Un teléfono escondía las conversaciones de los miembros de la brigada antidrogas que manejaba la venta de cocaína
Un comisario y sus subalternos en la policía de Las Colonias compraban droga con la que abastecían a los búnkeres del oeste de Santa Fe
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ROSARIO.– Peritos de la Gendarmería lograron reconstruir un chip telefónico cuyo contenido resultó ser clave para terminar de comprobar que en la zona del departamento Las Colonias, en el oeste de la provincia de Santa Fe, los efectivos de la brigada antidrogas de la policía eran quienes gerenciaban la venta de cocaína en distintas ciudades y pueblos de la región.
Los gendarmes tuvieron un arduo trabajo para poder extraer la información del teléfono de uno de los policías. Es que había ocurrido algo inesperado que mostraba la corrupción dentro de la fuerza: el celular de Matías Cosentini, uno de los agentes investigados, fue destruido misteriosamente en el depósito de pruebas de la propia policía santafesina. Alguien que, evidentemente, tenía un buen motivo, trató de romperlo. Es que, se sabe ahora, el dispositivo atesoraba conversaciones que comprometían a la cúpula de la policía antidrogas del departamento Las Colonias.
Uno de los diálogos que se logró reconstruir con el peritaje lo demuestra. Es la siguiente conversación del 22 de diciembre de 2022 entre Lucas Gabriel Nos, jefe de la Brigada Antinarcóticos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en la ciudad de Esperanza, y Cosentini, un suboficial a su cargo:
–Hola amigo … Ahí la loca tiene 360 de la mercadería… Quiere más… ¡es una genia!… Fijate si el loco te lleva algún 200 más.
–”Sí, jajaja. Ahora voy para allá.
Se referían al dinero que obtenían de la venta de droga en los búnkeres y kioscos de distintas localidades de Las Colonias. Allí donde ambos policías debían perseguir a quienes estuvieran en el negocio ilegal de las drogas, eran ellos quienes manejaban la distribución de cocaína en las bocas de expendio, según comprobó una extensa investigación del fiscal N°1 de Santa Fe, Jorge Gustavo Onel, que ahora está cargo de la Unidad Fiscal Santa Fe.
En la pesquisa se detectó, además, que los policías realizaban procedimientos contra los narcos a que no pagaban las “cuotas” y, de ser necesario, “plantaban” drogas para asegurar el resultado.
Como si todo esto fuera poco, los investigadores sospechan que parte de lo recaudado “subía” hacia estratos superiores de la fuerza. Los tres policías, el narco Daniel Carlos Segovia y otras personas habrían conformado una asociación ilícita.
Antecedentes
Entre los involucrados se encuentra el excomisario Nos, jefe del Grupo de Trabajo de Las Colonias, perteneciente a la Agencia de Investigación Criminal (AIC) del Ministerio de Seguridad de Santa Fe.
El excomisario ya estaba procesado con prisión preventiva por malversación de caudales públicos y encubrimiento (presumiblemente, de actividades de narcotráfico), y ahora fue llamado nuevamente a indagatoria por el delito de asociación ilícita.
Los imputados declararon en distintas etapas durante los últimos días. Esta semana deberá comparecer, acusado del delito de confabulación, el comisario Néstor Rosales, jefe de la Dirección Regional de Investigación Criminal sobre Narcotráfico, División Regional Operativa N° 2. Por ese delito, ya fue indagado el oficial Cosentini, el del celular cuyo contenido destapó todo.
La hipótesis del fiscal es que Nos, Cosentini y María Belén Muratore habrían conformado junto a otras personas (entre las que se encuentra el narco Segovia) “una asociación ilícita que habría tenido por objetivo la comisión de distintos hechos ilícitos”.
De perseguidores a autores
En su dictamen puntualizó que el fin “fundamental y último” de esa asociación habría sido el tráfico de estupefacientes con finalidad de lucro en las localidades que conforman el departamento Las Colonias, como la ciudad de Esperanza, Franck, Las Tunas, San Carlos, Progreso y San Agustín.
La fiscalía señaló que en esas localidades “los acusados tenían la función de prevenir y perseguir esas acciones por su calidad de agentes policiales de la Agencia de Investigación Criminal del Ministerio de Seguridad de Santa Fe. Las maniobras habrían tenido lugar cuanto menos entre septiembre de 2022 y mayo de 2023. Este período fue constatado a través de las conversaciones halladas en el celular de Cosentini, citadas como prueba de cargo por la fiscalía.
Tras el análisis de ese material surgió que Nos, Cosentini y Muratore, “de manera planificada y coordinada, se habrían provisto de importantes cantidades de droga”. Su principal proveedor era Segovia, a quien le habrían abonado en efectivo importantes sumas de dinero.
En un video que figura en el expediente los investigadores pudieron ver que Cosentini le pagaba a Segovia. El material estupefaciente adquirido por los efectivos policiales era luego transportado y distribuido entre distintos búnkeres o kioscos de drogas de Las Colonias.
“En ese contexto, los encargados de esos puntos no solo les habrían abonado a los policías mencionados el precio del material provisto, sino que les habrían pagado una ‘cuota’ comprensiva de la ‘habilitación’ para ejercer esa actividad y de la ‘garantía/protección’ en su accionar ilegal”, señaló el fiscal Onel.
En uno de los diálogos revelados, Cosentini le preguntó Nos: “Amigo. Escuchá, ¿la mercadería de los amigos sería 190.000 los 100 gramos?”. Y el otro policía le respondió: “claro, claro, 190.000 los 100 gramos. Ellos venden casi 100 gramos cada 2 días… Y el finde deben vender un cuarto, seguro… ¿Y, amigo… Tenés todo armado?”.
Como contraprestación, los policías evitaban cualquier investigación en esos lugares y les informaban a los vendedores de droga sobre situaciones de riesgo, como ser investigaciones de otras fuerzas o las denuncias que surgieran.
De las conversaciones entre los imputados se desprende que aquellos “kioscos” que no abonaban la cuota en tiempo y forma, que se “excedían” de los términos acordados o que incumplían con el modus operandi fijado por los policías, eran seleccionados para ser denunciados penalmente. En esos lugares se hacían operativos donde se encontraban estupefacientes; el objetivo era de “sacarlos de circulación en el negocio” espurio.
“Los agentes Nos, Cosentini y Muratore se habrían encargado del ‘trabajo sucio’. Se comunicaban con quienes, en definitiva, implementaban las acciones de narcomenudeo en las localidades del departamento Las Colonias, accionar que habrían implementado vía telefónica y en persona”, sostuvo el fiscal.
Ese “trabajo sucio” implicaba, por un lado, el aprovisionamiento de aquellos puntos de venta de material estupefaciente, previo acuerdo respecto del precio de venta, y, por otro lado, el cobro del producido de la comercialización al menudeo, que se habrían distribuido entre sí.
En la causa se verificó que, en mayo de 2023, Cosentini utilizó un vehículo oficial para encontrarse con el narco Segovia en la ciudad de Santa Fe. En la investigación se detectó que, en realidad, no era el narco el que pagaba a la policía por protección, sino Cosentini el que abonaba por la compra de droga que luego iba a ser revendida en los búnkeres de Las Colonias.
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