El grupo táctico que se había desplegado en la 9 de Julio por la ola de robos hoy no apareció en la avenida
Tras la seguidilla de robos a automovilistas y peatones en la avenida 9 de Julio, el gobierno de Ciudad había anunciado que desde el viernes iban a actuar grupos tácticos motorizados para reformar la seguridad del centro porteño. Ayer fue así. Pero LA NACIÓN recorrió hoy la zona y los escuadrones especializados ya no estaban. No obstante, el plan de prevención del gobierno para combatir los arrebatos proseguía con mayor presencia de policías de calle y la orden de que no haya vendedores sobre la avenida, según se explicó.
El refuerzo preventivo llegó después de que la semana pasada tomara estado público una filmación que mostraba a dos falsos limpiavidrios en pleno robo al conductor de una camioneta en la avenida 9 de Julio y Santa Fe. Luego de que LA NACIÓN, consultara sobre la "desaparición" de los agentes tácticos del Grupo de Apoyo Motorizado (GAM), fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad afirmaron: "No fueron desafectados y van a seguir, pero los recursos son escasos". Dieron a entender, así, que habían sido desplegados en otro objetivo.
Según las cifras oficiales, los últimos dos meses del año pasado en los alrededores de la 9 de Julio fueron denunciados 284 robos violentos y hurtos, casi cinco por día.
Además de los supuestos limpiavidros, en la 9 de Julio también acechan los falsos "pañueleros" -vendedores de pañuelos-. Algunos delincuentes se valen del engaño de ofrecer mercadería a los transeúntes para arrebatarles a los más desprevenidos aquello que lleven en sus manos. Miguel "Michael" López, de 33 años, que se dedica a la venta ambulante en esta avenida desde hace nueve años, explicó a LA NACIÓN cómo distinguir a los verdaderos "pañueleros" de los falsos. "Los que llevan una caja con varios paquetes están mirando si hay algún ‘dormido’ para robarle. Los que dejan dos paquetes sobre el vidrio son los que laburan", detalló .
Los falsos limpiavidrios, en general, operan de a dos. El modus operandi es el siguiente: uno comienza con la tarea de rociar el parabrisas del vehículo con agua enjabonada hasta terminar su trabajo. Cuando llega el momento de contribuir, su compañero golpea la ventana del lado del acompañante para distraer al conductor. En ese momento, el primero mete la mano adentro del auto y roba lo que encuentra, para después correr.
"Yo veo también que andan de a cinco o seis caminando por las paradas del Metrobus esperando encontrar alguna víctima", contó Daniel, de 51 años, que trabaja en un quiosco en Bernardo de Irigoyen y Avenida de Mayo. Fuentes policiales relataron lo mismo, que algunos ladrones andan en bandas por las dársenas del Metrobus para robar celulares a los pasajeros o a los conductores.
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