El sistema federal de búsqueda de criminales consiguió la captura de 10.000 prófugos
Equipos especiales de las fuerzas de seguridad rastrean desde 2016 a los evadidos más peligrosos mediante el análisis de los expedientes, los vínculos familiares y las redes sociales
Estafó a más de 120 personas y el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Bahía Blanca lo condenó a 9 años de prisión por asociación ilícita y defraudación. Sin embargo, Roberto Daniel Carmona se escapó y, como fugitivo, se sumó al elenco de una obra para niños en un teatro de la avenida Corrientes. Sus compañeros de la obra "Cuentos enredados y el libro secreto de las princesas" se sorprendieron cuando un grupo especial de Prefectura Naval irrumpió en el auditorio para detener al prófugo que, sobre el escenario, interpretaba el papel de un ladrón. Carmona fue uno de los 10.000 prófugos que fueron detenidos, entre 2016 y el primer semestre de 2019, por agentes federales del Comando Unificado (Cufre) del Ministerio de Seguridad, según la información oficial a la que accedió LA NACION.
Con el objetivo de lograr estas capturas, fue creado en 2015 este equipo multidisciplinario; lo integran hombres y mujeres, con especializaciones en diferentes disciplinas, que van desde técnicas de infiltración en grupos criminales hasta la detección rápida de sospechosos en aeropuertos. Los agentes federales trabajan, a su vez, junto con investigadores de Bolivia, Paraguay, Chile e Interpol. Se dividen los expedientes entre las fuerzas federales y se rastrea a los evadidos.
"Cuando las personas huyen, generan mecanismos para protegerse; nosotros buscamos superar su inteligencia, conocer los puntos débiles de los delincuentes y anticipar el momento en el que cometen un error. Es una lucha contra la impunidad. Nosotros fuimos por los prófugos que les hacen muy mal a la sociedad y también a las familias y las víctimas", dijo la ministra Patricia Bullrich.
Y agregó: "Actualmente, tenemos muchos sistemas para buscar prófugos que no se pueden difundir públicamente, pero avanzamos en la creación de nuevos mecanismos de alerta y control. Cuando se activan, los detenemos inmediatamente. Para esto, tuvimos que hacer algo que la Argentina merecía: arreglamos las bases de datos".
Durante el primer semestre de 2019, fueron atrapados en todo el país 1582 criminales que estaban prófugos; en 2018, terminaron detenidos 2920, mientras que en 2017 fueron 2787 y otros 2711 fueron capturados en 2016.
Entre los prontuarios más peligrosos -por ejemplo- estaba el de Sergio Matías Ávila, que se fugó de una cárcel en Comodoro Rivadavia durante el Mundial de fútbol de 2010. Está acusado de un secuestro extorsivo y cayó siete años después, el 3 de abril de 2017, mientras trabajaba como albañil en la localidad bonaerense de Santa Clara del Mar. Actualmente se encuentra detenido en la Unidad Nº 28 del Servicio Penitenciario Federal.
Ningún miembro de las fuerzas de seguridad murió en los enfrentamientos desencadenados durante los operativos, pero aun así las misiones resultan extremadamente peligrosas; porque -según explicaron los jefes de los grupos de trabajo- los prófugos, muchas veces, continúan delinquiendo durante sus escapes para costear su vida como fugitivos.
El secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, destacó: "Los equipos de investigadores especializados analizan los perfiles de las personas y buscan conductas, cuentas de redes sociales, vínculos con familiares, fechas específicas. Comprender estos patrones requiere de mucha paciencia. Pusimos el foco en un tema grave; un problema al que no se le prestaba atención".
Al presentar los resultados de los operativos de captura de prófugos, los funcionarios nacionales estuvieron acompañados por los jefes de la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Solo entre 2016 y 2018, los agentes federales capturaron 8418 prófugos, de los cuales 1790 y 1334 se ocultaban en Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires, respectivamente. Durante el mismo lapso, en Santa Fe el Cufre identificó y detuvo a 387 delincuentes: en Salta la cifra trepó a 222, y en Misiones fueron arrestadas 396 personas con pedido de captura judicial.
Durante las fugas, para evitar ser detenidos, los prófugos muchas veces falsifican artesanalmente documentos argentinos o adquieren nuevos documentos en los países limítrofes. A veces, también, abandonan el mercado formal de trabajo y buscan empleos "en negro" para intentar pasar inadvertidos, según detallaron los jefes de las fuerzas de seguridad federales.
El uso de las redes sociales para rodear a los evadidos quedó expuesto, por ejemplo, en el caso de José María Meller, que el 8 de febrero de 2001 mató a un jubilado en un robo y que por ese hecho recibió una condena de 22 años de prisión. En 2014, se escapó mientras utilizaba el beneficio judicial de las salidas transitorias: fue hallado trabajando como peón en un campo y cayó por utilizar Facebook. Actualmente, está detenido en la cárcel de la localidad bonaerense de Alvear.
También por un seguimiento de perfiles en Facebook se pudo encontrar a Alberto Esteban, involucrado en una causa de lavado de dinero narco.
"El porcentaje de prófugos que se escaparon durante salidas transitorias es importante. Por eso, en 2017 cambiamos la ley de ejecución de la pena privativa de la libertad", dijo Bullrich.
Darío Oroquieta, coordinador del Cufre y subsecretario de Políticas de Seguridad, explicó: "Hay equipos de análisis dedicados específicamente a estudiar cuáles eran los vínculos de los delincuentes, quiénes lo visitaban en el penal, dónde recibió ayuda. Cada integrante de las fuerzas festeja las capturas como un logro personal".