El tornero de la muerte: buscan el taller clandestino donde se fabrican letales ametralladoras artesanales
Preocupa la irrupción en las calles de armas a repetición que son creadas en talleres clandestinos y que aumentan el poder de fuego y la capacidad de intimidación de las bandas narco
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ROSARIO.-En manos de dos niños de 14 años se secuestraron dos de las cuatro “ametralladoras caseras” que comenzaron a aparecer en Rosario, un arma que parece rústica a simple vista, pero que tiene un poder de fuego arrasador por la cantidad de proyectiles 9 mm –entre 17 y 30, de acuerdo al cargador que se use- que puede disparar en menos de cinco segundos.
La Agencia de Investigación Criminal (AIC) investiga si detrás de este nuevo rubro, la fabricación de armas a repetición, está un operario metalúrgico que posee las maquinarias para desarrollar esa clase de ametralladoras, cuyos planos de fabricación se consiguen fácilmente en la web. Con esas armas se cometieron algunos de los últimos crímenes que impactaron aquí, como el de una beba de un año y siete meses, e hirieron de gravedad a un suboficial de la Policía de Santa Fe.
Hay otra particularidad en torno a este tema: dos de esas ametralladoras caseras, casi idénticas, fueron secuestradas en manos de menores. Una se incautó en los allanamientos que se realizaron horas después del ataque al suboficial Gabriel Sanabria, que aún se encuentra internado –mejoró su estado de salud y está internado en terapia intermedia- por las graves heridas que le provocaron diez disparos.
Sanabria fue atacado durante un control vehicular en la zona sur de Rosario. Desde un auto le dispararon con dos ametralladoras. Una era una PAM 1, un arma automática que se desarrolló en los años 60 en la exfábrica de armas Domingo Matheu de Rosario, que es una copia del modelo norteamericano de la M3 A1. La otra ametralladora era casera. Y es un calco de la MAC 11, un arma de origen estadounidense desarrollada en la década del 70.
Entre los detenidos por este hecho están los integrantes de un grupo criminal de Villa Gobernador Gálvez, apodado Los Picudos. La mayoría de los miembros de esa banda de sicarios rústicos son menores, entre ellos está Franco, de 14 años, que quedó en libertad, y que también habría participado en el homicidio de una beba de un año y siete meses.
El domingo 26 de junio pasado apareció otra ametralladora casera en manos de otro niño. En un operativo de rutina en la localidad de Pérez efectivos policiales detuvieron a Jonatan D., un chico de 14 años, que dentro de un bolso llevaba este tipo de arma artesanal, con un silenciador, y 16 municiones 9 mm. Las sospechas de los investigadores es que este chico, que quedó en libertad porque es inimputable, se dirigía a disparar contra el frente de una casa en esa localidad vecina a Rosario.
La tradicional escopeta tumbera derivó a la fabricación de esta nueva arma, que tiene un alto poder de fuego. Con las tumberas hubo discusiones durante las últimas décadas entre los jueces de considerarlas o no armas de guerra, ya que se armaban en base a caños, aunque con potente munición. Pero esa situación se zanjó y hoy la jurisprudencia dejó firme la posición de que son consideradas armas letales. Con estas ametralladoras no habría discusión alguna. La investigación de la Agencia de Investigación Criminal apunta a que este tipo de armas artesanales se fabrican en Rosario. Hay varias pistas en esta pesquisa, pero una de ellas apunta a un hombre que se desempeñaba en la industria metalúrgica y que poseería la maquinaria para confeccionarlas; estaría detrás de la provisión de estas “herramientas”, como se apoda en la jerga narco a las armas.
Esa clase de ametralladoras funciona de manera particular, según un especialista consultado por LA NACION. Sólo se pueden utilizar en la versión automática. Es decir, disparan sin parar hasta que se terminan las municiones del cargador, que tiene capacidad para 17 balas. Los cargadores que se secuestraron son de pistolas Bersa TPR 9 y de la versión más antigua Thunder 9 mm.
Es decir, cuando se aprieta el gatillo se disparan todos los proyectiles. Por eso las diseñaron con un seguro de empuñadura. Sólo se cortan los disparos si el que manipula el arma suelta el “mango” de la “metra”.
Esta tecnología que parece rústica está diseñada para las balaceras, de acuerdo a la visión de un investigador de la AIC. Porque son armas que no tienen precisión, sino que sirven para disparar gran cantidad de municiones en muy poco tiempo. Un ejemplo serían los clásicos ataques a los frentes de las casas, en los que generalmente dos jóvenes en moto paran frente a una vivienda y balean la fachada. No es imprescindible la precisión en ese caso, sino el terror que genera el sonido de la “metra” y la gran cantidad de agujeros que dejan las balas. Pueden disparar entre 17 y 30 tiros –de acuerdo al cargador- en sólo cinco segundos.
Para esa clase de “objetivos” se habían empezado a usar hace unos años las pistolas semiautomáticas, con cargadores largos de 30 disparos. A esas armas se les hace una transformación que no es muy sofisticada para que tiren todo el cargador. Pero el problema reside en que no se consiguen tan fácilmente cargadores largos ni tampoco circulares, que soportan más municiones. Las “metra” caseras son un paso más adelantado en la búsqueda de generar pánico.
Uno de los “armeros clandestinos” que se dedicaba a hacer este tipo de adaptaciones a las armas fue detenido en el año 2013, en la zona sur de Rosario. En el taller de este hombre, que en ese momento tenía 63 años, apodado Papá Pitufo, les secuestró un arsenal. En ese momento se dijo que el taller ubicado en Khantuta al 1700, en pleno barrio Las Flores, era la “armería” de la banda de Los Monos. Ese operativo se hizo en el marco de la investigación del atentado al exgobernador Antonio Bonfatti, pero no aparecieron allí las armas que se habrían usado en el ataque a su casa.
Papá Pitufo se dedicaba a modificar armas para hacerlas más poderosas. Por ejemplo, transformaba las carabinas 22 -de venta libre en armerías-, según recuerda un policía, en automáticas -de tenencia prohibida para civiles-, a las que les agregaba silenciadores artesanales. Después del allanamiento a ese taller ilegal un hijo del armero fue asesinado.
A diferencia de esa época, en la que se produjo en allanamiento a Papá Pitufo, ahora en Youtube se publican tutoriales para fabricar armas caseras con pocas herramientas. Y algunos los aprovechan para su negocio ilegal. Un muchacho de 23 años, oriundo de Monte Grande, provincia de Buenos Aires, fue detenido en 2017 por confeccionar armas ilegales y explicar en videos el paso a paso para la fabricación ilegal.
Una hipótesis que manejan en la AIC es que el armero clandestino que fabrica las ametralladoras caseras es un exmetalúrgico, probablemente retirado, que se quedó con maquinarias que usa ahora para confeccionar estas armas sumamente letales, que sirvieron para dispararle al suboficial Gabriel Sanabria, que está internado desde el 28 de mayo pasado.
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