Usaban una casa de Flores como polígono para probar fusiles y pistolas ingresados de contrabando
La banda trasnacional que se dedicaba al contrabando de armas desde los Estados Unidos usaba el fondo de una casa de Flores para probar los fusiles M16 y las pistolas Colt con silenciador antes de enviarlos a sus compradores del Comando Vermelho, en las favelas de Río de Janeiro.
Una plancha de fundición de dos centímetros de espesor, cubierta con óxido, amurada a una pared de ladrillos pintados con cal y un centenar de impactos de balas y un tambor de 200 litros, con una cantidad similar de improntas, hallados en el fondo del inmueble de Balbastro al 2000, en el barrio de Flores, constituyen la clara prueba de que fueron usados como blancos para probar el funcionamiento de las armas que llegaban en encomiendas desde los Estados Unidos.
La casa era un polígono de tiro clandestino en pleno barrio de Flores.
Según fuentes de la investigación, en el listado de armas secuestradas figuran ametralladoras Halcón, fusiles FAL, M16 y AK 47 y pistolas Colt, Browning yBeretta.
El arsenal acopiado por esta banda incluía accesorios como silenciadores, miras telescópicas, insumos de recargas, proyectiles calibre 7.62, municiones que perforan chalecos antibalas y bengalas.
Hasta el momento los investigadores de la Aduana y de la Gendarmería allanaron tres inmuebles Flores, uno en la localidad de Haedo; dos viviendas de Río Cuarto, una casa en Campana y tres propiedades en General Alvear, de Mendoza.
Durante los operativos, fueron apresados cuatro integrantes de la banda que tenía a la Argentina como uno de los vértices para la triangulación del contrabando de armas que se mandaban vía encomienda desde Miami, en los Estados Unidos y tenía como destino a los máximos referentes del Comando Vermelho que domina el narcotráfico en las favelas de Río.
El Comando Vermelho, que tiene su base de operaciones en las favelas cariocas. En la Argentina se había instalado un célula que utilizó empresas fantasma para triangular ese contrabando.
Según fuentes de la investigación, uno de los allanamientos se realizó en un inmuebles de Campana, en el norte de la provincia de Buenos Aires. En Perón al 400, de esa ciudad, está el domicilio del integrante de la banda que debía recibir la encomienda con las armas. Allí se había planificado la entrega vigilada del paquete que se había rotulado con la leyenda "Ropa deportiva" y que había enviado desde Miami, Estados Unidos, un sospechoso que habría sido identificado como "Michael Núñez".
Según fuentes de la Administración Federal de Ingresos Públicos, (AFIP), la investigación comenzó hace tres semanas, cuando las autoridades argentinas recibieron un alerta de la Homeland Security, el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
Dicho alerta surgió a partir de la intensificación de la vigilancia de posibles actividades criminales en la Argentina que se originó en los Estados Unidos como método de prevención de ataques ante la inminencia de la cumbre de G-20.
A partir de esa pista, el juez en lo penal económico Pablo Yadarola autorizó a la Aduana y a la Gendarmería que iniciaran una investigación. El primer paso constituyó en retirar la encomienda del centro de distribución de Retiro y llevarlo a la sede la Aduana, donde se abrió y se cambiaron algunas piezas. Posteriormente se cerró sin alterar ningún detalle y se dispuso realizar una entrega controlada de las armas con el destinatario, un sospechoso de apellido Alanis, con domicilio, en Campana.
Cuando el imputado retiró la encomienda, los investigadores, supervisados por el magistrado realizaron diez allanamientos simultáneos en inmuebles situado en General Alvear, Mendoza; Río Cuarto, Córdoba, y en Flores, en la Capital. Durante esos operativos, los efectivos de la Gendarmería y de la Aduana detuvieron a cuatro sospechosos.
Fuentes vinculadas al Ministerio de Seguridad de Seguridad de la Nación iniciaron un análisis de la información obtenida durante los allanamientos y de las más de 300 armas secuestradas y estimaron, en principio, que el cargamento no tendría vinculación con la inminente cumbre del G-20.
Los investigadores concluyeron que el contrabando de armas formaba parte de una triangulación que el Comando Vermelho hizo a través de la Argentina. En este análisis coincidieron otras agencias gubernamentales.
Al revisar la cantidad de armas y la calidad de las mismas, los responsables de la investigación indicaron que no tenían como destino a las organizaciones criminales que operan en la Argentina.
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