El papá del joven hincha de Luján asesinado pidió justicia: “Si Sergio Berni tiene corazón esto no puede seguir pasando”
El hombre responsabilizó al ministro de Seguridad bonaerense y a la policía provincial de que todavía no haya detenidos por la balacera que terminó con 20 heridos y la muerte de su hijo Joaquín
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En diálogo con LN+, el padre “del corazón” de Joaquín Coronel, el hincha de 18 años que perdió la vida tras recibir un disparo durante un enfrentamiento entre barrabravas en Luján, reclamó justicia al ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, y lamentó la pérdida de su hijo. “Quiero que se haga justicia, no puedo creer que mi negrito ahora tenga un número en la cabeza”, exclamó.
El domingo se suspendió el clásico de la primera C entre Luján y Alem debido a una serie de incidentes que se desencadenaron tras la explosión de una bomba de estruendo cerca del banco de suplentes del conjunto visitante. En las inmediaciones del estadio, un grupo armado de barrabravas de Alem dispararon a quema ropa al público que se retiraba del partido, causando la muerte de Joaquín Coronel e hiriendo al menos a 20 personas.
“Mi hijo fue a ver un partido de fútbol nada más, y salen unos locos a disparar a toda la gente ¿en qué país vivimos? Le arrebataron la vida al negro con 18 años”, expresó Javier, el papá de la víctima durante una entrevista con Luis Novaresio en LN+.
En su descargo, apuntó contra el ministro de Seguridad de la Provincia, Sergio Berni, y la inoperancia de la policía para encontrar a los culpables. “Si Sergio (Berni) tiene corazón debe saber que esto no puede seguir pasando”, señaló y agregó: “Esto es fácil de encontrar, hay 15 kilómetros entre Luján y General Rodríguez y está lleno de cámaras, lo siguen hasta la cama si quieren. Les pido que me ayuden a encontrarlos y ver que hay alguien termina preso”, sentenció.
Entre lágrimas, Javier relató el momento en que Joaquín recibió el disparo a la salida del estadio: “Los amigos dicen que él salió de la cancha porque empezaron a salir todos para afuera y fuera estaban esas personas disparando”. Indicó que al mismo tiempo la policía respondía con “balas de goma” y que “todo era un caos”. También advirtió que “si no estaba la policía seguro mataban a más personas porque lo único que querían era matar”. Narró además que al recibir el disparo le empezó a quemar mucho la herida a la par de que el sangrado no cesaba.
“Mi negrito era un chico muy bueno, siempre pedía permiso para salir y avisaba todo”, contó Javier. Joaquín tenía tres hermanos: Lucas, el mayor que lo acompañó, a la cancha y dos menores (Franco y Florencia) comentó el padre. “Anoche les tuve que contar que su hermano había muerto, y hoy lo vamos a velar”, confesó.
“No deseo la muerte a nadie pero tienen que pagar y pudrirse en la cárcel. Tienen que pensar en lo que le hicieron a la familia... le pusimos un número en la cabeza”, lamentó. Se trata de la víctima número 349 por violencia en el fútbol argentino.
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