El “hombre gato”: enfrenta un juicio por jurados acusado de matar a su madre y a su tía
Nicolás Gil Pereg podría recibir la pena máxima por el crimen ocurrido en enero de 2019 en el predio abandonado donde vivía junto a sus mascotas; se estima que el 3 de noviembre se conocerá la sentencia
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PARA LA NACIONPablo Mannino
MENDOZA. Culpable o inocente. El “hombre gato”, acusado de asesinar a su mamá y su tía israelíes en enero del 2019 en la provincia cuyana, se sentará esta semana en el banquillo frente a un jurado popular. Así, el cuerpo de ciudadanos determinará el futuro judicial de Nicolás Gil Pereg, de 40 años, en un debate que se extenderá hasta el 3 de noviembre.
El ciudadano israelí, que vive en Mendoza desde 2007, arriesga una dura y única pena: prisión perpetua. Está imputado por matar a su madre, Pyrhia Saroussy, de 63 años, y a su tía, Lily Lea Pereg, de 54, en su precario hogar en el departamento de Guaymallén, al otro día de que ambas llegaron al país. La acusación formal es de “homicidio agravado por el vínculo” con relación a su mamá y de “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego” con respecto a su tía.
Los peritajes determinaron que las ultimó con saña y las enterró en el predio abandonado donde residía, acompañado de una decena de gatos. El caso no solo tuvo repercusión en la Argentina, sino que llegó a la primera plana internacional.
Desde que ocurrió el hecho hasta su detención e inicio del proceso en su contra, el hombre mostró una conducta extraña y sospechosa, manifestándose como si fuera un felino, por lo que se temía que fuera declarado inimputable, confundiendo y preocupando a las autoridades judiciales mendocinas, ya que además aseguraba que se iba a suicidar si del hospital psiquiátrico volvía a la cárcel.
El “hombre gato”, como dice sentirse, se cansó de emitir sonidos que intentan imitar a maullidos en sus pasos por los pasillos de tribunales. También llegó a desnudarse e incluso a orinar frente a los magistrados en las audiencias judiciales. Asimismo, durante el proceso, el hombre buscó persuadir a la Justicia para que le permitieran tener en su celda a sus gatos y así alimentarlos; reclamo que fue rechazado por las autoridades.
El debate estará a cargo de la jueza técnica Laura Guajardo; mientras que los fiscales de Homicidios Fernando Guzzo y Claudia Ríos representarán al Ministerio Público Fiscal. En tanto, la abogada Claudia Vélez actuará como querellante a pedido de la familia de una de las víctimas. Por su parte, el abogado Maximiliano Legrand será el responsable de la defensa de Gil Pereg.
Este lunes se hará la audiencia de selección de jurados en la que se elegirán los 12 jurados titulares y los 4 suplentes: 8 varones y 8 mujeres.
En tanto, el martes se iniciará formalmente el debate en la Sala 15 del nuevo Polo Judicial. Desde la Justicia local indicaron que los alegatos de apertura podrán seguirse en vivo por SIJUMTV, el canal oficial de YouTube del Poder Judicial de Mendoza. Luego de esa instancia se dará paso a la declaración de los testigos, frente al jurado popular. En este caso, los testimonios no serán transmitidos en vivo por el canal oficial, aunque una vez finalizado el juicio estará disponibles en la plataforma virtual.
Por su parte, desde la Justicia local estiman que el miércoles 3 de noviembre se efectuarán los alegatos de clausura, dando paso luego a la deliberación del jurado, que determinará si el ciudadano Nicolás Gil Pereg es culpable o inocente.
Las hermanas israelíes Pyrhia y Lily llegaron a tierra cuyana el viernes 11 de enero de 2019 y se hospedaron en un departamento del microcentro provincial. Al otro día se encontraron en el predio abandonado donde vivía Pereg, a unos 5 kilómetros de la Ciudad de Mendoza, en la comuna de Guaymallén. Estuvieron toda la jornada juntos, pero las mujeres nunca regresaron a la parada del micro como aseguraba el israelí acusado del doble crimen.
La incesante y desesperada búsqueda duró casi dos semanas, en medio de mentiras que aducía Gil Pereg, hasta que en el último allanamiento en su descuidada propiedad se logró dar con los cadáveres. Estaban enterrados y con signos de haber sufrido ensañamiento: su mamá recibió una fuerte paliza mientras que su tía, recibió tres impactos de bala con un revólver calibre 38. Ambas fueron arrastradas hasta un pozo, donde quedaron tapadas con tierra y piedras. Se constató, además, que tenían heridas post mortem: varillas de hierros las atravesaban por todo el cuerpo, en especial en la zona genital.
Por Pablo Mannino
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