El principal acusado por el robo al turista sueco negó haber confesado el ataque
En la apertura del debate oral, el sospechoso argumentó que había sido inducido a realizar una declaración en su contra; Christoffer Persson perdió una pierna por un disparo
El hombre acusado de herir de gravedad a un turista sueco durante un robo modificó ayer la confesión efectuada durante la etapa de instrucción y en la primera jornada del juicio no solo se declaró inocente, sino que justificó su anterior testimonio en la supuesta presión que policías ejercieron sobre él para que asumiese la responsabilidad por el ataque a Christoffer Persson.
Roberto Gramajo es uno de los dos presuntos delincuentes que agredieron al turista sueco el 30 de diciembre del año pasado. Ambos son enjuiciados por el robo agravado y las lesiones sufridas por su víctima, pero Gramajo es señalado por la fiscalía como el autor material del disparo a corta distancia que derivó en la amputación de una pierna de Persson.
El turista sueco, por su parte, no está presente en este juicio, pero ayer se incorporó como prueba la videoconferencia sostenida desde su país por la víctima con la jueza Cristina Bértola, el fiscal Fernando Fiszer y los defensores de Gramajo y de Rodrigo Peláez, el supuesto cómplice. En esa comunicación realizada el pasado 5 de julio, Persson había indicado que el acusado apuntó "a la cabeza y pecho" y que al empujar hacia abajo la mano del ladrón pudo salvar su vida.
En la primera jornada del debate que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 16, Gramajo, de 25 años aceptó declarar ante los jueces Bértola, Gustavo González Ferrari e Inés Cantisani.
"La policía me apretó para que me hiciera cargo de esto. Amenazaron a mi familia para que me hiciera cargo del hecho. Estaba con mi mujer, yo no estaba", dijo el acusado tras manifestar su inocencia en el hecho, que tuvo como víctima al sueco Persson, de 36 años.
Sus dichos ante los magistrados fueron contrastados entonces con su declaración en la etapa de instrucción de la causa, cuando Gramajo dijo que se había tratado de un forcejeo y dio a entender que el disparo había sido accidental.
"En el forcejeo me manoteó el arma. No sabía que estaba cargada y montada. No quise disparar", había asegurado en aquella oportunidad Gramajo, poco después de ser detenido por el ataque ocurrido el 30 de diciembre de 2018, cerca de las 23.20, en la calle Tacuarí al 700, en el barrio porteño de Montserrat.
De acuerdo con la acusación fiscal, que fue leída ayer en el inicio del debate oral, Gramajo, quien bajó del auto para abordar a la pareja, y el otro acusado, Peláez, quien conducía, interceptaron a Persson y a su novia, María Izzo (26), con la intención de robarles cuando regresaban de cenar. En el debate de se incorporaron por lectura las declaraciones que tanto Persson como su novia adelantaron el 5 de julio pasado vía teleconferencia por Skype para este juicio, ya que no podían viajar para esta fecha.
El sueco contó que el ladrón le sacó el celular, pero que logró recuperarlo, por lo que en ese momento el delincuente le apuntó con el arma "a la cabeza y al pecho" y disparó.
Persson precisó que hubo un forcejeo en el que él logró bajar la pistola y que, gracias a eso, cuando el asaltante disparó, en lugar de recibir la bala en el pecho el impacto fue en la pierna derecha, que fue amputada por los médicos que lo atendieron para evitar un mayor riesgo a su vida.
Su pareja, Izzo, realizó un relato similar aunque agregó que la pistola era "gris" y que el delincuente ya la tenía cargada y lista para disparar. "El idiota simplemente disparó, el proyectil ya estaba en recámara. Salió con la intención de disparar", dijo la mujer, según la declaración leída ayer ante el tribunal, según consignó Télam.
Pruebas exhibidas
La secuencia del robo fue captada por una cámara de seguridad y el video fue exhibido durante esta jornada de debate como una de las pruebas centrales de la causa. En esas imágenes se ve cómo un joven con gorra y un arma en la mano se acerca a la pareja y luego de un forcejeo muy breve, se aleja y vuelve a subir al Peugeot 207 en el que lo esperaba un cómplice.
La clave para esclarecer el caso fueron el análisis de videos -también exhibidos ayer en el juicio-, de cámaras de seguridad públicas y privadas instaladas en el lugar del hecho y del Anillo Digital que permitieron reconstruir el recorrido del auto de los delincuentes.
Por un casco de obra blanco que se veía en la luneta trasera, se determinó que el Peugeot pertenecía a la flota de una firma constructora y por su rastreador satelital se lo encontró en un domicilio de la localidad bonaerense de Sarandí, donde se detuvo a Peláez, quien ayer desistió de su posibilidad de dar testimonio.
Dos días después de ese arresto, fue detenido Gramajo -con antecedentes por robos- en la casa de su novia en Dock Sud, partido de Avellaneda. El juicio se inició ayer y continuará el martes próximo.
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