El misterio del asesinato de una maestra se oculta entre imágenes borradas
A seis años del femicidio de Marisol Oyhanart, ocurrido en Saladillo, no hay sospechosos detenidos. Siete policías, entre los que figuran los integrantes de la cúpula de la comisaría local, fueron acusados de encubrimiento y la primera fiscal del caso, recusada y apartada de la investigación.
El asesinato de la maestra jardinera, de 38 años, y madre de tres hijos causó conmoción en esa ciudad. La víctima era una reconocida integrante de la comunidad y el horror aumentó por el sadismo aplicado por el autor del homicidio. Según un informe de la Dirección de Policía Científica del Ministerio de Seguridad bonaerense, la calza que vestía Marisol cuando la mataron presentaba dos quemaduras "a la altura del pubis derecho correspondientes con el encendedor de un auto".
Esa prenda de vestir integra la lista de pruebas claves para la investigación que desaparecieron de la causa judicial.
Las conclusiones de este informe se sumaron al análisis realizado por las forenses que hicieron la autopsia, quienes indicaron que las quemaduras que presentaba el cuerpo en la zona púbica eran vitales.
Marisol salió a caminar el 14 de abril de 2014, minutos después de las 15.30. Su desaparición fue denunciada dos horas más tarde, cuando no concurrió al jardín de infantes a retirar al menor de sus hijos. A partir de ese momento, familiares, amigos de la maestra jardinera, policías, bomberos, personal de Defensa Civil de la municipalidad de Saladillo y vecinos comenzaron la búsqueda de la mujer.
El cuerpo fue hallado al día siguiente, tres horas después de que se había suspendido la búsqueda. El cadáver de Marisol fue encontrado al costado de una tapera, a pocos metros de la calle Juan Manuel de Rosas, un camino que algunos habitantes de Saladillo utilizan para realizar actividad aeróbica. Se trata de un lugar que, curiosamente, el día anterior había sido rastrillado en dos oportunidades por la policía, según declararon varios testigos.
Esta circunstancia abonó la presunción, entre forenses y detectives de la Dirección de Investigaciones de La Plata, que esa tapera fue la escena secundaria del femicidio de Marisol. La dirección de las gotas de sangre y el hecho de que el pasto no estaba aplastado abonaron la idea de que la mujer había sido asesinada en otro sitio el día que desapareció y que el cuerpo había sido abandonado pocas horas antes del hallazgo.
Un estudio firmado por las peritos Silvina Cabrera y Gabriela Tinto concluyó que a Marisol no la mataron inmediatamente después de las 16.30, cuando dos vecinas de Saladillo la vieron con vida por última vez. El hecho objetivo de que no fue encontrada durante los numerosos rastrillajes realizados en el mismo lugar en el que luego fue hallado su cuerpo convalida la sospecha de que el asesino, y quienes pudieron haberlo ayudado, dejaron el cuerpo en ese lugar después de las 5 del martes 15 de abril.
Aunque un informe del Gabinete de Homicidios de la Dirección de Investigaciones de La Plata indicó que el presunto femicida era un empresario agropecuario propietario de campos en Saladillo y Bolívar, nunca fue imputado formalmente en el expediente ni citado para que se le tomase una declaración indagatoria.
Ningún representante del Ministerio Público del Departamento Judicial La Plata aceptó instruir el expediente por la denuncia presentada por los abogados Pablo Hawlena Gianotti y Walter Vaccarini contra la primera fiscal del caso, Patricia Hortel, por una serie de irregularidades registradas en la investigación del femicidio. Todos los fiscales a los que les llegó el expediente 7912/15 expusieron algunas de las causales de excusación para no seguir adelante con el sumario contra la primera investigadora del homicidio de Marisol.
Durante la investigación del homicidio de Marisol desaparecieron la calza y las zapatillas que la víctima llevaba el día que la mataron. En las calzas había quemaduras que habrían sido producidas por el encendedor de un automóvil, con el que la habrían torturado.
Si bien existe un acta sellada en la que se dejó constancia de la recepción de la calza y las zapatillas, ambas pruebas nunca fueron halladas. Y esas no fueron las únicas pruebas que desaparecieron.
Un informe realizado por técnicos del Departamento Técnico de la Asesoría Pericial de La Plata confirmó que fueron borradas las imágenes grabadas por una cámara de seguridad instalada en la esquina de Saavedra e Irigoyen, en Saladillo, y que habían registrado el paso de la maestra jardinera y del automóvil en el que la siguieron. Según consta en la causa, los archivos fueron borrados por un grupo de policías bonaerenses que se desempeñaban en la comisaría local, que retiraron el disco rígido de la computadora donde se guardaban las imágenes.
Casi seis años después del homicidio de Marisol, uno de los policías que retiró el disco rígido en el que se guardaban las imágenes de la cámara de seguridad del taller de chapa y pintura fue identificado. La actual fiscal que investiga el asesinato y la cuarta representante del Ministerio Público a cargo del caso, Ana Medina, imputó al comisario Pablo Gallo de presunto encubrimiento agravado, pero todavía no se fijó la fecha para la declaración indagatoria.
Dos testigos que realizaban una actividad física por Irigoyen recordaron haber visto a Marisol el 14 de abril a las 16.30. La cámara de seguridad instalada en una de las casas del cruce de esa calle y Saavedra debería haber registrado los últimos pasos de Marisol con vida. Nunca se sabrá a quién pertenecía el automóvil en el que supuestamente seguían a la maestra jardinera y que los mencionados testigos recordaron haber visto en la zona.
"Nos quitaron a mi esposa y a la mamá de nuestros hijos, se nos garantizó que se investigaría y se investigó mal y por eso los primeros investigadores oficiales caso, ahora son investigados. Los chicos llevan a Marisol en sus corazones todo el día. La buscamos y la encontramos en el sol, no queremos la sombra del árbol que comenzó a crecer torcido con la investigación de la fiscal Hortel", expresó Sergio Rachit, el marido de la víctima.
Aunque nunca fue identificado en ninguna rueda de reconocimiento, Johnatan Bianchi sigue como único imputado en el expediente. La primera fiscal del caso pidió la detención del sospechoso, pero la Justicia de Garantías de La Plata rechazó esa solicitud por falta de pruebas. Dos meses después, la primera responsable de la investigación fue desplazada del caso.
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