El homicidio del kiosquero: “¡No tenemos policía, no tenemos patrulleros!”, la furia de vecinos de Ramos Mejía
Hubo una manifestación espontánea en la puerta del comercio de Roberto Sabo, la víctima asesinada durante un robo
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Bronca. Impotencia. El homicidio del kiosquero Roberto Sabo, fue el punto de inflexión para que vecinos de Ramos Mejía, en La Matanza, salieran a las calles a expresar su miedo por la inseguridad con la que conviven. “No tenemos policía, no tenemos patrulleros. ¿Dónde está la seguridad?”, gritaban los manifestantes que se acercaron al local de la víctima. Se vivieron momentos de tensión y furia.
Las decenas de personas que se concentraron en Pato, el drugstore de la víctima situado en avenida de Mayo y Alvarado, en el centro comercial de Ramos Mejia, dirigieron su bronca hacia la policía bonaerense y autoridades municipales. Los manifestantes, ante el ir y venir de móviles policiales, increparon e insultaron a los uniformados.
“Nos mataron a Roberto, sinvergüenzas. ¿Dónde está la seguridad? Hoy también a dos madres le robaron los teléfonos celulares cuando esperaban a los chicos en el colegio”, gritaba José, un conocido del comerciante asesinado.
Mayra, otra vecina de Ramos Mejía, se acercó muy molesta a la misma esquina. “El robo a los chicos que salen de los colegios es moneda corriente. A mi hija de 11 años le robaron el año pasado, hice 19 llamadas al 911 y a la comisaría: jamás apareció la policía. Así es la desidia de todos los días acá. A Roberto le pegaron seis tiros, lo acribillaron un domingo a las 14. No se puede más”.
“Salís a comprar el pan y tenés que mirar para todos lados. Tengo 56 años, una hija de 24 años que estudia y, no sale de mi casa. Cuando ella se reciba de ingeniera el año que viene yo me voy a vivir al campo. Decidí que no puedo vivir más acá”, dijo Edith, otra vecina.
Graciela Medrán, otra vecina, se lamentó: “Que una familia que laburó toda la vida termine de esta manera es un desastre, estamos indignados. Conocí a Roberto [por Sabo] y a su padre. Queremos que cambien las leyes ya, si no los delincuentes no van a parar, esto no va a cambiar”.
Enrique, de 73 años, conocía al comerciante asesinado y a su familia: “Roberto [la víctima] era un pibe maravilloso, trabajador de toda la vida. Los diputados y senadores se encargan de sancionar solo leyes que benefician a miles de delincuentes, y esto es el resultado. Esto no pasa de casualidad. Me da mucha angustia e indignación, e impotencia por lo que pasó con Roberto. Da mucha bronca porque todos tenemos familia y todos, digo todos, hemos sufrido algún hecho de violencia”, dijo.
El vecino afirmó que sufrió una entradera protagonizada por cuatro asaltantes armados. “Venía de llevar a mi nieta a la facultad, llegué con el auto a mi casa y cuando abrí el portón se me metieron cuatro tipos [sic] y me robaron todo. Y tengo que dar las gracias de estar contándolo. Vivimos así. En los países civilizados, estos temas se arreglan en el Parlamento. Nosotros nos estamos convirtiendo en una tribu”, se lamenta indignado. Hay que derogar ya todas las leyes que favorecen a los delincuentes”.
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