El secuestro de Christian Schaerer: un rescate pagado en Ciudad del Este, 12 condenados, dos presos en Portugal y 20 años sin rastros del cuerpo
El estudiante de 21 años fue tomado cautivo cuando llegaba a su casa, en Corrientes; dos fiscalías federales mantienen abierta la causa para tratar de encontrar los restos del joven -en la firme presunción de que fue asesinado- y para concretar las extradiciones de los jefes de la banda, detenidos en Europa por asaltar bancos y blindados
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A veinte años del secuestro de Christian Schaerer, la búsqueda del estudiante que fue visto por última vez el 21 de septiembre de 2003 cuando llegaba a su casa en el barrio Las Tejas, de Corrientes, sigue activa. La causa judicial contra los 12 integrantes de la banda que lo secuestró nunca se cerró, ya que jamás se encontraron rastros del joven de 21 años y porque los líderes de la organización delictiva que cobró 277.000 dólares de rescate, son los únicos que todavía no fueron condenados.
A partir de la reconstrucción del hecho realizada por la fiscalía federal de Corrientes, se determinó que los delincuentes interceptaron a Christian cuando llegaba a su casa, a las 23.30. En ese momento fue tomado cautivo por cuatro secuestradores que circulaban en un Fiat Duna.
Minutos después, los delincuentes abandonaron el Fiat Duna y pasaron a Christian a un Chevrolet Corsa, con el que se dirigieron hacia el sur, hasta la Ruta 12. Luego, tomaron por la ruta 118, hasta un galpón, situado en el kilómetro diez, donde tuvieron cautivo al joven estudiante.
Actualmente, Rodolfo Lohrmann Krenz y José “Potrillo” Maidana, los dos cabecillas de la banda, cumplen condenas de 18 años de prisión en una cárcel de Portugal por una serie de asaltos a mano armada. Para ser juzgados en nuestro país, primero, deben cumplir la sentencia en Portugal. Por este motivo y debido a que Christian nunca apareció, el caso sigue abierto.
El secuestro de Christian Schaerer, no fue un hecho aislado. Ocurrió en una situación de postcrisis de 2001, en la que los secuestros extorsivos se habían convertido en la forma más rápida con la que las distintas bandas de delincuentes podían conseguir importantes botines. Por ejemplo, uno de los subordinados de Lohrmann Krenz y Maidana, Christian Carro Córdoba, fue condenado por cometer secuestros en el conurbano, donde cobró casi US$300.000 de rescate.
Uno de los últimos intentos por tratar de encontrar algún rastro de Christian se concretó el 8 de enero de 2020, cerca de la desembocadura del arroyo Imboá, en el río Uruguay. Luego de un estudio de impacto ambiental, los peritos y técnicos de la Gendarmería drenaron más de 9 millones de litros de agua para vaciar el curso fluvial y rastrillaron el barro del cauce del arroyo situado en la costa brasileña, cerca de la ciudad de Uruguayana y de Paso de los Libres.
Los investigadores no hallaron ningún rastro de Christian. Aunque encontraron el mango de una pala y restos de una bolsa de polietileno. Dicho lugar había sido señalado por un canoero, que declaró como testigo de identidad reservada. Hasta ese arroyo llegaron el fiscal federal de Corrientes Flavio Ferrini y los funcionarios de la Unidad de Asistencia en Secuestros Extorsivos (UFASE), junto a un equipo multidisciplinario que actuó en cooperación con las autoridades brasileñas.
Luego de la búsqueda, los técnicos concluyeron que, posiblemente, el cuerpo habría sido arrastrado hasta el río Uruguay por la corriente en el arroyo Imboá, donde el agua produce un remolino de entrada y salida. En marzo de este año se realizó otro rastrillaje para tratar de encontrar a Christian, aunque fue con resultado negativo.
“Por las averiguaciones que estuve haciendo, las pistas son concretas. Pero también eran concretas las pistas que me hicieron cavar más de cuarenta tumbas en Paraguay, por lo que hasta que no tengamos un dato cierto sobre la veracidad de los dichos de quienes indicaron el lugar donde puede estar el cuerpo de Christian no quiero hacerme demasiadas ilusiones”, expresó Juan Pedro Schaerer, el padre de Christian, en enero de 2020.
Durante los veinte años que transcurrieron desde que Christian fue secuestrado cuando llegaba a su casa se realizaron dos juicios orales que terminaron con las condenas a 12 acusados. Su madre, Pompeya Gómez, pagó un rescate de US$ 277.000, pero Christian nunca apareció.
A principios de 2007, el Tribunal Oral Federal de Corrientes condenó a 25 años de prisión al abogado Pedro Ángel Barbieri y a Néstor Horacio Barczuk, y a ocho años de cárcel a una secretaria del letrado, Judith Alvarenga, por su presunta vinculación con la banda que secuestró a Christian.
En agosto de 2009, el mismo tribunal condenó a Raúl “Caniche” Salgán y Christian Carro Córdoba a 25 años de cárcel. Además, los integrantes del mencionado tribunal impusieron penas de 16 años de cárcel para Gonzalo Adrián Acosta; y 12 años de prisión para Claudio Cornelli Belén. En tanto que otros cinco integrantes de la banda fueron absueltos.
No obstante, cuatro años después, la Cámara de Casación Penal condenó a 17 años de prisión a los hijos de Salgán, Sergio Gustavo y Oscar Antonio; y a María Esther Sudo; en tanto que para un hijo de ella, Jorge Gabriel Sudo, dictaron una sentencia a 11 años de prisión y 18 de años de cárcel para el policía Miguel Ángel Ramírez.
Actualmente, todos los condenados cumplen prisión en diversas cárceles federales del país, a excepción de “Caniche” Salgán, quien murió en septiembre de 2017 en la cárcel federal de Resistencia, Chaco.
También están presos, pero en una cárcel de Portugal, los jefes de la banda, Lohrmann y Maidana. Ambos fueron detenidos en noviembre de 2017, luego de estar prófugos durante más de 14 años. Los fiscales Ferrini y Santiago Marquevich, titular de la UFASE, viajaron a Portugal para indagarlos por el secuestro de Schaerer y solicitaron al exjuez federal de Corrientes, Carlos Soto Dávila, que los procese.
En octubre de 2018, Lohrmann y Maidana fueron condenados a 18 años de prisión por la Justicia de Portugal que los consideró responsables de una serie de asaltos contra bancos y blindados en los que se apoderaron de 235.000 euros. Habían sido detenidos en la ciudad de Aveiro cuando intentaban asaltar un camión de caudales.
Si bien la Justicia portuguesa ya concedió la extradición de ambos a la Argentina, cuando cumplan una parte importante de la condena, la medida no se podría concretar hasta que la Justicia de Bélgica no retire el pedido para juzgarlos por otros asaltos cometidos en ese país.
Tanto Lohrmann como Maidana se instalaron en Portugal con identidades falsas. Hasta allí llegaron, después de huir de la zona de la Triple Frontera entre Paraguay, la Argentina y Brasil, donde la banda que comandaban concretó la mayoría de los secuestros. El último de los hechos que le adjudicaron a la organización criminal liderada por Lohrmann y Maidana, fue el secuestro de Cecilia Cubas, hija del expresidente paraguayo Raúl Cubas.
Tres días después de secuestrar a Christian, los integrantes de la banda comandada por Lohrmann y Maidana trasladaron al joven a Paso de los Libres, donde lo mantuvieron cautivo días en una chacra situada en el cruce de Montiel y la ruta 117. Luego, lo llevaron a una casilla del “Paraje Ombucito”. En ese momento, los secuestradores decidieron sacar del país a Christian. Así, cruzaron la frontera a Brasil, con una persona cautiva, sin que ninguna fuerza de seguridad los detuviera.
Al día siguiente de haberlo tomado cautivo, los secuestradores se comunicaron con la madre y el hermano de Christian y con su padre, que vivía en Paraguay. En principio, los secuestradores exigieron un rescate de US$ 5.000.000. El 6 de noviembre de 2003, por indicación de los secuestradores, la madre de la víctima se dirigió a la ciudad paraguaya de Ciudad del Este, donde entregó US$ 277.000 a unos supuestos intermediarios como rescate.
Como se determinó posteriormente en el juicio oral en el que fueron condenados otros de los integrantes de la banda, el rescate se repartió en un hotel de la ciudad brasileña de Curitiba. Sin embargo, el joven nunca fue liberado y no hay ningún rastro sobre su paradero.
La búsqueda de Christian se mantiene activa por su padre, desde Paraguay y por los esfuerzos del resto de su familia, desde Corrientes. En tanto que los fiscales federales Ferrini y Marquevich mantienen el expediente abierto para lograr las extradiciones de los cabecillas de la banda: Lohrmann y Maidana.
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