, “Chanchón”, cumple una condena a 14 años de prisión en la cárcel de Piñero por el crimen del policía Cristian Ibarra, ocurrido en julio de 2019 en una trama narco de la que participaba el efectivo.
Su hermano apodado “Tartita”, otro de los involucrados en esta causa por drogas, cumple en la misma prisión una condena a 18 años por el asesinato de una chica llamada Débora Natalí Fernández, ocurrido en marzo de 2020.
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