El sicario del Corsa gris. Un celular guarda los secretos del frío asesino que mató por encargo dos veces en menos de 24 horas
El teléfono fue hallado en el allanamiento en la casa del conductor del automóvil; quieren saber el nombre del instigador que pagó para asesinar a dos hombres vinculados a la trata de personas
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La Justicia allanó la casa del conductor del Corsa gris que fue usado por el sicario que concretó dos homicidios por encargo en veinte horas, entre el 31 de diciembre a las 7.15 y el 1° de enero a las 3.15, en Flores y en el barrio Matera, de Merlo.
Durante el allanamiento en la casa del sospechoso, los investigadores policiales y judiciales hallaron un celular que comenzó a ser revisado para desencriptarlo con el objetivo de abrirlo y buscar en el teléfono los secretos que el sicario ocultó sobre el instigador que lo contrató para matar a Omar Ovidio Condarco Collisaya, el 31 de diciembre, y a Ramón Adán Zurita, el 1° de enero.
En las próximas horas, el sospechoso, que fue detenido en Roca 6401, cuando circulaba en el Corsa gris que fue grabado por las cámaras de seguridad en las adyacencias de las escenas de ambos homicidios, será trasladado a los tribunales de Morón donde será indagado por los fiscales Marisa Monti y Claudio Oviedo.
Los representantes del Ministerio Público habían ordenado la búsqueda del Corsa gris a partir de un informe entregado por los técnicos de la Procuración General ante la Suprema Corte y de la Policía Científica que realizaron un análisis cuadro por cuadro de las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en la zona de Nolasco Flores y Hurtado, en el barrio Matera, de Merlo, donde fue asesinado Zurita, el 1° de enero a las 3.15.
Al principio de la investigación del homicidio de Zurita, los investigadores judiciales obtuvieron testimonios que indicaban que Zurita fue sorprendido por un sicario que descendió del asiento del acompañante de un automóvil Corsa gris, cuyo conductor interceptó a la víctima cuando sacaba su Nissan gris de la cochera de la casa de su cuñado, después de festejar el Año Nuevo.
En el informe que los peritos entregaron a los fiscales figuraban fotos del Corsa gris usado por el sicario y la patente del vehículo. Con ese dato, los representantes del Ministerio Público solicitaron el secuestro del rodado y cargaron el número de dominio del Corsa en las bases de búsqueda de la Policía de la Ciudad y la policía bonaerense.
Ayer, por la mañana, el Corsa gris pasó por el arco lector de patentes de la División Anillo Digital de la Policía de la Ciudad instalado en Roca y Saladillo, en Villa Riachuelo. Según fuentes policiales, el vehículo tenía un pedido de secuestro activo por estar involucrado en dos homicidios. Ambas víctimas, Zurita y Condarco Collisaya estaban relacionadas a la explotación de un local bailable del barrio de Flores y a la comercialización de estupefacientes.
Los operadores irradiaron la alerta y comenzó una persecución que terminó en Roca y Cosquín con la detención del conductor, de 26 años, y el secuestro del vehículo, que tenía una característica particular, una abolladura en uno de los guardabarros delanteros y una llanta negra diferente de las otras tres plateadas.
Dicho Corsa había sido grabado por una cámara de seguridad instalada cerca de la esquina de San Pedrito y Tandil, el 31 de diciembre a las 7.26, minutos después del homicidio de Condarco Callisaya, ocurrido a las 7.15. Tanto la víctima de este asesinato como Zurita, estuvieron involucrados en causas judiciales por trata de personas y drogas.
Ambas víctimas trabajaron en un local allanado y clausurado en Directorio y San Pedrito, donde operaba una organización dedicada a la explotación de mujeres en situación de vulnerabilidad. A partir de la detención del conductor, los fiscales dispusieron que sea indagado en las próximas horas. El Corsa gris usado en ambos homicidios tenía la documentación regla, no había sido robado y pasaba inadvertido en las zonas en las que se cometieron ambos asesinatos.
A partir de la detención del sospechoso, los investigadores se abocaron a buscar en el celular del acusado el nombre del instigador que lo contrató para matar a Zurita y Condarco Callisaya. Además, los representantes del Ministerio Público ordenaron los peritajes balísticos para determinar si se utilizó la misma arma para matar de un balazo en la cabeza a Zurita y Condarco Callisaya.
Los disparos con los que el sicario ejecutó a ambos hombres fueron precisos: a la cabeza. Uno para cada víctima. Ninguno de los hombres asesinados tuvo posibilidad de defenderse o de huir. No vieron llegar al asesino. No sospecharon que, a bordo del Corsa gris estuviera el homicida. No escucharon frenadas ni las clásicas explosiones de los escapes de las motos. En ambos homicidios no pasaron más de diez segundos entre la interceptación, el balazo y la fuga.
Debido a que no hubo robo, los investigadores policiales y judiciales abonaron la hipótesis de que a Zurita lo mataron en el contexto de un ajuste de cuentas, supuestamente motivado por la actividad que, aparentemente desarrollaba: alquilaba departamentos para que funcionaran como privados.
Zurita, de 67 años, vivía en Flores y estaba de visita en la casa de su hermana y de su cuñado. Además, estaba en pareja con una mujer de 37 años. Cuando comenzó a recibir las amenazas, hace seis meses, le pidió a su pareja que abandonara la Argentina. La mujer estuvo tres meses en Paraguay, pero regresó hace cuatro meses.
Otro hecho que aumentó el temor de Zurita fue el robo que sufrió en la casa de su esposa. La actual pareja de la víctima, casi treinta años menor, vivía en Monte Grande. Mientras la esposa estaba en la zona de Flores, los ladrones ingresaron y revolvieron la vivienda. Zurita estaba muy nervioso, dijeron sus amigos. Temía por su vida y la de su familia, lo que lo llevó a modificar hábitos y costumbres.
Con respecto a los sospechosos del homicidio, se pudo saber que el tirador que descendió del Corsa tenía pelo largo, mientras que el conductor vestía remera azul y gorra negra. El sicario efectuó un solo disparo que alcanzó en la cabeza a la víctima. Los investigadores no descartaban la posibilidad de someter a una rueda de reconocimiento al sospechoso detenido cuando conducía el Corsa gris con el objetivo de establecer si alguno de los testigos lo identifica.
Ante la confirmación de que se trató del mismo vehículo usado en el homicidio ocurrido en Flores, los investigadores aplicarían un procedimiento similar para tratar de identificar al autor de asesinato de San Pedrito al 500, el mismo bar al que concurría la víctima de Merlo.
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