ADN del crimen. Celos y un arma cargada: la caída del dueño de Pinar de Rocha, el “rey de la noche” bonaerense
Daniel Bellini fue condenado a 16 años de prisión por el asesinato de la bailarina Morena Pearson, su esposa y madre de su hija
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Daniel Bellini se hacía llamar el “rey de la noche”. Sin embargo, el 21 de marzo de 2008 cambió el reinado que ostentaba en Pinar de Rocha por un calabozo. Esa madrugada, el empresario, dueño de uno de los boliches más emblemáticos del área metropolitana, mató a la bailarina Morena Pearson, su esposa y madre de su hija.
De nada le sirvió al empresario borrar los mensajes de texto del teléfono de su esposa, que se eliminaran las grabaciones de las cámaras de seguridad del boliche y que se limpiara de toda huella digital la pistola Heckler & Koch para hacer que la muerte de la joven madre, de 25 años, pareciera un suicidio.
Tres años más tarde, el Tribunal Oral N°1 de Morón lo condenó a 16 años de prisión por el asesinato de Morena.
“Daniel me quiere matar”, escribió Morena esa noche en un mensaje de texto que le mandó a Maximiliano Fernández, el joven efectivo de la Policía Federal con el que había bailado. Pocas horas después, Morena fue hallada con un balazo en la cabeza en una de las habitaciones de la casa situada en Brasil 10, frente a Pinar de Rocha, en la localidad de Villa Sarmiento. Según la reconstrucción del episodio realizada por los investigadores, ese mensaje de texto fue borrado del teléfono de la víctima por alguno de los colaboradores de Bellini mientras la víctima estaba internada en el hospital de Haedo, adonde fue trasladada en ambulancia y registrada como “NN” en la sala de terapia intensiva.
Morena no murió en el acto por el balazo disparado con la pistola que Bellini le había comprado de manera ilegal a la pareja de Trinidad del Carmen Dietzel, exempleada de seguridad del boliche. Agonizó durante 14 horas. Cuando la médica Sonia Campos la encontró en la habitación, Morena tenía pulso.
Al declarar ante el tribunal, la médica recordó que al llegar a la casa no escuchó llantos ni gritos desgarradores, tampoco cuestionamientos. Nadie pidió acompañarla en la ambulancia. Este hecho llamó la atención del fiscal de Morón que investigó el homicidio, Matías Rapazzo.
Según la médica, en esos casos siempre hay familiares que pretenden abordar la ambulancia para no dejar sola a la víctima y siempre se produce un momento de tensión porque no pueden llevar al allegado por el riesgo de algún accidente en el trayecto. Ante la falta de algún familiar que aportara el nombre, Morena quedó registrada como "NN" en el libro de ingreso del hospital. Bellini no acompañó a su mujer. Se quedó en la escena del crimen.
Pocas horas después Bellini fue detenido como sospechoso por el homicidio de su mujer y quedó preso en un calabozo de la comisaría de Haedo. Con una llamada telefónica demostró el poder que tenía entre los efectivos de la policía bonaerense asignados a las seccionales de la zona.
Francisco Pearson, padre de Morena, recibió una llamada en su celular desde un teléfono cuyo número desconocía. “Decile a la boluda esa que está con tu hijo que se deje de decir que yo le pegué un tiro a Morena”.
En ese momento, el miedo se hizo carne en el padre de la víctima debido a que Bellini, a pesar de estar detenido e incomunicado en un calabozo, no tuvo problemas en obtener un teléfono para llamar y exigirle a Pearson que le pidiese a su nuera que dejase de expresar sus sospechas sobre el empresario de la noche.
A partir de la presunta connivencia entre algunos efectivos de la policía bonaerense que se desempeñan en la zona del boliche, el fiscal Rapazzo decidió apartar de la investigación a los detectives de esa fuerza de seguridad. Solo tuvo la colaboración de dos funcionarios de su fiscalía y de dos uniformados de confianza de otra jurisdicción.
Notificando en persona a los testigos y con escasos medios, el representante del Ministerio Público logró reconstruir cómo fueron los momentos previos al homicidio, pudo probar que no se trató de un suicidio y demostró que el entorno de Bellini borró pruebas y amenazó a testigos.
Luego de revisar las pruebas incorporadas durante el juicio, para los jueces Leticia De Carlo, Osvaldo Cedarri y Claudio Chaminade no quedaron dudas de que Morena Pearson fue asesinada.
A partir de la reconstrucción del hecho realizada por la fiscalía se determinó que la noche que la mataron, Morena había bailado con un amigo, identificado como Maximiliano Fernández, efectivo de la Policía Federal. Luego se produjo una discusión con Bellini. Tan importante fue esa pelea que el empresario interrumpió su trabajo, mientras que Morena se retiró para no seguir confrontando con su pareja.
Al plantear los lineamientos de la acusación, la fiscalía afirmó que Morena se estaba separando y así lo dejó plasmado en los mensajes de texto. Además, sostuvieron que Bellini “no solo tenía motivos, como los celos y la indignación, sino que tuvo posibilidad real de hacerlo. Que lo último que dijo Morena era que Bellini la quería matar, y así pasó”.
No fue la primera experiencia de Bellini en la cárcel. Aunque se trató de la acusación más grave que tuvo que afrontar. Antes de ser conocido como el "rey de noche", Bellini apareció involucrado en una investigación encarada por el Juzgado Federal N° 2 de Morón por la falsificación de US$2.500.000. Debido a que durante el allanamiento realizado por la Justicia en un domicilio, que le pertenecía a un integrante de su entorno, los billetes que se secuestraron estaban a medio terminar y les faltaba una etapa de la impresión, Bellini fue procesado por intento de falsificación. Los billetes falsos que estaban a poco de ser terminados por Bellini llamaron la atención incluso de los agentes de las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos.
Durante el juicio, Bellini manifestó que era inocente, que Morena se quitó la vida, supuestamente por un trastorno bipolar provocado por la bulimia que sufría. Pero el tribunal no le creyó y lo condenó. En la época en que Bellini fue condenado no se había incorporado la figura del femicidio en el Código Penal, que tiene una expectativa de pena de prisión perpetua. Entonces, los magistrados consideraron que el empresario fue responsable del homicidio agravado y lo condenaron a 16 años de prisión.
Luego de pasar diez años preso, al cumplir las dos terceras partes de la pena, Bellini fue beneficiado con la libertad condicional y abandonó la cárcel. Cambió la casa de Brasil 10 frente a Pinar de Rocha por una vivienda en Parque Leloir.
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